La comparación es perfectamente valida. Los ingleses justamente tienen un antecedente que usted con seguridad no entenderìa: una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial bajaron del poder a Churchill. Ingratitud? No, aversión al caudillismo y pleno respeto a las democracias. El líder al cual incluso hasta estos días no han dejado de agradecerle su salvación durante la guerra, carecía de cualidades para liderar un país en paz. No es ingratitud reconocer que incluso los màs excelsos prohombres tienen defectos y no se les pueden brindar atribuciones infinitas.


Lo que Miguel dice con todo acierto es que en estos países subdesarrollados democraticamente (tal vez con plata, tal vez con oro, pero sin duda sin conceptos firme sobre la democracia) como Perú (Fujimori), Venezuela (Chavez), Cuba (Castro), Colombia (Uribe) o Ecuador (Correa) somos proclives a dejar en manos de un solo hombre los destinos de un país con el frágil argumento de que alguna vez hicieron algo bueno.