El Viajero

Hola...me gustaria que me dieran opiniones de lo que piensan de este escrito
Gracias..



...Arroz...



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Estoy atrapado, todo se repite, ya no tengo salida, solo me queda huir y andar de bus en bus por

las carreteras bañadas en sangre de esto que llaman país; en los buses en que viajo siempre creo

que algo sucederá. Me gusta observar las personas que viajan conmigo, pues, yo sé que todas

tienen su mascara que quieren mostrar que todo esta bien, pero en realidad no, yo estoy muy

seguro de que todas están tan podridas como yo; pero tal vez ellos no lo quieren aceptar, aun no

es su momento, aun no tocan fondo.

Esto me recuerda aquel día que aquella mujer con una sonrisa algo incomoda me contaba cuanto

amaba a sus hijos y su esposo, pero sus ojos no se iluminaban, parecían ceniza de un fuego que

había muerto mucho tiempo atrás; ella pensaba que me interesaba su historia, pero en realidad yo

solo tenia mis ojos desorbitados y mi cara inexpresiva como si la escuchara, evidentemente ella

no lo noto; el bus se detuvo y yo sin decir una palabra me baje del vehículo, para escapar de esta

mujer.

Así recorría yo las calles, de esquina a esquina, la gente me observaba con desprecio y se alejaban

en cuanto veían que me acercaba, ¿Qué tengo? Soledad, es lo único, y un viejo cuaderno que me

acompaña a donde sea que vaya.

A mi casa no puedo volver, allá, en esa cueva mi presencia no es bienvenida, mas bien me

esperarían con una trapeadora para limpiar el reguero de sangre que deje en mi habitación antes

de partir; es por eso que busco un lugar en esta tierra a la cual ya no pertenezco, pero aun sigo

aquí, no se en que ciudad estoy ni se a cual me dirijo.

Pero no siempre fui así, antes era normal, salía con mis amigos, reía en reuniones familiares, cosas

que hacen las personas, de pronto todo se desmorono. Las reuniones se convirtieron en un

silencio perturbador que penetraba mi cabeza como un taladro, las salidas con mis amigos

terminaron, pues ahora cada uno de nosotros esta en un bus diferente cada día, con su mirada

perturbada.

Un día como tantos en mis largas caminatas por la ciudad, vi la fachada de un gran lugar, supe

entonces que allí era donde yo debía estar, no entendía porque, pero fue la intuición mas pura

que había sentido jamás, entre y lo recorrí por completo, era un lugar desolado y frio, al que las

personas no quieren ir, y algunos de los que entran, nunca salen…como yo; fue entonces cuando vi

a alguien conocido en una esquina, apartado, como si no quisiera ser visto. Me acerque hacia él,

que no se percato de mi presencia, segundos después entendí porque, cuando vi que la lapida

tenia mi nombre escrito.