Una "amiga"

Anoche recibí este correo, no me aguanté y se los hago llegar.
Esta amiga, novia de un amigo de juventud me relato un encuentro que tuvimos el año pasado. Ella venía a mi ciudad a un congreso. Aquí se los dejo:

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Me encanta cuando veo tus ojos fijos en mis senos, me encanta la manera en que los tomas entre tus manos y lentamente subes tus ojos desde mis senos pasando por mi cuello, luego por mis labios y finalmente fijas tu mirada en mis ojos.


Tomas mis senos entre tus manos y tocas mis pezones con tus pulgares y miras como el placer recorre mi cuerpo y llega a posarse en mis ojos.


Lentamente te acercas a mis senos y los metes tu boca, lames mis pezones y los muerdes. Tu mano derecha empieza lentamente a bajar por mi cintura para posarse primero en mis nalgas y luego de tocar mi estomago bajar hasta abrir mis piernas.


Como no lo hago inmediatamente me miras aún más intensamente porque sabes que con esa mirada hago todo lo que me indicas y más. Abro las piernas y tu, sin dejar de chupar mis senos y mirar mis ojos, tocas mis húmedos pliegues e introduces dentro de mi tu dedo medio.


Sabes que no aguanto mucho cuando lo haces, sabes que me tendrás gimiendo de placer en cuestión de minutos y no es lo quieres. Llevamos un año y medio sin tocarnos y sabes que sólo tendremos una semana y de estos en realidad sólo tendremos 2 noches.


Sabes que volveré a los brazos de mi novio y todo volverá a ser como antes. Sabes que es sólo un desliz y que sólo lo podemos ver así porque tu vives lejos de mi y porque además ya me rompiste el corazón dos veces… porque hay miles de cosas que tendrán que pasar y que ninguno de los dos intentará hacer. Lo sabes, lo sé y lentamente me volteas y besas mis nalgas y las muerdes, nunca nadie antes había hecho algo como eso.


Me volteas nuevamente y esta vez mis manos empiezan a desabotonar tu camisa y no me detienes como al comienzo. Al comienzo, cuando me recogiste del aeropuerto y me devoraste con los ojos y apenas entre al carro me besaste con la pasión reprimida de días de correspondecia y llamadas interminables imaginándonos como nos tocaríamos.


Intenté desabrocharte la camisa pero te rehusaste, fuimos a un pequeño supermercado a comprar algo de comer, era la 1:30 am y nada más estaba abierto, fuimos a un parque a comernos los sándwiches y tomar gaseosa. Estabas desesperadamente frustrado porque tenía skinny jeans y no podías ver la ropa interior transparente que te había descrito en un correo justo antes de subirme al avión.


Me besabas con pasión y ponías mi mano encima de tu abultado pantalón, me besabas el cuello y tocabas mis senos por encima de mi sostén y camisa. Me tentabas porque deseabas escuchar las palabras que luego de 5 minutos salieron de mi boca en voz agitada: “llévame a tu casa”


Y después de eso en menos 10 minutos estábamos en el parqueadero de tu casa, respirando con intranquilidad porque sabíamos que en cuanto llegaramos a tu habitación, disfrutaríamos de nosotros, de nuestros cuerpos.


Subiste detrás mio, con tu hermosa sonrisa que cambia entre lo pervertido y lo infantil. Entramos a tu apartamento y yo me dirigi a la cocina a tomar un vaso de agua mientras tu llevabas mi maleta a la habitación.


Te seguí, tenia nervios, no era la primera vez que estaba en tu casa, no era la primera vez que recorrería tu cuerpo con mis labios y mis manos, sin embargo me sentía como una inexperta. Cerraste la puerta de la habitación detrás mio, tomaste el vaso y lo pusiste en el mueble del computador.


Te sentaste en la cama y sin besarme empezaste a desnudarme, a llenarte de mi, a tomar la visión de mi cuerpo bajo la luz de la luna llenando tu habitación.


Así, me dejaste en ropa interior para susurrar “que delicia” y luego, dejarme completamente desnuda para besar mis senos mientras me mirabas a los ojos y con tu mano derecha tocabas mis húmedos pliegues.Te detuviste porque sabes que con solo ese contacto, con sólo ese dedo dentro de mi puedes hacerme llegar al orgasmo.


