El verdadero "socialismo siglo XXI"

El verdadero "socialismo siglo XXI"

por Heráclito

Una de las grandes epopeyas del Siglo XX fue "La larga marcha". Perseguidos por los nacionalistas, Mao, su ejército y el pueblo que lo seguía atravesaron gran parte de China para ponerse a salvo. Luego regresarían y se tomarían el poder fundando la República Popular China, signada por la ideología marxista en su màs pura ortodoxia.

Los demonios occidentales como la moda o las comodidades fueron proscritas y los miles de millones chinos fueron uniformados con vestidos grises, comenzando por el propio Mao, quien no toleraba desviaciones y de ahí que promoviera la "Revolucón cultural" donde fueron quemados los libros que se apartaban de su ortodoxia y adoctrinados y castigados los intelectuales por ser agentes de la burguesía.

Incluso persiguió a figuras emblemáticas de su partido como su propia esposa, Jiang Qing, Zhou Enlai y Deng Xiaoping, despojándolos del poder. Pero en juego largo hay desquite, y a su muerte, Deng Xiao Ping regresó al poder y viró el rumbo hacia un comunismo más pragmático, abriéndose al capital occidental, pero conservando la supremacía política.

Los resultados están a la vista. China hoy es la segunda potencia del mundo y aunque el Partido comunista maneja férreamente los hilos del poder, el capitalismo ha cambiado a la China atrasada del siglo pasado. Su poder industrial, tecnológico y comercial pronto la pondrán a la cabeza del mundo.

Pero todo tiene su costo. Aparte de las miserables condiciones de sus trabajadores, que recuerdan la revolución industrial de Inglaterra, con su hacinamiento, sus pobres salarios y sus largas jornadas de trabajo, también muestra el surgimiento de una clase social con exorbitantes fortunas que muestran a las claras la desigualdad que se vive y que hoy haría revolver en su tumba al propio Mao.

Lo paradójico es que su nieta es una de las representantes de esta clase emergente que si bien no ostenta el poder político, tiene el económico que la hace brillar más allá de China. Seiscientos millones de dólares son los cálculos de la fortuna de Kong Fongmei, adquiridos no precisamente dentro de la igualdad que predica el marxismo, sino como fruto de la explotación del capitalismo de nuevo cuño que se reinventa en China.

Deng Xiaoping puede darse poer satisfecho. Su esquema político sobrevivió la caída del muro de Berlín, el hundimiento de la Unión Soviética y las llamadas "democracias populares" de Europa oriental, y la lenta agonía dentro de la pobreza, de sistemas como el cubano y el norcoreano. Por el contrario, el régimen chino goza de buena salud.

Este es el verdadero "socialismo Siglo XXI", conservar el poder politico bajo un férreo esquema de partido único, pero permitiendo que florezca el capitalismo con sus mejores ventajas de riqueza desmedida, y sus peores defectos como la explotación desmedida de la clase trabajadora, incapaz de reaccionar bajo la dictadura socialista.

Las dos caras de la moneda encerradas en un puño de hierro. Maduro, en la vecina Venezuela, le apuesta al viejo modelo que se hundió en los ochentas del siglo pasado, hegemonía política y económica, permitiendo el enriquecimiento tan solo de su entorno, cobijándose bajo la sombra del fosilizado régimen de los hermanos Castro.

El fracaso está a la vista. Se le olvidó el viejo dicho: "el que reparte y recomparte, se lleva la mejor parte". Deng Xiaoping lo aprendió a tiempo.