En la oficina...

Mi anterior relato fue de una historia personal, este es inventado pero es basado en una fantasía que tengo.

La historia es que en mi trabajo yo soy el jefe de un grupo de personas, todos son hombres y hay una mujer que es el sujeto de esta historia, ahí va pues:

Estaba en una reunión laboral de mi área, se trata de una reunión semanal que hacemos para estar todos al día de nuestros trabajos, yo soy el jefe y tomo antenta nota a las presentaciones que todos me van haciendo. Normalmente esta reunión progresa sin ninguna novedad, dura unas dos horas, nos enteramos de cosas laborales, uno que otro chisme y algún chiste para liberar tensiones, pero ese día era diferente, no se si el aire acondicionado tenía descuadrada la temperatura, o estaba haciendo más calor del normal, pero me sentía como inquieto, no encontraba una posición cómoda, y definitivamente no lograba concentrarme en lo que mi equipo me estaba exponiendo.

Fue en ese momento, que fijé mi atención en Marcela la niña que atendía a los usuarios, acá me tengo que detener un momento para contarles quien es ella, la contraté hace un par de años porque renunció uno de mis técnicos, personalmente prefiero trabajar con hombres pero esta niña le ganó en las pruebas técnicas a otros 4 preseleccionados y tenía un carisma difícil de igualar por un hombre. Desde que la entrevisté la primera vez me pareció que era muy simpática y con unas buenas formas, pero con el tiempo la seguí viendo como una empleada y siempre la trataba con cierta distancia, incluso llegando a ser algo frío con ella. Ella siempre fue muy detallista conmigo, me traía comida, estaba pendiente de mi, pero yo frio como siempre le daba alguna respuesta lejana.

Pero este día fue diferente, en medio de mi desespero y mi dificultad para concentrarme en la reunión llegué a ella y la empecé a mirar detalladamente, me di cuenta entonces de que tenía una cara preciosa que nunca había sabido valorar lo suficiente, la nariz respingada y unos labios pequeños con un gesto muy particular de ella. Sus pechos parecen los de una niña de 15 años en pleno desarrollo, ocultando los 28 años que recién cumplió unos meses atrás, su cuerpo también parece más al de una niña que al de una mujer adulta, y esto sumado a sus 1.55 de estatura hacen que todo el mundo se quede corto al estimar su edad.

Terminamos la reunión y seguí mirándola despacio, y le vi el culito redondo y firme, que se le veía muy bien con los pantalones que tenía ese día, y me di cuenta de que a pesar de su baja estatura tenía unas piernas bien torneadas haciendo que en conjunto pareciera una top model en miniatura. Esperé que todos se fueran y me acerqué a ella, puse mi mano en su hombro y le dije que se veía muy bien con esos pantalones, ella se sorprendió un poco de que no tuviera mi habitual frialdad, se sonrojó un poco y me dio las gracias.

A partir de ese día siempre me paraba en la ventana de mi oficina por la mañana para verla llegar, y como es un vidrio de los que sólo se ve hacia un lado podía deleitarme viendo como se contoneaba hasta llegar a su oficina. Ella siguió con sus detalles pero yo ya los recibía con frases tiernas y de vez en cuando también le traía algo para desayunar y nos íbamos juntos para la cocineta. Aunque mi actitud había cambiado hacia ella y tenía uno que otro pensamiento morboso pensando en ella, siempre he pensado que no se puede mezclar lo personal con lo laboral y seguía teniendo mi distancia.

Pero entonces instalamos en la empresa un nuevo sistema de mensajería instantánea y todo el mundo comenzó a comunicarse por ahí, mi comunicación con ella evolucionó del teléfono a este nuevo medio, y con las caritas y las frases sueltas que se van escribiendo la conversación fue cambiando de tono. Ya hablábamos de temas muy personales, ella me contaba sobre sus parejas, su sexualidad, su familia y yo le hablaba de mis cosas, pero esto era sólo en el chat, cuando nos veíamos las caras frente a frente, nos reíamos levemente con complicidad y ella se sonrojaba un poco pero la comunicación era como la de cualquier jefe con su empleada.

Un día por el chat le insinué que fuera más cariñosa conmigo físicamente y no sólo por el chat, y me dejó de una pieza cuando me respondió que yo le encantaba y que si no había pasado nada entre nosotros era por mi frialdad. Yo le expliqué mi situación frente a las relaciones en el trabajo y le dije que ella me parecía muy atractiva pero que yo sería incapaz de tocarle un pelo porque podría sentirse presionada por ser yo su jefe. Para mayor sorpresa mía me respondió: "no se preocupe jefecito, que el día que pase algo entre nosotros no va a afectar para nada mi trabajo, de hecho yo voy a dar el primer paso para que no sienta que me está presionando"

Luego de esta "confesión" me quedé de una pieza y no supe como reaccionar, simplemente le dije que le agradecía su sinceridad. Pasaron varios días y se generó una tensión sexual impresionante entre nosotros, cuando estábamos uno al lado del otro y nos rozábamos ligeramente yo sentía como si un corrientazo atravesara mi cuerpo, todos los días me saludaba de pico y cada vez sentía que sus labios estaban más cerca de los mios y más alejados de mis mejillas, me sentía como un condenado esperando sentencia, sólo que en este caso deseaba profundamente obtenerla.

