Las fiestas, las reuniones, los tragos son algo que mientras no se controle nos pueden jugar malas pasadas. No soy persona de beber mucho, en las reuniones con una cerveza o un traguito me basta. Me integro muy bien y suelo ser divertido. Bailo normal y soy buen conversador. Les contaré de una fiesta que fue muy particular. En una ocasión fuimos invitados a reunión donde celebrábamos el cumpleaños de la esposa de un cuñado, treinta y tantos bien vividos, que vivia en una población a tres horas de mi ciudad. La rumba, el pastel, los regalos, todo dentro de la normalidad. Esa noche Laura se lució, estaba espectacular, con un vestido negro ceñido donde se marcaba su diminuto hilo dental, un escote generoso para admirar, largas piernas, su cuerpo se veía elegante y levantó mas de una mirada y uno que otro pellizco a los maridos de esposas celosas y novias celosas. Pero como anfitriona debía estar espectacular. Mi cuñado, Gabriel, entre orgulloso de tremenda mujer y celoso de muchas miradas, se gozó la fiesta atendiendo a los invitados, brindando en cada momento. Yo estaba con mi esposa por supuesto y como siempre consumí una cerveza y un trago de brindis, pero me dediqué a divertirme, bailando con mi esposa y cuando tenía la oportunidad bailé con Laura, sin dejar de lado la oportunidad de flirtear un poco con ella, decirle lo bonita que estaba, mirar disimuladamente su escote, aunque estoy seguro que ella se daba cuenta y lo disfrutaba. Se que no fui el único en la reunión que le hizo el comentario de su elegancia y que le miró con ganas de comerse ese bombon. La fiesta fue muy animada, mi esposa se tomó unos traguitos de más y le cogió el sueño me insinuó que nos fueramos a dormir pero le acompañe al cuarto de huéspedes hasta que se acostó, como estaba un poco mareada no habría acción esa noche, entonces me reintegré a la fiesta, ya se habian ido algunos invitados, prácticamente quedaban los que toman mas y entre ellos mi cuñado, ya tenia bastante licor encima, pués estaba en esos momentos en que quiere a todo el mundo. Para mi esos momentos son los que me dicen que es hora de retirada porque es incomodo aguantarle la borrachera a otros. Le comenté a Laura que me iría a dormir, ella cansada de toda la actividad de la fiesta me pidió que la acompañara un rato más, que despediría diplomáticmanete a los ebrios y que le ayudara a dejar un poco organizada su casa. Asi fue los invitados fueron saliendo de a poco, los ebrios cargados por sus esposas o amigos, hasta que quedamos, Laura, Gabriel y Yo. Gabriel se había quedado dormido en un sillón, entonces Laura mpidió que lo llevasemos a la habitación para acostarlo, me comentó que ese era un problema de Gabriel, que últimamente se embriagaba hasta quedarse dormido en cualquier reunión.
Los llevamos casi a rastras, el solo balbuceaba cosas sin sentido. Al acostarlo Laura se inclina para acomodarlo en la cama y me dejó un espectacular panorama cuando a través de su escote pude ver con toda comodidad sus espectaculares senos. Aproveché por unos momentos esa espectacular vista, mientras ella acomodaba a Gabriel y me hacia comentarios de lo bien que había estado la velada y al mirarme descubrió hacia donde estaba puesta mi vista se incomodó un poco pero no hizo nada para cubrirse. Me dijo que se había tomado unos traguitos de más ya que esa era una ocasión para celebrar pero que estaba feliz, que me agradecía que le acompañara en esos momentos. Me despedí de ella, dándole un abrazo que me permitió sentir sus calientes senos y un beso en la mejilla y cuando me iba de la habitación me pidió que le acompañara a la cocina que se tomaría algo frió, pero que antes se pondría algo mas cómodo porque ya la fiesta había terminado. Salí de la habitación y al momento salió ella con un pijama que me dejó de una sola pieza. Era un cachetero espectacular y una blusa bastante transparente que me permitía observar su diminuto hilo dental y sus hermosos y redondos senos ya que no tenia sostén. Me pidió que la disculpara, que como ellos vivian solos esa era la pijama que le gustaba usar, para que su esposo la viera sexi.
Muy turbado le respondí que no había problema, que todo estaba bién pero casi de inmediato tuve una erección que incómodamente no sabía como disimular, le acompañe a la cocina, fui detrás de ella y disfrute de un panorama espectacular. Como iba yo a recibir tremendo regalo si el cumpleaños no era mio. En la cocina hablamos de cosas y ella un poco alegrona por sus tragos me dijo que de todo lo que se había perdido Gabriel por haber tomado tanto, que ella tenía ganas de celebrar su cumpleaños con una velada romántica y se sonrió. Cada momento yo no desperdiciaba mirada para ver lo que la transparencia me permitía, me estaba calentando cada vez más y Laura se deba cuenta y me daba juego, porque se ponía de diferentes formas para que la mirara. Al principio lo hacia de manera sutil y después con un poco mas de descaro. Yo aguantaba disfrutaba pero no dejaba de ser caballero, ni una insinuación. Para mi sorpresa Laura me dijo, Luís, no me vas decir nada?, creo que me has mirado bastante, que te parece mi cuerpo?. Quedé de una sola pieza, no lo podía creer, pero al Laura abrir esa puerta yo no me iba a quedar afuera. Soy todo un caballero, pero antes que nada soy un hombre que tiene su corazoncito y creo que ya era tan grande mi calentura que no me detuve a pensar en la conciencia y además Gabriel y Natalia estaban bien dormiditos.
Y como buen caballero esta historia ha estado en el secreto profundo, esperando que algún dia pueda estar en otra fiesta, y tener ese suerte.
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