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Análisis de los debates presidenciales en RCN y Caracol
Calificación: de
5,00
Una lectura de los debates presidenciales que han hecho los dos canales privados (RCN el jueves y Caracol el viernes), aparte de mostrar las tristes polémicas entre los candidatos, también evidenció las pésimas políticas de los canales privados para dichos fines y el escaso respeto que hacia el electorado tuvieron algunos candidatos. En RCN, el escenario era lúgubre, oscuro, parecía de debate presidencial de los años noventas. Rodrigo Pardo aburría hasta a las piedras. Vicky Dávila hizo preguntas dignas de reinado de belleza, demasiado simples e imprescindible. Salvó la patria Yolanda Ruíz siendo incisiva, pero le dieron poca participación. El control del tiempo fue más acertado. En todo caso, tuvo poca acogida, ya que el horario le fue muy desfavorable. En Caracol, el ego de Luis Carlos Vélez quiso robarse el show, interrumpió porque sí y porque no a los candidatos. No se vio un verdadero debate fluido, dado el escaso tiempo para contestar o replicar y el confuso sistema para hacerlo. Las preguntas realizadas por María Lucía Fernández y Jorge Alfredo Vargas fueron muy de cajón y por eso se llevaron respuestas casi calcadas del debate anterior (sobre todo en el tema de las relaciones con Venezuela ). Se tornó tan fastidioso, que daban ganas de ver Idol Colombia… Y eso es mucho decir. Mientras en el debate del jueves, Santos y Zuluaga estaban que se agarraban de las mechas, en el del viernes casi que agarran al prepotente de Vélez por interrumpirlo. No basta un set más luminoso, cuando todo se redujo a mini-discursos, más propios de un comercial de TV y hasta con fallos de sonido.