Un día me enfurecí muchísimo por un problema que tuve y nadie se atrevía a hablarme, ella tenía ese día una faldita hasta las rodillas, unas sandalias y una blusa ligera, tenía además el pelo cogido con unas maripositas y más bien poco maquillaje como es usual en ella. Entró a mi oficina, y sólo con verla se me esfumó el enojo, se paró detrás de mi silla, puso sus manos en mis hombros y comenzó a masajearlos suavemente y me susurró al oido "se acuerda jefecito que le dije que yo tomaba la inciativa? que mejor momento que este para que se relaje", yo sólo de sentirla detrás de mi hablándome al oido tuve una erección, ella terminó su masaje y se fue, no sin antes mirarme de reojo con una sonrisa pícara.

Yo me sentía extraño, sentía que no estaba bien excitarme con una empleada pero al tiempo, después de todo lo que había ocurrido añoraba el momento en que pudiera penetrarla mientras le decía lo atractiva que era. Aproximadamente una semana después llegó a la oficina con una webcam que instaló en su computador, cerró la puerta y se conectó al chat, y me escribió "jefecito, le tengo una sorpresita" encendió la webcam, y estaba con una de esas falditas que tanto le gustaban y que me volvían loco, y me dijo "adivine que tengo debajo de la faldita" yo le dije que seguramente unas tanguitas muy bonitas, y me dijo "error", se levantó la faldita despacio y tenía un liguero negro sin tangas, tenía una vagina preciosa, muy bien ciudada, parecía recién depilada, de color rosado, labios carnosos y los muslos bien trabajados en el gimnasio. Le dije que quería tocar sus piernas y me dijo "no jefecito, por hoy es ver y no tocar" se quitó la blusa y me dejó ver unos brasieres de encaje negros que hacían juego con el liguero, sacó uno de sus senitos de niña chiquita y le vi ese pezoncito que parecía de juguete, totalmente simétrico y de un color rosado oscuro.

Alguien tocó su oficina, se arregló rápidamente y lo atendió, luego vino a mi oficina, cerró la puerta y me dijo "bueno jefecito, su turno, ya vio lo que yo tengo y quiero ver lo que usted tiene", yo en realidad no sabía que hacer, seguía viéndola como mi empleada pero esa imagen de su chochito rosadito seguía en mi mente, me desabroché entonces los pantalones y me bajé los boxer, ella se sentó subiéndose la falda casi hasta la cadera de manera que se vieran los ligueros pero sin mostrarme sus "delicias" y me dijo que quería ver como me masturbaba, yo que ya estaba totalmente erecto comencé a jugar con mi pene mirándola fijamente a los ojos y diciéndole con mi mirada que quería poseerla. Cuando estaba a punto de tener un orgasmo se levantó brúscamente y me dijo "detente", me asusté y continuó ella "eso es todo por hoy", yo quería morirme, nunca había sentido una excitación así, cada vez la deseaba más y ella me estaba como desangrando gota a gota, pareciera que se excitaba viendo como la deseaba cada vez más.

Decidí entonces tomar la inciativa y terminar con ese asunto, un sábado que siempre venimos relajados a trabajar, le di el día de descanso a todo el equipo menos a ella, obviamente se dio cuenta que algo traía entre manos, me llevó desayuno como de costumbre y yo le acariciaba el pelo mientras íbamos conversando, cuando nos fuimos para la oficina, le escribí "prende tu webcam porque tengo unas órdenes que darte", me respondió "si señor, lo que usted diga. Estaba en su pinta normal de fin de semana una faldita cortica, unas sandalias y una blusa ligera, le pedí entonces que se quitara las tangas y los brasieres y que se quedara sólo con la falda y la blusita, ella muy obediente hizo eso, luego le dije que se sentara y que por debajo de la falda metiera su mano y se empezara a acariciar su vagina, ella con cara de pícara se dispuso a darme gusto, pero despues de unos segundos comenzó a exitarse y se olvidó de la webcam, yo ya no le decía nada y ella seguía con su juego sin recordar que yo la estaba observando. Me levanté entonces tomé las llaves de su oficina y fui hasta allá, cuando abrí la puerta ella se asustó pero al ver que era yo siguió con el juego, saqué mi pene y lo puse en su boca para que me lo chupara mientras seguía con su juego, le pedí que se parara y yo me senté en su silla, la comencé a besar mientras con mis manos disfrutaba de su hermoso culo, la senté en su escritorio y metí mi cabeza por debajo de su falda, el olor era delicioso, comerse ese chochito se sentía delicioso, comencé a ver como le chorreaban sus jugos mientras ella se jadeaba de placer, me paré entonces y la penetré suavemente mientras le decía que era una mujer preciosa como me lo había imaginado antes. La besaba con ternura y le acariciaba sus teticas mientras mi pene entraba y salía de su vagina.

Sentí que ya no podía más y me iba a salir y me apretó de mis nalgas y me dijo "te quiero adentro jefecito", no pude aguantar más y solté toda mi leche dentro de ella, cuando terminé, me apartó de ella con cuidad y se levantó la falda para que yo viera cómo salía la leche gota a gota de su preciosa vagina, se agachó entonces y me besó mi pene y limpió todo el semen que tenía con su lengua.

Limpió todo el lugar, se vistió y me dijo "si ve jefecito? yo fui el que lo tenté pero usted obtuvo lo que quiso". Después de ese día ella entra a mi oficina y me hace sexo oral esporádicamente de vez en cuando nos damos un beso apasioado y ya, la relación laboral permanece intacta, de hecho pienso que es la mejor de mi equipo aunque a veces me pregunto que puedo ser algo subjetivo