El despecho y la descachada

Esta corta anécdota me sucedió hace algunos años, cuando mis amigos me invitaron a jugar billar y a tomarnos unos tragos en solidaridad por mi despecho, pues mi novia con la que llevaba cinco años me acababa de terminar y así mismo me entere que ya otro se estaba comiendo ese pastel,
A pesar de estar compartiendo un momento agradable con mis amigos, yo me sentía intranquilo y adolorido por esa difícil situación en mi vida y no dejaba de pensar que tal vez en ese momento otro se estaba comiendo ese gran culo que por cinco años había sido solo mío (o eso era lo que yo creía). Luego de unas horas, después de muchos tragos, varias carambolas y descachadas mi teléfono sonó, y ¡oh sorpresa!, era una amiguita con la que en ocasiones compartíamos momentos de mucha lujuria y diversión, ella era una linda flaquita de veintidós años, 1, 68 de estatura y oriunda de Medellín, con un rostro hermoso, ojos grandes y labios carnosos, que succionaban mas duro que una aspiradora de 2000 w. Con mis tragos en la cabeza y con mucha euforia le conteste amablemente, luego del saludo formal le formule la pregunta mágica, ¿“que hay pa´hacer?” y ella me dio la respuesta correcta: “lo que usted quiera”. Le di las indicaciones para que llegara donde yo estaba con mis amigos, y que me llamara cuando estuviera llegando para estar pendiente y cancelar el valor de la carrera. Después de una hora me llamo para indicarme que ya estaba llegando, inmediatamente Sali del billar y al momento llego, le cancele el valor de la carrera al taxista y tan pronto ella se bajó, yo ya sin el miedo de ser descubierto, la tome suavemente de la cintura y ella me correspondió colocándome sus brazos alrededor de mi cuello e inmediatamente nos dimos un largo beso húmedo y atornillado, ella sonriente y algo sorprendida me miro a los ojos y me dice: y eso!!? Yo solo me limite a decir que la extrañaba muchísimo y que estaba deseando verla de nuevo. La invite a estar un momento en el billar acompañándome mientras terminaba el chico y luego iríamos a un lugar mas privado a hacer cositas, la tome de la mano y ella sonrió y me lanzo la expresión “grosero” mientras me daba un suave empujón, cuando llegamos donde mis amigos la presente como mi novia, y mis amigos con buenos gestos me dieron su aprobación, le ofrecieron un aguardiente y ella no dudo en aceptar, como buena paisa se tomó todos los que le ofrecimos sin hacer caras.
Aunque fue un rato muy alegre con las bromas y chistes de mis amigos ella encajo muy bien y se acoplo al grupo, pero yo ya me quería ir a desfogar la tristeza que tenia en mi corazón. Así que le dije a mis celestinas que ya nos teníamos que ir a cumplir un compromiso, ellos con sus gestos de picardía comprendieron y me despidieron como a un campeón que va a iniciar una faena.
Tomamos un taxi y nos dirigimos a la zona de moteles, y a pesar de tener la calentura a mil, guardamos compostura durante el viaje y nos dedicamos a hablar de cosas banales.
Cuando llegamos al motel y nos asignaron la habitación, ¡ahí sí! Muchos besos todo con mucha y emocionante calma, no aguante más, le di vuelta, bese su cuello y metí mi mano en su pantalón y como siempre mi mano quedo empapada de todos sus lubricantes jugos, sin embargo ella se me adelanto, se dio vuelta y me empujó hacia la cama, me desabrocho el pantalón y con mucha fuerza me lo bajo hasta la rodilla y empezó con lo que sabia hacer muy bien, lo succionaba fuerte y constante y luego me chupaba los huevos mientras me miraba a la cara con sus lindos ojos, luego la tome de su cuello y la bese mientras le quitaba su ropa, ya era mi turno de chuparle esa mojada y rosadita vagina, mis labios chupaban su clítoris y su vagina parecía una llave abierta, sus fluidos se mezclaban con mi saliva y sentía como se escurrían los líquidos por mi mentón mientras ella gemía de placer. A pesar de tener una mediana embriaguez, mi pene estaba duro y también lubricaba a chorros, mientras la penetraba sentíamos la humedad en todo nuestro cuerpo y el sudor también se mezclaba con los demás fluidos, en un momento me dijo dale ¡Duro! ¡Duro!! ¡No paresss!, ¡que ya me voy a venir! y yo aprovechaba nuestros cuerpos lisos para darle duro, en un momento sentí como se contraía su vagina y apretaba mi pene, luego como tensionaba sus piernas y fuertes gemidos de placer. Me dijo “paremos un poco que estoy agotada”, pero yo quería seguir, sin embargo, accedí a su petición pero no por mucho tiempo, seguidamente ella se puso en cuatro y se le veía ese culito muy provocativo, no tanto como el de mi exnovia pero aguantaba también, mientras la penetraba no podía evitar pensar en la mujer que me había roto el corazón, y la penetraba con algo de rabia y rudeza, cosa que a ella parecía gustarle, cambiamos a la posición de misionero, ella tenia sus rodillas en mi pecho y yo con mi miembro muy tieso lo sacaba y lo metía, cuando de pronto sentí diferente y enseguida ella pego un grito desgarrador, ella me empujo con sus pies y salió corriendo hacia el baño, pero el piso estaba húmedo tal vez por nuestra actividad, se resbalo y callo durísimo, me apresure, la levante y la lleve a la cama nuevamente, y le pregunte que había pasado y ella llorando me dice “¡NO VE QUE ME LO METIO POR EL CULO¡”, Enseguida le pedí disculpas pero por dentro estaba que me moría de la risa, y le pregunte que porque había salido corriendo? Y me dijo que salió a buscar un palo para darme con él, ahí si no aguante y solté la carcajada