Las diosas y yo

Hola, me llamo David tengo 25 años y hoy les voy a compartir el relato de uno de los mejores fin de semana que me ha tocado vivir, estoy casado desde hace 2 años con una mujer realmente hermosa, con decirles que la conocí en un evento de modelaje en el cual ella participaba como modelo basta para ratificarlo, su nombre es Susana ella es blanca de 170cm y aproximadamente unos 55kg, cabello castaño largo hasta donde termina su espalda y comienza su hermoso y brutal trasero, el cual les confieso fue lo que más me cautivo de su cuerpo, como buena modelo es esbelta con caderas prominentes y sus senos redondos firmes con un par de rosaditos pezones que siempre apuntan al horizonte, una diosa la cual tuve la gran fortuna de hacerla mi esposa.
Su amiga y compañera de clases en la universidad es la causa de este relato su nombre es Natalia una mujer preciosa y extrovertida, es una de esas mujeres que por su vestir y comportamiento se sospecha de que es una perrita en la cama, y mis sospechas se confirmaron cuando Susana me compartió una conversación de un grupo de whatsapp de sus amigas de universidad entre ellas estaba Natalia, donde expone sus frenéticas y promiscuas aventuras sexuales, anexaba fotografías de miembros de proporciones colosales, típicos miembros salidos de las mas bizarras películas pornográficas evidencias suficientes para confirmar de que Natalia era una perrita que le gustaba que le dieran duro por cualquier orificio corporal.
Antes de comenzar con el relato les voy a describir a la ardiente amiga de mi esposa. Una mujer alta, blanca, delgada siempre exhibía sus largas y tonificadas piernas un trasero no muy grande pero, firmes como roca, y un par de enormes tetas la cual ella sabía que era su principal arma de seducción ya que siempre usaba blusas muy escotadas, teñía su cabello de rojo intenso que hacían un gran complemento de su rostro provocador con labios gruesos y sonrisa picara. Desde el primer momento en que la vi quise hacerla mía hasta ese momento solo en mis fantasías.

Susana y yo estábamos muy felices porque luego de mucho esfuerzo logramos comprar un automóvil nuevo, y para celebrar planificamos un viaje a la playa y adivinen a quien decidió invitar mi amada esposa? SI a Natalia, la idea original era emparejarla con uno de mis primos pero, justo un día antes de aquel viaje el enfermo y ya no pudo ir, por supuesto a mi no me molesto para nada ya que Natalia a pesar de aquel percance decidió apuntarse de igual manera. El día del viaje Natalia vestía un short de jean muy ajustado y tan corto que dejaban ver parte de sus nalgas que combinaban perfectamente con sus largas piernas, también usaba un franelilla que dejaban entre ver sus hermosas tetas y un vientre plano. Durante todo el largo viaje mientras los 3 conversábamos, Natalia no paraba de mirarme y sonreírme a través del retrovisor, era una experta en seducción con solo miradas y gestos de su boca en conjunto con su lengua me tenía con una gran erección.

Cuando al fin llegamos por la mañana, nos instalamos en una posada que estaba justo frente al mar, una pequeña casita de dos habitaciones, una sala con un par de muebles y una tv, una cocina y un solo baño, decidimos descansar un par de horas antes de ir a zambullirnos en las saladas aguas del Mar Caribe. Al momento de salir como todo hombre simplista me coloque mis short y espere en la sala por las diosas, la primera en salir fue Susana ella portaba un traje de baño blanco de una pieza, mi mujer se veía espectacular me preocupa lo ajustado de su traje de baño en el cual se marcaba un poco la hendidura de su sexo, esa preocupación desapareció cuando vi salir a Natalia de su habitación, maldita sea pensé, como voy a ocultar mis futuras erecciones con esta mujer que tenía un traje de baño rojo de dos piezas, la parta inferior fue lo que llamo inmediatamente mi atención, eran tres hilos que sujetaban solo un pedacito de tela la cual cubría su vagina perfectamente depilada, yo no podía dejar de ver semejante mujer que dio una vuelta y pregunto: ¿Qué tal me veo? Atónito conteste: hermosa! Muy atrevida replico mi esposa con una sonrisa en su rostro.

Yo me quede a la orilla de la playa había gente alrededor pero tenía enfocaba mi atención en ese par de diosas que jugueteaban entre ellas en el agua, mientras las observaba pensaba en que tenía que hacer algo más tarde, no quería engañar a mi esposa quería que ella participara, esta era una oportunidad única en la vida y no pensaba irme sin haber intentado algo, por supuesto me preocupaba una reacción negativa de Susana pero por allí leí alguna vez que las mujeres sienten atracción natural hacia otras mujeres aunque lo negaran, ese artículo que leí hace algún tiempo me tenia esperanzado, esa esperanza aumento significativamente en el momento en que regresaron las diosas, Natalia le susurro a Susana ¡Tu esposo está demasiado rico! Mi esposa se sonrió pero no logre escuchar que le contesto a Natalia que le devolvió la sonrisa, por dentro me dije todas esas horas que he pasado en el gimnasio me están dando frutos jajaja, me gusta ejercitarme sinceramente no lo hago para atraer a las mujeres, lo hago sencillamente porque me mantiene activo y con energías pero, en aquel momento estaba feliz de haber esculpido mi cuerpo para resultarle atractivo a Natalia.

