Judith, una chica que había conocido por internet, por fin íbamos a conocernos después de varios meses de chatear en la net. Judith es una mujer rubia, 56 años muy bien conservada, de una cabellera casi dorada, unas tetas como melones no muy grandes pero apetitosas, un culito redondito y paradito, se notaba que nadie lo había taladrado todavía. Acordamos encontrarnos en la playa, yo lleve lo necesario ( cerveza, vino y una botella de 18 años jajaja) para pasar todo el día, ella por su lado trajo sándwiches y una variedad de pasa palos. En fin, un verdadero día de playa junto con el culito que me iba a pegar.
Pase toda la mañana con el guevo parado, morboseandola, solo pensaba en cogérmela, llenarla de leche por todos lados. Cada vez que me pedía que le untara loción bronceadora, aprovechaba y manoseaba muy ligeramente su entrepierna y su culito que tanto me gustaba y que iba a disfrutar luego, ella solo sonreía pícaramente , quizás adivinando lo que pasaba por mi mente morbosa o tal vez imaginando en todo lo que estaba por venir.
Al caer la tarde decidimos irnos y nos fuimos para su casa. Apenas entramos, ella comenzó a besarme desesperadamente en la boca y a desnudarme. Le agarre las tetas bien duro y comencé a mamárselas y morderle los pezones que estaban bien duritos, deslice mi mano para tocar su rica cuquita que estaba completamente mojada. Ella se arrodillo y se metió mi guevo en la boca y lo chupaba, lo metía y lo sacaba frenéticamente, no era muy experta que digamos. “Era verdad lo que me había contado en nuestros chats, que solo un tipo se la cogió una vez cuando tenia 50 y que nunca se había mamado un guevo.” La deje que se engolosinara y le decía lo rico que mamaba y lo puta que era, cosa que la excito aun mas, a Judith le encantaba que le hablara sucio. ¨Había encontrado mi puta perfecta¨. Judith no dejaba de mamarme el guevo y no paraba de gemir y decir que no sabia lo divino que era y el tiempo que había perdido. ¨Deja que pruebes la leche, zorra, vas a desear que te bañe con ella, como lo hacia Cleopatra, pero con mi leche, me decía yo mentalmente.” Que boca tan caliente tienes Judith, la tomé por el pelo y le metí el guevo hasta la garganta, casi ahogándose no dejaba de chupar. Le saque mi guevo de la boca y la bese. Chupaba mi lengua y yo la suya ardientemente mientras mis dedos jugueteaban con su clítoris y poco a poco se los metía en su cuquita y los sacaba y los ponía en su boca para que saboreara sus jugos. Ella no soltaba para nada mi guevo que estaba que explotaba.
Eres una puta divina mi amor¨, esas eran las palabras que Judith le gustaba escuchar. La tire en el piso y le comencé a mamar y morder su clítoris, con cada lamida ella se arqueaba y solo pedía que la terminara de coger, si papi atraviésame con tu lanza, culéame y lléname de leche, Te voy hacer acabar cien veces perra, en eso su cuerpo se arqueo hasta casi formar una U y dio un grito de placer, cooooñññño que vaina tan rica, la perra tuvo un orgasmo de puta madre. Se retorcía y tomo mi cabeza para que siguiera metiéndole la lengua en su cuevita. Yo tenia otro plan mejor. La voltee y le dije que se pusiera en cuatro para que expusiera ese culo que tanto deseaba, se lo lamia y metía mi lengua en su culito para ensalivarlo, ella se engrinchaba como una gata en celo y jadeaba de placer aahhhhhhh, le puse la cabeza en la entrada y se lo metí de un solo coñazo, la perra grito como una loca, ayyyyy me vas a matar, esto duele mucho, la tome del cabello y hale su cabeza hacia mi para que no se lo sacara, seguía suplicando que no continuara y yo solo le daba mas duro y le decía, sufre perra por que ahora es que vas a gozar.
Poco a poco se fue acostumbrando a mis embestidas y ya sus gemidos no eran de dolor sino de placer, dame duro coño e madre, este culo es solo tuyo así que culéalo y llénalo de leche, me decía. No termino de decir la frase cuando me le afinque mas y un torrente de leche comenzó a llenar su culo. Que puta tan sabrosa eres, le decía. AHHHHHHHH, que rico es cogerte.
Le saqué el guevo y se lo puse en la boca, lávamelo zorra para volverte a coger, ella lo chupaba con furia, saboreando mi leche y el sabor de su culito, en eso la sucia tuvo otro orgasmo. SIIIIIIIIII que puta soy y que rico es esta vaina, fueron sus palabras.
Su boca tan caliente y las chupadas hicieron que tuviera otra erección inmediata, la voltee como una tortilla y levante sus piernas y las puse sobre mis hombros y le metí el guevo con mas fuerza, se lo sacaba y lo metía, la perra gritaba, siiiii cojéeme soy tu perra y deseo que me penetres como quieras, hazme tu esclava, dame mas mas mmm , creo que en la décima embestida sentí como le volvía a descargar un chorro de leche, no se la di toda, guarde un poco, saque mi verga y se lo puse en la boca y termine de darle el resto de mi leche. Ummmmmm que rico, que sabroso es esta leche caliente, decía mi perrita. Me saco la ultima gota saboreándose con su lengua. Esto va a ser siempre tu primer desayuno del día, leche caliente en tu pancita y nos reímos. Me recosté a su lado y le di un largo beso.
Eres una guarra asquerosa y por eso te adoro, le dije. Después de un buen baño, nos vestimos y fuimos a la cocina, allí ella prepararía unos bocadillos, yo, mientras tanto destapaba una botella de vino. Ya en la sala nos disponíamos a ver una película que ella selecciono de su colección cuando de repente sonó el timbre…….
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Nuestro Primer Encuentro
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