Mi mejor putilla.

Mi mejor putilla.
Es una historia de mi vida 100% real, les cuento la historia, conocí a una chica de prepago en aquel entonces ella tenía 32 años, es paraguaya decidió hacer dinero fácil en España, puso un aviso en el diario autonómico, “María Elena todo sin límites” el nombre por su puesto que es ficticio, saque una cita y fui, era agradable muy conversadora, se enamoro perdidamente de mi trasero, me metía mano era muy caliente. Le dije de follar sin condón, me miro a los ojos y me pregunto si era sano, le dije que sí,” solo la puntita” me dijo, la puntita entro y el resto también mientras me cabalgaba, “no acabes dentro”, le dije “dale, no puedo tener hijos”(mi esposa había quedado en América, hacía 6 años que no podíamos tener otro hijo, pero esto se revirtió en 2007)era una verdad a medías, siguió montándome hasta que sintió como me derramaba en ella. La seguí viendo unos meses más, era como novios siempre manchando las sábanas, me insistía en salir de noche con ella, nunca accedí, aún recuerdo mi semen saliendo ligeramente de si gran coño. Un día me dijo que se volvía a Paraguay, quería montar un negocio allí, pero que sus dos hermanas quedarían en su lugar. En una pieza que alquilaba ella y después de follar me muestra fotos de sus hermanas menores. Una la mas chica era hermosa le dije a ella que me gustaba su hermana y que me gustaría hacer el amor como lo hago con ella a pelo, me dijo que ¡no! porqué es un misterio que aún hoy me intriga. Bueno María Elena se fue y Fernanda apareció. Morena (morocha) tez blanca, 1.60, pelos largos a la cintura. No tenía más de 21 años, unos ligeros rasgos guaraníes por necesidad se metía en eso, un hijo de 3 años en Asunción la esperaba cuyo padre se borró. Me recibió en el apartamento, me presente ya le habían hablado de mí, la habitación que íbamos a usar estaba en un altillo, ella subió las escaleras contoneando la cintura, una cola hermosa enfundada en unos ajustados Jeans. Con unos besos empezamos a desnudarnos, un cuerpazo la chica, la miraba desde la cama a ella sentada en el bidet del baño. Una cinturita estrecha, unas tetitas de adolescente, un coñito chico apretado perfecto, se había rasurado. Le comí el coñito y fue lo más rico que he probado. Ella estaba interesada en saber que hacía con la hermana mayor, le dije que éramos amigos y que como había confianza no nos cuidábamos. Fue increíble la chica accedió a hacerlo a pelo, mi polla le entro tan fácil que la sacaba integra y la volvía a meter solo con mi cintura, estaba totalmente mojada y le pregunté “¿Estas mojada?, en lugar de admitir que le gustaba y gozaba me dice que esta mas dispuesta cuando ovula. Después de sudar un rato me pregunta si acabé, le dije que no, con doble intención si quería que le acabara, dudó y dijo no. Me quedé con ganas de inseminarla acabando en sus tetitas. Pero a la siguiente cita que tuve con ella, follamos, hablamos de sexo de lo que le gustaba o no. Hablamos de anal nunca lo ha hecho, le digo si quiere hacerlo y me dice que quiere probar, le pregunto si tiene crema, dice no, pero tiene un lubricante en sobre para condones que podría servir. Le lubrico bien la colita, en un rato esta lista la pongo en pompa y la penetro sacándole un gritito. Le doy intensamente, he desvirgado su culito y 10 minutos después le dejo mi leche dentro. Le preguntó si le gustó y me dijo, no, me dolió. Ja, ja eso me confirma que efectivamente era virgen la nena. Después de esto la busqué al mes siguiente y había desaparecido. Es lo que tienen las putas nunca son para toda la vida, la extrañaré siempre…