Conozca los personajes de ‘Alias el mexicano’

El canal RCN desde hace varios días anuncia el pronto estreno de la narconovela sobre Gonzalo Rodríguez Gacha, Alias el mexicano, un delincuente que gracias a las drogras, la muerte y la guerra llegó a convertirse en un hombre muy poderoso. Conozca en LaFiscalia.com los personajes de esta serie según las Américas:

Gonzalo Rodríguez Gacha llegó el 14 de Mayo de 1947 a una familia campesina en Pacho. Creció mientras compartía el plato, la ropa y una cama sencilla con varios de sus hermanos. Desde que vio matar a su mejor amigo a sangre fría cuando lo vendió para ganarse una pepa de esmeralda, Gacha aprendió que, efectivamente, el fin justifica los medios.
Fue siempre un hombre terco, intolerante y avaro. Narcisista, con poco sentido de las normas y de la culpa. Impulsivo, manipulador y lo que los gringos llaman “pasive agressive”. Pronto las minas de esmeraldas se le quedan chicas y descubre en el narcotráfico todo lo que estaba buscando, dinero rápido y en grandes cantidades, dinero que lo rodea de gente que lo admira y le teme.
Fue indiscutiblemente un visionario para los grandes negocios, buscaba monopolizarlo desde la producción hasta la venta al menudeo, el transporte y la distribución. Nunca vio el narcotráfico como un delito, sino como un próspero negocio de exportación.
Jaime Ramírez, Coronel que ascendió sin problema en su carrera con honores y sin queja alguna. Siempre fue el hombre de confianza de sus superiores y juró acabar con el narcotráfico en este país. Luchaba por hacer las cosas bien hasta el punto de saltarse las normas siguiendo una corazonada. Nunca se dejó sobornar ni extorsionar. Sabía que moriría a manos de sus perseguidos, pero aun así siguió hasta dar con la mayoría de ellos.
Héctor Lineros nació en Pacho y pasó su infancia entre los cultivos de naranja y los caballos de paso. No terminó el bachillerato y se lo llevaron a prestar el servicio militar que le encanto, pero en la casa no hubo cómo pagarle la carrera militar.
Se dedicó de lleno a la tierra, se casó joven y tuvo un par de hijos. Un hombre recto y disciplinado que exigía lo mismo de los suyos, de sangre fría y ambición de sobresalir en el pueblo. Cuando llegó la bonanza al pueblo de mano de Rodríguez Gacha, llegó también la oportunidad de hacer lo que siempre quiso. Comenzó formando parte de cuerpo de seguridad de las haciendas del patrón. Pronto dejo ver su alma de miliciano y se ganó el puesto de jefe militar del hombre.
Llego a tener más de 1000 hombres bajo su mando. Su familia tuvo mejor vida, con más comodidades cosa que lo enorgullecía enormemente. Fundó la escuela de sicarios y los entrenaba personalmente. Llegó a codearse con los altos mandos de las fuerzas armadas de la república con quienes hizo negocios. En su casa se negociaron armas, kilos de droga y vidas ante los ojos de su mujer y sus hijos que pronto se acostumbraron a ese estilo de vida.
Ana Belén fue la menor de los tres hijos de la familia y la más “agraciadita” desde que comenzó a caminar. Como fue la única niña su madre se dedicó a consentirla y su padre a darle gusto.
A los 8 años Ana Belén supo que su futuro era ser reina de belleza. Comenzó como un juego y se fue volviendo cada vez más serio, el reinado de la primaria, luego del bachillerato, de las ferias del pueblo, de la naranja. A puertas del reinado que escogería la señorita San Martín, Doña Beatriz Elisa se ve alcanzada de dinero y no tiene más remedio que buscar el patrocinio del patrón del momento, Gonzalo Rodríguez Gacha.
Ana Belén tiene que pagar un precio a cambio se va de mula. Con la dignidad a flor de piel Ana Belén llega a los Estados Unidos con las tripas llenas de polvo y compra con eso un boleto directo a una cárcel estatal. Su mundo de fantasía, palacios y galanes se cae a pedazos y pronto empieza a consumir el mismo polvo que llevó entre sus entrañas.
Isis Cardona, periodista. Desde que llegó a la adolescencia Isis se volvió adicta a la adrenalina, practicó deportes extremos, hizo viajes de campamento, camino calles oscuras y peligrosas de noche, sentía que la vida no tenía sentido sin las emociones fuertes. Cuando decidió estudiar periodismo soñaba con ser reportera de guerra, de descubrir complots y espías, de morir en busca de la noticia.
Para Isis no existen límites cuando conseguir la noticia se trata, incluso si eso implica meterse en la cama con un capo del narcotráfico o un coronel de la república. Más que su afán por la noticia lo que la motiva es la adrenalina de conseguir la notica entre las sábanas. No es de las mujeres que se enamora perdidamente, sabe que, como le dijo algún día su madre, las mujeres están sentadas sobre un tesorito y ella aprendió a utilizarlo para conseguir cualquier cosa en la vida.
