Sexo en primera cita con cristiana de tinder

este relato es 100% real.

bueno todo empezó haciendo match en tinder con una chica de 23 años que tenia unas tetas tan grandes, que aunque se tapaba mucho se le notaban por encima de la ropa, tenía fotos normales la verdad, nada mostrona, hablando nos agregamos a whatsapp, y yo de inquieto busqué su nombre por facebook, al entrar me encontré con fotos de ella en la iglesia cristiana, rodeada de amigos que se ven todos muy sanos, en un ambiente muy inocente, también había fotos de ella cantando en el coro.

No le mencioné nada de la iglesia ni que sabía de esa parte de su vida, la calenté diciéndole lo que le haría (sexualmente hablando) y ella me mandaba algunas fotos de su cuerpo, sabía como calentarme, me mandaba fotos del culo tragando calzón, incluso uno de su vagina pero le puso la carita de diablito encima para que no se viera del todo.

Con el tiempo me agregó al facebook donde la morboseaba viendo sus fotos de niña buena, ella me confesó que salía con alguien de la iglesia, pero que con él jamás tendría este tipo de conversaciones subidas de tono ni le enviaba las fotos morbosas que me mandaba a mi, porque al querer algo serio con él, no le iba a mostrar esa parte de ella.

Yo no forcé las cosas, solo la calentaba contándole mis fantasías diciéndole con muchos detalles lo que le iba a hacer si nos viéramos, nunca le pedí que saliéramos, la verdad no era porque no quisiera, solo que me encontraba ocupado con cosas del trabajo.

Ella empezó a decirme que nos viéramos, yo le dije que si, pero que de una a motelear, ella tenía tantas ganas y la había hecho mojar tantas veces por whatsapp que aceptó, pero con una condición que me sorprendió, quería que le diera duro, parece que en el sexo siempre la trataban con amor y delicadeza, parecía que estaba un poco harta de eso y quería que le diera como a rata.

llegó al centro comercial donde nos citamos, traía un vestidito negro sueltico el que hacía bailar sus nalgas cuando caminaba, el primer beso me lo dio en la boca, yo estaba más nervioso que ella, nos montamos en el taxi y ella me besaba, quería subírseme encima pero yo de huevón no la dejé por pena con el taxista.

Llegamos al motel y la monté sobre mi, la tocaba por encima del vestido mientras la besaba, la desnudé dejándola solo en tanga, me le devoré esas tetísimas y le di lengua a esa cuca, lo malo fue que ella no me correspondió en el sexo oral, se cuidaba mucho en ese sentido de las enfermedades, pero aún así se la metí con todo, me encantó ver como su voz tierna cambiaba cuando le daba duro y gritaba como perra, decía JUEPÚTA!.

El primero se lo eché sobre el culo, de ahí hablamos de nuestras vidas porque casi no nos conocíamos, de lo único que habíamos hablado era de sexo, nombres, edades, trabajos y nada más, ella no tenía tanto culo, pero esas tetas eran gigantes, el segundo polvo le di suave porque acabábamos de comer, grabé un poco del encuentro y ella se dejó estando de ladito, lastima los videos se perdieron.

Nos bañamos juntos y ya después la dejé en su casa y me fui para la mía, nunca nos volvimos a hablar, han pasado años de ese encuentro y hoy que escribo esto tengo ganas de repetir, no se si ella quiera pero cuando termine la pandemia se lo propondré, fue una experiencia diferente que me dejó como enseñanza que a una mujer le gusta que la traten como puta en la cama, no importa si proyecta ternura, pureza, inocencia, o si está en un ambiente donde todos se ven muy sanos, ella siempre buscará a un hombre que la trate como a una perra en la cama, que la haga sentir deseada con malicia, que la morbosee, que le dispare la adrenalina y las ganas de tener sexo puro, duro y sin amor.

Si la hubiera tratado como a una princesita, con amor, delicadeza, ternura, sin abordar el tema sexual, si hubiera sido detallista y la hubiera invitado a cine o a comer siendo cuidadoso de no presionarla y esperando que a la tercera o cuarta cita me aflojará aunque fuese un besito, seguro no hubiera tenido sexo con ella y sería uno más de sus amiguitos.