Civiles acribillados dentro de un bus por pandilleros de la MS-13 en Tegucigalpa-Honduras.

24/12/2004

Civiles acribillados con fusiles dentro de un bus por pandilleros de la MS-13 en Tegucigalpa-Honduras.


* Matanza es “un mensaje” para el presidente del Congreso y el ministro del Interior

* Entre los muertos hay 16 mujeres y siete niños

* Acribillaron a mansalva y dejan reguero de cadáveres

*Según testigos de la tragedia, los atacantes portaban armas de grueso calibre, al parecer fusiles AK-47 y M-16.

CHAMELECON, HONDURAS.- Miembros del cuerpo de rescate colocan en fila los cadáveres de las 28 personas que murieron tras ser acribillado a balazos el autobús urbano en que se transportaban en esta ciudad ubicada al norte de Tegucigalpa.

La sangre volvió a correr cuando 28 personas murieron y unas 24 resultaron heridas al ser acribilladas mientras se transportaban en un autobús de la ruta urbana de esta ciudad en la antesala de la Nochebuena.

De los 28 muertos, 16 mujeres, cinco hombres y siete niños, quince no habían sido identificados al filo de la medianoche del jueves.

El ataque ocurrió a las 7:15 de la noche en una calle solitaria entre las colonias San Isidro y Ebenezer del sector de Chamelecón. Las víctimas regresaban de sus trabajos o de hacer compras en el centro de la ciudad cuando encontraron la muerte.

Según relatos de algunos de los vecinos, siete u ocho delincuentes se transportaban en dos vehículos, uno de ellos un Toyota azul tipo pick up y un turismo blanco.

Una hora después de la tragedia el presidente Ricardo Maduro ofreció un millón de lempiras a quienes den información que conduzca a la captura de los responsables.



Dispararon a mansalva

El ambiente navideño en esta ciudad fue interrumpido con la noticia, mientras las radioemisoras informaban del suceso, los heridos eran trasladados a clínicas y hospitales.

Los asesinos, que aprovecharon la oscuridad de la calle de la colonia Ebenezer para perpetrar el salvaje ataque, alcanzaron la unidad de transporte a la altura del muro norte del instituto Modesto Rodas Alvarado; antes de virar hacia el sector sur de la colonia, los ocupantes de los vehículos interceptaron el bus y lo ametrallaron.

Otros se bajaron de los vehículos y llegaron hasta la puerta y comenzaron a disparar en el interior del mismo.

La unidad de transporte urbano tenía perforaciones de bala por todos lados, los vidrios estaban quebrados casi en su totalidad.


Cinismo inaudito

Los desalmados dejaron una nota en la que acusan al presidente del Congreso Nacional, Porfirio Lobo Sosa, y al ministro de Seguridad, Oscar Álvarez, de ser los causantes de la tragedia.

La escena era dantesca, los muertos que quedaron en el lugar estaban tirados, unos encima de otros, en la parte delantera de la unidad de transporte había cuatro del sexo masculino, en la parte posterior yacían cuatro mujeres y un joven de aproximadamente 18 años de edad.

En el interior de la unidad quedaron tiradas seis personas que no lograron escapar del ataque despiadado de los asesinos, entre ellas dos niños, uno de dos años de edad y el otro de seis.

Decenas de personas llegaban al lugar envueltas en un mar de lágrimas, las escenas de dolor eran innumerables, los lamentos y el llanto no cesaban mientras buscaban entre los cadáveres para identificar a un posible familiar.


“Es mi hijo”

“Mejor me hubieran matado a mí estos perros, es mi hijo”. Esas fueron las primeras palabras, que luego se entrecortaron por el llanto del señor Rutilio Paz al reconocer el cadáver de su hijo, Javier Enrique Paz, de 22 años, que estaba tirado junto a la puerta del bus.

Javier Paz era uno de los cinco jóvenes que murieron en la puerta de entrada del bus, su padre informó que laboraba en una maquila en el barrio La Guardia.

El padre del infortunado joven llegó una media hora después de ocurrida la masacre y manifestó que su hijo venía en ese momento de visitar a su novia.

Entre las víctimas que se identificaron en primera instancia antes que llegaran las autoridades del Ministerio Público se corroboró que murió el conductor del bus de nombre Guillermo Salgado Pineda.

El cuerpo del chequeador de la ruta, Víctor Ramírez, quedó tirado junto a su compañero de trabajo.

Otro de los muertos que estaba afuera del bus era el del guardia de seguridad Carmelo de Jesús Domínguez, él fue reconocido por un familiar que no quiso dar a conocer su nombre.