Los procesos de paz en el mundo con grupos insurgentes, incluyendo los que se han hecho en Colombia, como bien lo dice el fiscal, se encuentran enmarcados dentro de las experiencias internacionales y los convenios de Ginebra y deben procurar una salida política para los que se desmovilizan.

Lo que llama la atención es que los enemigos de las conversaciones hablan a voz en cuello de impunidad cuando apenas se está tratando el primer punto de los cinco pactados y aún no se discute el tema de la participación política y la justicia transicional. Hablen, controviertan y si es el caso rechacen cuando se esté conversando sobre este tema y no se imaginen lo que hasta ahora no se ha tratado.

Lo único que si hay que tener en cuenta es que los crímenes de guerra y de lesa humanidad no son perdonables y que, como lo dije el presidente Santos, los beneficios que reciban los guerrilleros por su desmovilización también deben cobijar de igual manera a los militares, con la salvedad anotada.