Siendo fiel a su historia reciente de remar contra la corriente, Junior empató anoche 2-2 como visitante frente a Universidad Católica de Chile. El encuentro, que fue parte de la segunda fecha del Grupo 3 en la Copa Santander Libertadores se efectuó en el estadio San Carlos de Apoquindo, ubicado en Santiago, capital del país austral.

Junior jugó un primer tiempo durante el cual solo estuvo equilibrado en males y falencias. La zaga rojiblanca fue pasiva y el ataque se vio lánguido, pese a que la parte posterior de los cruzados no fue una auténtica barrera humana.

Los goles de la Católica llegaron por medio del joven volante Felipe Gutiérrez. El primero se dio a los 19 minutos de la inicial, cuando el argentino Nicolás Trecco levantó un tiro libre desde el costado oriental y Gutiérrez supo anticipar a los zagueros del conjunto tiburón, fusilando así en el área chica al guardameta uruguayo Sebastián Viera.

Con el partido 1-0 los junioristas no tuvieron reacción inmediata y el juego de toque con algunas aproximaciones que hicieron en los primeros instantes fue quedando como un lejano recuerdo, mientras el público chileno empujaba a los suyos hacia la segunda conquista.

Precisamente esta llegó a los 26 minutos del primer acto. Felipe Gutiérrez aprovechó un pase cruzado desde la banda izquierda, picó a espaldas de Anselmo De Almeida, quien fue muestra máxima de lentitud y de lo que no debe hacer un zaguero, en el mismo andar dejó sobre la grama al portero Viera y sacudió la red sur del San Carlos. 2-0 se puso el encuentro y no cesaba la horrible noche para Junior.

Etapa final. Para la segunda parte Junior volvió a jugar en zona del rival y el premio a la osadía no derivó en el tercer tanto de la Católica, sino en un alentador descuento que logró Vladimir Hernández cuando corría el minuto 7.

Después de una acción por la parte occidental, Vladimir tomó la pelota en el aire y con un fuerte derechazo, más la complicidad del portero Cristopher Toselli, a quien se le escurrió el balón entre las manos llegó el 2-1 de Junior.

El equipo de José Eugenio Hernández siguió atacando y más allá de no concluir la mayoría de sus llegadas, tuvo una actitud sustancialmente diferente a la del primer periodo. Fue vital en esto el ingreso del samario Luis Carlos Ruiz, quien supo proyectarse por la zona derecha y pisar el área rival mostrando peligro.

El gol que significó el empate 2-2 se dio a los 15 minutos del segundo periodo. El lateral zurdo Héctor Quiñónez entró perfilado al área de Universidad Católica al aprovechar un pase del volante de marca Luis Narváez. Quiñónez supo eludir a varios rivales con un pique veloz y frente a Toselli resolvió con un preciso remate que se fue al ángulo superior izquierdo de la portería sur.

Fue el 2-2, a esas alturas justo para un Junior que no era conforme con llegar y solo mostrar algo de coraje en su segunda aparición copera.

El gol cayó junto a la gradería sur, la que lleva el nombre de Mario Lepe, entrenador de la Católica e ídolo por lo hecho en sus años de jugador. Esta vez aquel ícono de la media cancha quedó como un estratega más lleno de frustraciones e interrogantes, frente a un rival que vestido de rojiblanco enredó más sus aspiraciones.

Junior sigue lejos del nivel que lo llevó a ser campeón colombiano en diciembre de 2011. Al cuadro de Cheché le cuesta hacer goles y se los convierten con relativa facilidad. En todo caso, es más fácil corregir amparado en un buen resultado, que rodeado por el fuerte pesar de las derrotas y las culpas.

El plantel de Junior programó para hoy su despertar antes de las 4 de la mañana (hora colombiana). Un par de horas después viajará desde Santiago hacia Bogotá, ciudad a la que llegará a las 12:30 p.m.

El arribo a Barranquilla está previsto para las 3:30 p.m. Esta misma tarde comenzará a definirse el grupo que viajará a Envigado mañana en horas de la noche. El encuentro ante los naranjas será el domingo a las 3:30 p.m. y al terminarlo los rojiblancos regresarán a Barranquilla haciendo escala en Bogotá.

Para el miércoles de la próxima semana está previsto en el Metropolitano el partido ante Valledupar FC, válido por la Copa Postobón, el cual seguramente jugarán las alternativas.

El regaño de Cheché Hernández a sus dirigidos en el entretiempo surtió efecto, tal como lo reconoció Vladimir Hernández, autor del primer gol del Junior, anoche, ante Universidad Católica.

El equipo barranquillero no había hecho un buen primer tiempo y se había ido al descanso perdiendo 2-0.

“El profe nos dio un regaño y en el segundo tiempo el equipo corrió, metió, sudó más la camiseta y no dio por perdida ninguna pelota. Tuvimos muchas opciones para meterla, pero después de estar 2-0 abajo y empatar en una cancha tan difícil, es satisfactorio”, comentó Vladimir a Ricardo Ordóñez, de Emisora Atlántico.

Vladimir fue una de las figuras del partido disputado anoche en el estadio San Carlos de Apoquindo. En el primer tiempo tuvo la opción más clara de anotar para su equipo, luego en el segundo marcó el descuento y sobre el final estuvo a punto de sentenciar el juego con un remate de chilena.

“Estoy contento con mi actuación y por haber anotado. En el segundo tiempo el equipo mejoró, porque en el primero nos costó tener la pelota y ellos nos apretaron bastante. Es importante sumar de visitante, ahora vienen tres partidos en Barranquilla y tenemos que hacernos fuertes en nuestra casa”.

El técnico Cheché Hernández también destacó el cambio de actitud que tuvo su equipo para la etapa complementaria.

“Mientras la Católica iba a 80 y a 100 por hora y nosotros íbamos a 20 y a 30. En el segundo tiempo se corrigió y el ingreso de Ruiz le dio otra dinámica al equipo, porque empezó a preocupar al rival. Con Ruiz taponamos la zona de Iván Vélez, por donde la Católica recargó todo su ataque. Lo hicimos pero con fútbol, con desequilibrio, la fuerza y el empuje de Ruiz”.

El portero uruguayo Sebastián Viera reconoció que el equipo cometió muchos errores en la parte inicial, pero la clave fue admitirlos y saber que se podía revertir el resultado.

“Sabíamos que se podía, que le habíamos dado vuelta a resultados más difíciles y que este era un partido de Copa y había que salir muertos de la cancha”.

Viera destacó la enjundia que mostró todo el equipo. “Estoy satisfecho porque encontramos un equipo con rebeldía que no se da por vencido nunca, el semestre pasado no dábamos un partido por perdido y este año no habíamos tenido esa misma rebeldía”.

De igual manera valoró el hecho de haber llegado desde el lunes a Santiago. “Si hubiéramos llegado dos días antes, como ante Unión Española, no le hubiéramos dado vuelta”.