Ernesto ‘el cuyanito’ nació en Cuba por allá en los sesentas y, en cuanto pudo, agarró una balsa y salió rumbo a Miami donde conoció el dinero y le gustó. Por las rumbas conoció la marihuana y se metió en el negocio. Primero vendiendo, luego distribuyendo y finalmente decidió ir él mismo por la marihuana hasta la Guajira en donde decidió quedarse a vivir.
Es el amigote de Rodríguez Gacha porque fue el único que logró ganarse su confianza. No está de acuerdo con todo lo que hace, pero, mientras lo lleve bien en el negocio y no lo perjudique, no hay necesidad de discusión. El Cuyanito es mujeriego, le gustan buenas y fáciles, no quiere ponerse con pendejadas de conquistas ni noviazgos.
Es un hombre buena vida y gocetas, el alma de la fiesta, el compañero incondicional. Su ligereza para vivir la vida la tendrá que pagar cuando Rodríguez Gacha lo traicione.
Cabo Abril. Marco Antonio fue un matón desde que estaba en el colegio. Terminando el bachillerato la inteligencia no le dio sino para llegar a policía del pueblo. Al cabo le gusta el poder, que lo adulen y le tengan respeto. Él no quiere seguir reglas sino hacerlas. Sabe que con dinero y poder no hay nada imposible en esta vida.
Tiene principios bastante adaptables a la situación y cree que el fin justifica los medios. Su sueño es llegar a sargento mayor para poder retirarse a una casa en el marco de la plaza del pueblo, como la gente prestante. Mientras tanto, como el sueldo no le alcanza, se hace unos pesos extra en lo que considera ayudas a miembros de la comunidad.
Es un corrupto de principio a fin. Prepotente, sin ninguna gracia, su identidad está basada en el uniforme que es el único valor que le da autoestima. Se volvió policía para tener poder sobre sus semejantes y no conoce el concepto de servicio. Es la encarnación de lo corrupto de la sociedad colombiana.
Arturo Valencia Blanco nació en una familia “divinamente” de la ciudad de Bogotá, hijo de un hogar extremadamente tradicional. Estudió comunicación social, se casó con una niña bien de la sociedad y tuvo hijos que mandó al colegio bilingüe. Era un hombre amoroso, divertido y recto, adicto al trabajo no es de los padres que están constantemente presentes, sufrió constantes recriminaciones de su mujer por pasar muchas más horas en la oficina que en la casa.
Arturo es el periodista de mostrar, que defiende la libertad de expresión y que sabe que, efectivamente, los medios son el cuarto poder.
Por sus valientes columnas llegó a sentarse en la dirección de “Modus Operandi” en la época en que el narcotráfico estaba en auge, los capos ponían bombas y las mujeres se ponían tetas. No tuvo miedo en buscar hasta donde llegaban los tentáculos del negocio que manejaba la economía del país.
Bartolomé. William nació en Pacho en una finca donde sus padres cultivaban la tierra. Bueno, generoso, honrado y fiel. Trabajó con su padre hasta los 19 años, cuando supo que arriba en la hacienda del patrón estaban necesitando un jardinero.
Se presentó al puesto y le cayó bien al patrón. Empezó como jardinero y poco a poco se ganó su confianza. Pasó de ser jardinero a hacer arreglos en la casa, a hacer las compras, organizar las fiestas, sacar a la señora, entrar chicas para las fiestas, negociar el trago y contar la plata.
Conocía todos los negocios de su patrón y sabía también de cómo funcionaban las reglas, pero como él las cumplía le parecía bien. Nunca les faltó nada a su mujer ni a sus hijos, a todos les dio estudio y las tres comidas. Tenía claro que si le iba bien al patrón les iba bien a todos en el pueblo, entonces hacía lo posible por protegerlo.
Julián Ruiz, estudiante de Puerto Gaitán. Es un niño educado y de buena familia. Recto, estudioso y acomedido. Nunca fue de dar problemas ni de estar en malos pasos, viene de un hogar bonito en donde priman el amor y a disciplina. Su padre quiso que estudiara en el colegio privado del pueblo para que luego estudiara una carrera.
Es un muchacho romántico, de los que todavía creían en el amor, de los que respeta las mujeres y sabe que no se las toca ni con el pétalo de una rosa. Julián se enamora perdidamente de Ana Belén, se siente en la obligación de sacarla de esa vida en la que su madre la ha metido. No quiere ser héroe, solo la ama de verdad.
Para él las cosas se hacen bien o no se hacen, sus principios son rectos y rígidos. Es machista porque así lo han educado, y siente que cuando quiere a una mujer es su deber protegerla y proveer para ella.