Esperanza Gomez es conejita Play Boy toda una pornstar

Esperanza Gómez saltó a la fama cuando se convirtió en la conejita Playbloy TV colombiana en 2005, especialmente por sus 92-60-93 que le ayudaron a convertirse en una de las privilegiadas de la revista más popular de Norteamérica.

Nacida hace 29 años en Belalcázar, Caldas; Esperanza comenzó su carrera pública a los 16 años, modelando lencería y dándose a conocer en los círculos de la moda por ser una de las modelos más prometedoras en desfiles de moda urbana para reconocidas marcas nacionales.

Hace un par de años, tras superar su faceta como chica Playboy, el apoyo de su padre le impulso en su aventura por California, entendiendo que era una cuestión profesional, decidió comenzar a hacer castings y fotografías.

Pero nada despertó más interés en ella que su famosa película porno filmada en Estados Unidos y dirigida por uno de los grandes gurús del cine triple x en el país norteamericano, George Stone.

Esperanza pasó del espejo al cine porno

Aunque estudió diseño de modas, lo que realmente le gustó a Esperanza fue mostrar su cuerpo, específicamente en la industria pornográfica. “La pornografía me llama la atención desde que tenía 13 años, desde que era niña me gustó el erotismo, me miraba al espejo desnuda y comenzaba a hacer poses frente al espejo”, aseguró la caldense de 1,70 metros de estatura.

Su sueño se hizo realidad el 24 de agosto pasado cuando ‘South Beach Cruisig 3’, primera película que protagoniza la colombiana, comenzó a comercializarse en el mercado estadounidense.

En su debut, Esperanza aseguró que se sintió tranquila y lo vivió con completa normalidad, además se venía preparando desde hace tiempo con la ayuda de su novio que además oficia de manager pues está pendiente de las audiciones, producciones y todo lo relacionado con el trabajo de la caldense.

Para ‘South Beach Cruisig 3’, la ex conejita Playboy tuvo que presentar castings en diferentes empresas pornográficas, además de ensayos fotográficos que como dice ella, “fueron prueba superada”.

Esperanza es enfática en el momento de defender su profesión y asegura que está disfrutando lo que hace porque a diferencia de otras actrices, ella no se está metiendo en el papel de alguien más. “no es algo que te preparan y te dicen tú tienes que actuar así, tienes que hacer esto si no que explotas lo que realmente eres”, dice la caldense.

La trilogía de ‘South Beach Crusing’ no es la primera película de la ex conejita, de hecho ya ha filmado varias escenas para otros filmes manejados por la misma productora para la que trabaja en Miami.

"No es una cuestión de dinero nada más de negocio económico, para mí siempre fue un sueño, soy una mujer supremamente sexual y yo si disfruto de la sexualidad, no mezclo lo que es sentimiento con el sexo”, dice Esperanza y defiende la veracidad de las producciones ya que para ella las películas no son fingidas y resaltan su faceta actoral.

En cuanto a su novio, aunque Esperanza no ha querido revelar su nombre ni cuanto lleva con él, lo que es cierto es que es un confidente más al que le cuenta sus sensaciones durante cada escena y que se ha convertido en un crítico experto.

Aunque para ella en la pornografía se maneja menos público que en los desfiles y eventos de su etapa en Playboy donde se manejaban entre 60 y 70 personas, asegura que es voyerista y que no le molesta que la gente la este observando mientras se desnuda.

En ‘South Beach Cruisig 3’, su coprotagonista fue uno de los más colaboradores, según la modelo colombiana “Justin me colaboró mucho yo no tenía experiencia porque una cosa es lo que tu practicas en tu casa y otra cosa es enfrentarse a esto porque si es más duro”.

Ni la primera ni la última colombiana en el cine porno

La caldense de 29 años no es la primera ni la última colombiana en participar de la industria porno, pero sí la única en trabajar sin nicknames o a escondidas, según ella no le interesa tener una doble cara porque en Colombia ya estamos cansados de tener una doble moral y no quiere ser una más de las que manejan doble máscara, como otras niñas colombianas del medio.

Mientras en este tipo de cine una actriz se mantiene vigente hasta los 36 años promedio, Esperanza aspira que su caducidad no venza en menos de seis años, por eso es enfática al afirmar que no sueña con matrimonio ni con formar una hogar porque está feliz como está con su pareja y cree que el que la quiera la acepta tal y como es.

Su incursión en el cine porno se esperaba para hace un par años aunque se demoró por que según ella necesitaba perfeccionar su carácter, “no lo había hecho antes porque no sentía que tenía una personalidad tan definida para enfrentar las críticas y los insultos pero ya estoy preparada psicológicamente para enfrentarlo”.

En la industria pornográfica lo que más determina si se es buena es la timidez o espontaneidad que se tenga ante las cámaras por eso la caldense admite que es muy rebelde como para sentirse intimidada y que al fin y al cabo la pueden criticar pero la gente termina “viendo la película en un motel.

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