Al caer la noche decidimos ir algún lugar a tomar unos tragos de alcohol Susana y Natalia se vistieron para la noche, ambas entaconadas con vestidos muy sensuales, cortos y escotados ambas casualmente coincidieron en el color blanco, nos divertimos aquella noche tomamos, bailamos y charlamos más que todo sobre sexo, hubo un momento especial en que las diosas se movían en la pista de baile estaban muy cerca una de otra frotando sus cuerpos entre sí, empapadas de sudor, mi esposa tomaba por el cabello a su amiga y esta le regresa el gesto por la cintura, yo estaba extasiado por aquella escena.

De regreso a la posada obviamente por mi condición de conductor estaba sobrio pero ellas, las diosas, estaban en la fase de felicidad de la borrachera no paraban de reír en el automóvil compraron una botella de vodka y bromeaban con emborracharme en casa ya que no tuve la oportunidad en la disco. Al llegar a la posada la diosas pusieron música, regetton, no me gusta para nada esa música pero que oportuna es para mujeres borrachas, con ganas de bailar y divertirse. Al momento en la botella estaba medio vacía o medio llena, me senté en el sofá y Natalia se sentó en el sofá de enfrente, mi esposa se acomodo en mis piernas y me dije: ¡es el momento! Comencé a besar a Susana apasionadamente mientras le lanzaba miradas penetrantes a Natalia que para ese momento solo observaba con atención aquel acto, Susana se monto sobre mí como un jinete sobre un potro, le subí el vestido a mi esposa hasta las caderas mientras frotaba y apretaba sus nalgotas con mis manos, Natalia solo observaba desde el sofá del frente acariciando su labio inferior con su dedo índice. Metí mi mano por debajo de las pantaletitas de Susana su vagina estaba empapada ella gemía y arqueaba su espalda lo que exponía su vagina a una apertura más amplia, sin parar de besarla pajeaba a mi esposa mientras Natalia nos miraba, Natalia estaba visiblemente excitada y yo estaba que reventaba en mis pantalones.

Natalia se levanta del sofá y da algunos pasos hacia nosotros, se arrodilla una mano en las nalgas de Susana y con la otra saca mis dedos de dentro de mi esposa y comienza a chuparlos simulando la felación, no sé cómo demonios me controle para no acabar en ese instante, mi esposa comenzó a gemir con más fuerza haciendo fuertes movimientos con sus caderas y frotando mi pene, Susana volteo y alcance a ver como apartaba sus pantaletas exponiendo su vagina ofreciéndosela a su sensual amiga la cual aun estaba de rodillas en el piso, fue una gran explosión de gemidos cuando Natalia comenzó a comerse todo lo que tenía enfrente, usaba ambas manos para apartar la nalgas de Susana y poder hundirse es su vagina y ano, Susana paro de besarme tomo mi rostro y me dijo susurrando: ¡Papi, quiero que nos cojas a las dos! Susana me desmonto se posiciono a un costado del mueble y con ayuda de Natalia me despojaron de mis pantalones y ropa interior exteriorizando mi pene que estaba más duro que nunca, uno de los momentos más eróticos de mi vida fue cuando Natalia sin dejar de mirarme a los ojos comenzó a tragarse toda mi verga, se turnaban para mamarlo Natalia se ocupaba de las testículos, se besaban entre ellas lo mamaban al mismo tiempo fue SUBLIME. En algún momento de la faena sentí que ya no podía controlar más la eyaculación me levante del sofá con la excusa de ir a un lugar más cómodo, en el trayecto de la sala a la habitación respire profundamente varias veces, entramos a la habitación, aquella sencilla habitación iba a ser el único testigo de las cochinadas que tenía pensado hacerles a ese par de perritas.

Natalia se quito su vestido allí descubrí que durante toda la noche la muy zorra no tenia absolutamente nada debajo de aquel vestido blanco floreado, fue la primera vez que la vi desnuda, supero mis expectativas, no soy un hombre de tetas, soy más de culo y piernas pero, aquel par de tetas eran tan simétricas redondas y firmes que te hipnotizaban con solo mirarlas, recuéstate me dijo, y lo hice boca arriba, ella literalmente se sentó sobre mi rostro mientras mi esposa cabalgaba sobre mi pene, ellas quedaron de frente una con la otra no podía ver, una lástima, pero podía escuchar como mi esposa y Natalia las diosas se besaban apasionadamente, estuvimos así un rato y otro rato mas pero intercambiaron sus posiciones, Natalia tenía una vagina muy estrecha cosa que llamo mi atención, no lo esperaba dado a las experiencias que leí en aquella conversación de whatsapp. Aquella cama parecía un plato con un pretzel encima, si la miramos desde arriba, nos revolcamos por toda la cama. Luego de un buen rato de mucha saliva, semen, fluidos vaginales y muchos orgasmos (y tengo que decirlo un poco de heces, nada agradable) Susana y Natalia se tendieron en la cama junto a mí, misión cumplida dijo Natalia, en ese preciso momento me entere de que las muy putitas lo habían planeado todo desde el principio, recuerdan a mi primo? Nunca estuvo enfermo de hecho el le sugirió todo este plan a mi amada esposa Susana, por lo cual estoy y estaré eternamente agradecido.
Los encuentros entre las diosas y yo continuaron en un par de ocasiones más, hasta que mi primo comenzó a tirarse a Natalia, le perdí el encanto luego de eso, solo espero que mi esposa Susana nunca planee un viaje a la playa con la nueva pareja. Que Dios me libre y amen.

PD: Todo lo descrito acá sucedido tal cual hace algún tiempo en alguna playa de Venezuela, los nombre de los personajes fueron cambiados para proteger sus identidades.