Empecé a desabrochar tu camisa, me arrodillé frente a ti y empece a besarte con locura y pasión, mientras mis manos te quitaban la camisa y recorrían con habilidad tu pecho y espalda. Como aquel territorio que una vez fue tocado con poca habilidad pero que luego de ser domesticado, será tuyo para siempre y lo reconoces con tranquilidad.

Te deje de besar para poder mirar tu cara mientras soltaba tu cinturón y comprendiste que necesitaba que te levantaras para poder bajarte los pantalones y con ellos tus bóxers. Después de tanto tiempo estaba nuevamente frente a la parte de tu cuerpo que más placer y deseo me produce, sé que es grande, ha estado en mi boca y dentro de mi en otras ocasiones, pero aún así siempre es una dulce sorpresa.


Ese placer de poder tomar tu pene entre mis manos y pasar la cabeza por mis labios mientras miro en tus ojos la expectativa de ver cuando decidiré meterlo completamente en mi boca. Con mi mano izquierda empiezo a tocarte los testículos mientras paso mi lengua por lo largo de tu pene y me detengo para besarlo y moderlo. Luego veo en tus ojos que me ruegan que lo meta en mi boca, así que empiezo a chuparlo desde la cabeza y lentamente lo voy introduciendo.


Te sientas para estar más cómodo y yo quedo arrodillada entre tus piernas, relajando mi garganta para poder tomar todo el largo de tu pene en mi boca, lo lamo y disfruto de uno de los placeres más exquisitos.


Tomas mi cara entre tus manos y me levantas lentamente para que quede posicionada abierta de piernas sobre ti. Me empiezas a besar y pones tus manos entre mi cabello. Mi pecho se acerca al tuyo y mi cabeza se apoya sobre tu hombro.


Sabes que ya no hay nada más que esperar y que deseo con profunda pasión sentirte dentro de mi, pero sabes por experiencia que eres grande y que a pesar de que ninguno de los dos desea tomar las cosas con calma, debemos hacerlo.


Tomas tu pene con la mano derecha y lo posicionas sobre mi abertura, a pesar de que esta húmedo con mi saliva, sabes que no es suficiente y lo empiezas a mojar con mis fluidos, y lo posicionas de tal manera que yo pueda introducirlo fácilmente, tan fácil como nuestras anatomías lo permiten.


Mi cuerpo se empieza a expandir de la manera más deliciosa que pueda existir y empiezo a bajar lentamente para que estés completamente dentro de mí, ante lo que susurras a mí oído “estas tan apretada” para después besarme el cuello.


Empiezo a subir y bajar lentamente, para darme tiempo de ensancharme y que podamos conseguir un ritmo que nos brinde satisfacción. Pones tu mano derecha sobre mi teta izquierda mientras que con tu mano izquierda me acaricias la parte baja de la espalda.


Aumento el ritmo y nuestra respiración aumenta cada vez más hasta que mi cuerpo no puede más, sabes que estoy cerca del orgasmo y subes tu mano derecha para introducir tu pulgar en mi boca, mientras que tu mano izquierda se mueve para con tu pulga tocarme y hacerme llegar aún más fuerte.


Mi orgasmo y sentir como las paredes de mi vagina te aprietan te hacen llegar tan fuertemente dentro de mí que siento toda tu descarga, siento tus movimientos mientras tu deliciosa verga derrama toda su leche y oigo un gemido con la manera en que sólo tu me llamas escapar de tu garganta.


No puedo moverme, aún siento rastros del orgasmo recorriendo mi cuerpo asi que me giras para acostarme en tu cama y lentamente sacas tu verga de mi y la pones en mi boca, para que así tenga el placer de saborearte a ti y a mi.


Después me besas, me acomodas completamente en la cama y te acuestas al lado mio abrazándome, dejándome descansar un par de minutos porque sabes que no dormiremos esta noche.


Porque sabes que hemos esperado por mucho tiempo por la oportunidad de volver a tocar nuestros cuerpos y sabes que un orgasmo nunca es suficiente para nosotros. Me volteas y me besas la frente haciéndome sentir que a pesar de la distancia y el tiempo transcurrido sabes que aún soy completamente tuya.

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Hoy en día aun somos amantes... ya les contaré mas, desde mi punto de vista.