Viajes de Petro se han quedado en retórica sobre cambio climático

Al igual que ciando fue alcalde de Bogotá, Petro es bueno ideando, pero pésimo ejecutando. Todo se le va en hablar, pero no ejecuta. Al final, mucho tilín tilín y nada de paletas.

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Viajes de Petro se han quedado en retórica sobre cambio climático Por Edgar Quintero Herrera Enero 17, 2024 El presidente Petro tiene un claro interés de convertirse en un líder internacional bajo la sombrilla del cambio climático. Ha pasado cerca de tres meses de su mandato fuera de Colombia en viajes al exterior. En el Foro Económico de Davos, Suiza, volvió a activar su ambiciosa agenda internacional, en la que el cambio climático le ayuda a hilvanar otros temas en la arena internacional, como la migración, la reforma del sistema financiero global y la creación de un mundo poscapitalista que no dependa del petróleo y del carbón. Sin embargo, y pese a ser el presidente de este siglo que más ha viajado, Petro no ha logrado transformar su consistente retórica climática en planes concretos que beneficien a Colombia, o que tracen una senda para convencer al mundo desarrollado de sus reformas radicales frente al apara_to productivo. La Silla revisó los resultados de 26 viajes del presidente a cumbres internacionales o reuniones con jefes de Estado que no fueran posesiones presidenciales. En 13 de ellas, el gobierno Petro firmó instrumentos de cooperación internacional, como memorandos, alianzas o cartas de intención. En sólo 2 de estos instrumentos, el gobierno logra eventuales compromisos de inversión en proyectos de energías renovables, pero sin detalles sobre sus tiempos o financiación. De momento, el principal logro de su diplomacia es la obtención de sedes para eventos multilaterales como la COP-16 sobre biodiversidad, cuyos resultados están por concretarse. Petro no tiene planes concretos sobre cambio climático El gobierno ha despertado el interés de dos inversionistas en energías renovables, pero sin lograr compromisos concretos en proyectos y financiación. En julio de 2023, durante su visita de Estado en Alemania, Petro y el canciller Álvaro Leyva se reunieron con un grupo de empresarios alemanes interesados en invertir en energías limpias, y con el gobierno alemán firmaron una alianza para incentivar y coordinar eventuales inversiones. Posteriormente, en agosto, durante la conferencia Amazónica de Bélem de Pará, en Brasil, altos funcionarios de Emiratos Árabes Unidos mostraron su interés en el mismo sentido. La delegación que se reunió con los representantes colombianos estaba encabezada por el sultán Ahmed Al Jaber, presidente de la COP 28 en Dubai y cabeza de la petrolera estatal de su país. Con los emiratíes, el gobierno Petro tampoco concretó proyectos de inversión para Colombia relacionados con energías renovables. Lo hizo meses después, durante la COP en Dubai, pero en temas relacionados con educación y paz. En esa conferencia, Colombia logró recaudar 11 millones de dólares para proyectos en regiones apartadas y comprometió a los Emiratos para la donación de un hospital de alta complejidad para La Guajira, uno de los departamentos priorizados por el presidente. La otra herramienta de Petro es de carácter jurídico, y sus efectos pueden ser más etéreos. En enero de 2023, durante su visita de Estado a Chile, los cancilleres de ambos países firmaron una consulta a la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre las obligaciones que tienen los Estados frente a la emergencia climática. Lo hicieron basados en el Acuerdo de Escazú, un tratado regional sobre derecho ambiental que el Congreso ratificó justo después de la elección de Petro en el 2022. El gobierno Petro también ha firmado instrumentos de cooperación sobre medio ambiente con los gobiernos de España y China, pero sin los detalles ni la financiación para que pasen de ser una mera declaración de intenciones. “La administración Petro tiene el enorme desafío de convertir su retórica en acción. Muchos de sus anuncios siguen en el aire. Seguimos a la espera para entender mejor los avances de su gobierno en esta línea de trabajo”, dice el analista Geoff Ramsey, quien dirige el programa sobre Colombia en el Atlantic Council, un centro de pensamiento de Washington. La propuesta estrella de Petro sigue sin convencer a los países ricos La principal propuesta del presidente es el canje de deuda pública por acciones climáticas. Es decir, que un país como Colombia, por donde pasa el Amazonas, pueda reducir su deuda exterior por cuidar de sus selvas y de sus ríos. O por contener su deforestación, como su gobierno lo ha hecho con relativo éxito. De hecho, en 12 de los 26 viajes internacionales analizados por La Silla, Petro hace alusión a esta propuesta. Y en 9 de las 13 cumbres internacionales a las que ha ido fue su propuesta bandera, incluida el Foro Económico en Davos en donde está ahora y donde habló de un “Plan Marshall climático”, en alusión al plan de inversión pública que reconstruyó a Europa luego de la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Petro incluso mencionó la propuesta en sus reuniones bilaterales con Emmanuel Macron y Joe Biden, sus homólogos en Francia y Estados Unidos, respectivamente. Pero, pese a su insistencia, la propuesta no ha pasado del plano de lo retórico. En la promoción de su propuesta, los principales logros de Petro han sido, por un lado, su inclusión en la declaración final de la cumbre en Belem de Pará, donde el gobierno tuvo que enfrentar la renuencia de la delegación brasileña por su oposición radical a la explotación de petróleo. Y, por otra parte, el buen recibo de la propuesta por parte de Biden. “No