Un día llega una mujer a un sex-shop (para los que no tengan mundo, un sex shop es un almacén, donde uno consigue desde un masturbador a pilas recargables con energía solar, hasta un látigo fluorescente) y se acerca al mostrador. Le dice al vendedor que se encuentra atendiendo en el momento:
- Señor, ¿tiene consoladores (osea, vibradores)?
- Sí señora. Lo que usted ve en ese muro de en frente -dice el vendedor.
- ¿Cuánto vale ese rojito que tiene allá en la esquina?
- No señora, de el extinguidor, hacia la derecha.
(Comentario: Este chiste, hay que saberlo leer...y si no se ríe, pues me atrevo a decir que su señora progenitora ha de ofrecer su cuerpo en la calle a cambio de unos cuantos pesos).