relato suave

Se encontraba de vacaciones con su novio en la playa, disfrutando de la brisa, el sol y el mar. Pare el segundo día de su estadía el bar del hotel tenía preparada una noche mexicana, para la cual decidieron asistir los dos juntos. Para este evento ella decidió que quería provocar a su novio y salir a este sitio con algo que a el le llamara mucho la atención, un vestido algo corto que dejara ver sus bronceadas piernas y un hilo bastante coqueto.

Al llegar al bar notaron que esta estaba lleno, había gente de muchos lugares y decidieron sentarse en una de las mesas que se encontraba en una de las esquinas del bar, un lugar discreto pero con muy buen ángulo de visión.

Para tomar y calentar la fresca noche, pidieron tequila un trago nuevo para los dos. La noche dio inicio, un trago tras otro, disfrutaron ambos del espectáculo a tal punto que me dio por salir a cantar una de las tantas rancheras con las que el mariachi invitaba al público. Después de esto comenzamos a bailar y después de tantos tragos de tequila comenzó por encenderse la pasión entre ambos a tal punto que su novio al estar sentados comenzó de manera disimulada a acariciarle su vagina, tanto se encendió la pasión entre ambos que en ese mismo instante le pidió que se quitara su hilo dental y dejara al descubierto lo que es para el y ella en el instante accedió sin pensarlo. Así con ella al descubierto y sin la menor prevención y el cuidado de que alguien pudiera notar algo continuaron en su baile hasta entrada la noche.

Después de un largo tiempo bailando y tomando y ya un poco acalorados, decidieron salir del bar y caminar por la playa para tomar un poco de aire y refrescarse. Caminaron hasta llegar a uno de los kioscos donde en la tarde habían estado tomado algo y disfrutando del hermoso atardecer que esta les ofrecía. Como aquel sitio se encontraba completamente a la luz de la luna, las estrellas y la brisa, decidieron hacer una locura y desbordar en ese instante toda la pasión que tenían ambos contenida y el acalore que les había generado tanta provocación sumada al trago consumido.

Después de estar juntos y disfrutar de cada centímetro de la piel de cada uno, de los besos apasionados y provocadores de parte y parte, y del sexo que tanto les gusta y disfrutan ambos, se quedaron en la arena, abrazados y disfrutando del maravillo amanecer que este lugar les brindaba.