es extraño que un presidente piense en el cambio climático. Sin embargo, la aproximación de Petro no es la más adecuada. Sus propuestas no son acordes con la capacidad y los intereses del Estado colombiano”, dice el economista Javier Mejía, investigador de Stanford, quien escribió una crónica sobre un discurso del presidente en esa universidad frente a la crisis climática. “Petro no piensa en los costos específicos del país. Lo que implica, por ejemplo, dejar de explotar petróleo para las finanzas del gobierno. Su lógica es global y enfatiza en la necesidad de cambiar el ******o productivo para salvar a la humanidad”, agrega Mejía. Colombia como centro de conversaciones globales y regionales El principal logro de la diplomacia de Petro está por concretarse. Consiste en convertir a Colombia en la sede de reuniones multilaterales claves sobre cambio climático. En esta materia, su mayor éxito fue la designación de Colombia como sede de la COP-16 sobre biodiversidad, un evento que tendrá lugar entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de este año. La confirmación de la sede se dio en Dubai, durante la COP 28, y se obtuvo luego de que Turquía renunciara a organizarla debido al impacto del terremoto que sufrió en febrero del 2023. Con la escogencia de Colombia es la primera vez que un país latinoamericano va a organizar un evento de su tipo. “Esto posiciona a Colombia como un posible destino regional para la inversión en energías renovables. También mejora la imagen internacional del país. Lo proyecta como un país amazónico de vanguardia”, dice Filipe Figueiredo, quien conduce Xadrez Verbal, un podcast de política internacional en portugués. “Sin embargo, si esta política no da frutos en el corto plazo, puede ser cuestionada internamente y eventualmente revertida por un gobierno de derecha”. El gobierno Petro también ofreció al país para acoger otras reuniones sobre cambio climático. En la cumbre Amazónica de Belem, Colombia se postuló para ser la sede de la V reunión de los Estados parte del Tratado de Cooperación Amazónica: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela. En esa cumbre, Petro también propuso una reunión con los ministros de seguridad de cada gobierno para discutir un mecanismo de vigilancia para el Amazonas, “la OTAN amazónica”, como en su momento la denominó en alusión a la alianza militar de las potencias industrializadas. Por otro lado, Colombia se ofreció como sede en 2025 de la reunión entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea. Lo hizo aprovechando la presidencia temporal de la Celac que tiene el país ese año. Y recientemente, desde Davos, Petro anunció una cumbre antidrogas de países latinoamericanos en Bogotá. Dijo que Guatemala y México están confirmados. La Paz Total y la migración opacan a la seguridad La migración y el apoyo político a la Paz Total son los otros dos grandes temas de Petro en el mundo. El presidente ha discutido sobre asuntos migratorios en 14 de los 26 viajes internacionales analizados por La Silla. Sin embargo, en el discurso de Petro la migración suele estar subordinada a la visión que promulga sobre el cambio climático y el “éxodo” del “sur global” al “norte global” que van a producir las alteraciones climáticas de las próximas décadas. Petro ha sostenido discusiones más concretas sobre asuntos migratorios con mandatarios centroamericanos, como lo hizo en Bruselas, durante la reunión entre la Celac y la Unión Europea, con Xiomara Castro, presidenta de Honduras. E incluso en abril de 2023, durante la visita de Estado a Biden, en la que la migración fue uno de los principales temas tratados. Por su parte, la búsqueda de apoyo político a la Paz Total es promovido especialmente por el canciller Leyva, un experimentado interlocutor con grupos armados. Se ha materializado, por ejemplo, en la declaración conjunta de la Celac y la Unión Europea, en julio del 2023, en la que ambas organizaciones respaldaron las negociaciones con el ELN y le pidieron al gobierno continuar con la implementación del Acuerdo de Paz con las Farc. En contraste con la migración y la promoción de la Paz Total, la seguridad ha estado relegada del centro de la agenda internacional de Petro. De los 26 viajes internacionales analizados en La Silla, únicamente en 6 Petro ha hablado explícitamente de narcotráfico o crimen transnacional, temas que eran prioritarios en otros gobiernos en su relación con el principal socio, Estados Unidos. Petro abordó el tema durante la visita a Biden en abril de 2023 y durante el encuentro XI de gabinete binacional con Ecuador, en enero del año pasado, cuando el expresidente Guillermo Lasso aún estaba en el poder. Justamente, el presidente volvió a mencionar el tema de la violencia del narcotráfico durante la posesión de Daniel Noboa, en noviembre del año pasado, anticipando la crisis que tiene sumergida a ese país. “Frente a la lucha antidrogas, la política de Petro tiene más foco en el desarrollo rural que en la criminalización de los cultivos”, dice el analista Ramsey, del Atlantic Council. Ramsey también explica que la guerra contra las drogas en Colombia ha perdido relevancia en Washington, y eso le abre un margen al gobierno para innovar o para hablar de otros temas. “Por eso la administración Petro habla más de migración, por ejemplo, un tema central en los Estados Unidos”. En 2024, y si Petro sostiene sus itinerarios intensos por el mundo, el gobierno tiene el reto de nivelar la ambiciosa retórica con resultados concretos. Y está por verse si el menor énfasis en temas más tradicionales de la política exterior colombiana, como el narcotráfico y el crimen transnacional, se traduce en costos para el país.

Fuente: La silla Vacía