Dólar paralelo tritura al Bolívar y dispara inflación

Nadie quiere que el vecino se empobrezca porque se vuelve un problema. Por el contrario, si se enriquece trae prosperidad al resto. Infortunadamente, Venezuela va para el despeñadero y termina por afectar la economía colombiana. En la época dorada, Venezuela era el segundo socio comercial de Colombia y se le exportaba bienes y servicios por más de siete mil millones de dólares anuales. Hoy, el intercambio comercial se ha reducido casi a cero, aparte de las deudas de varios años que han causado la ruina a muchos empresarios colombianos.

Barril de petróleo por los 50 dólares, corrupción e ineptitud, acercan a Venezuela al abismo. Ya no solo hipoteca su riqueza petrolera para poder pagar las deudas urgentes, sino que saca dinero de sus reservas internacionales ya de por sí muy bajas, lo que le indica a los mercados internacionales que está cerca de la quiebra. Sin divisas, sin producción industrial, con la extracción de petróleo a la baja y feriada a los agiotistas internacionales, la inflación ya llegó al 100% y la depreciación del bolívar alcanza niveles históricos.

El flujo de venezolanos hacia Colombia por la frontera aumenta considerablemente. Ya no es como antes, clase media y trabajadora con deseos de iniciar una nueva vida, sino toda clase de delincuentes que están siendo contratados por las bandas colombianas para cometer fechorías. La tragedia humanitaria que se avecina es muy grande y Colombia va a salir muy golpeada. Se necesitan remedios urgentes y la región debe colaborar antes de que llegue el desastre.

El mundo mira a Grecia y en menor grado preocupa lo de Puerto Rico. Pero en Venezuela se está cocinando un default que va a afectar los mercados internacionales en mayor grado y a Colombia por ahí derecho que ya tiene suficientes problemas internos como para que se le agregue uno más y de graves proporciones.

Cita:

Dólar paralelo tritura al Bolívar y dispara inflación Hay que dar 616 bolívares por un dólar 'negro', casi 100 veces más que la tasa oficial. Por: VALENTINA LARES MARTIZ | 9:02 p.m. | 9 de julio de 2015 Ese precio del dólar, calculado con las operaciones cambiarias en la frontera con Colombia, superaría en 98 veces la tasa oficial fija de 6,30 bolívares para bienes prioritarios. Foto: AFP La moneda oficial venezolana cayó por knock out la tarde de este jueves, cuando su valor con respecto al dólar “negro” o “paralelo” se cotizó 8,45 por ciento menos con relación al miércoles, día en que sufrió una depreciación similar en comparación con el martes. Hasta la noche de este jueves, el valor de un dólar estadounidense en Venezuela es de 616 bolívares, casi 100 veces el valor que fija el Gobierno en su tasa oficial, que es de 6,30 bolívares por dólar. La idea de su devaluación la ofrece un par de datos: el 3 de julio un dólar costaba 500 bolívares, la última semana de mayo de este mismo costaba 400. A esta misma altura, pero del año pasado, un dólar en el mercado paralelo podía comprarse con 70 bolívares. El subidón de esta semana es el segundo más pronunciado de este año –el primero ocurrió en mayo cuando un dólar negro pasó de 300 a 400 bolívares en menos de una semana– y golpea a la economía venezolana con el paso de las horas, pues la cotización del dólar no oficial es uno de los principales indicadores de los precios en Venezuela, hoy como nunca dependiente de las importaciones y de un precio del petróleo a la baja. De hecho, el precio del crudo venezolano se suele cotizar por debajo del West Texas, que anoche cerró en 51 dólares. La opinión experta de la economista Anabella Abadi afirma que la causa de la tremenda devaluación del bolívar responde a un tema de expectativas. Es el resultado de una tormenta perfecta en la que el irrisorio precio del dólar oficial (6,30 bolívares por dólar para alimentos y medicinas, 12,80 para importaciones secundarias y viajes y una tasa de 199 que se transa “libremente” pero a la que efectivamente nadie tiene acceso), la creciente inflación, la caída de las reservas internacionales y la impresión creciente de dinero sin respaldo económico real tritura las esperanzas de que se fortalezca la moneda venezolana. “Cada día que pasa, la gente cree menos que la economía se recuperará en el corto o mediano plazo, y observa como la única alternativa real para resguardar el valor de su trabajo ahorrar en dólares americanos. Por su parte, a las empresas no se les han asignado divisas y también han tenido que recurrir a mecanismos alternativos. Es absurdo meter el dinero en el banco porque con la inflación se tienen tasas de interés negativas, los apartamentos están a precios impagables, no hay carros y los electrodomésticos también están a precios increíbles, entonces la gente está dispuesta a pagar lo que sea con tal de tener un dólar en la mano”. A esto añade que la última señal ofrecida por el Gobierno este jueves, al hacerse público que retiró 1.500 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional para mejorar en algo la liquidez del tesoro nacional, no fue la más alentadora. Es la segunda vez que lo hace en el año, justo cuando sus reservas internacionales están en su menor nivel en 12 años, debido a la caída de los precios del crudo. “Cuando el Gobierno toma decisiones como esta, también asegura que no tiene expectativas inmediatas de que se recupere el valor del bolívar”, afirma. “Ante este tipo de cosas, la gente reacciona”. El efecto de estos subidones entre los venezolanos se convierten entonces en causa y efecto, un carrusel potenciador de desesperación que empuja todos los precios a márgenes incalculables. Así, de pronto, un kilo de queso amarillo no regulado puede verse a 1.500 bolívares, una mermelada importada a 2.500 bolívares o un juguete se exhibe en una vitrina a 56.000 bolívares. Un pantalón azul escolar para niños se consigue por encima de los 4.000 bolívares y un par de zapatos deportivos alcanzan hasta los 45.000. El salario mínimo –de 7.000 bolívares– llegó a un punto tal ayer que no supera los 12 dólares mensuales. Piden imprimir billetes de 500 ‘bolos’ La inflación de Venezuela se acelera tan rápido que los banqueros les pidieron a las autoridades monetarias quintuplicar el valor del billete de mayor denominación (100 bolívares). Las financieras argumentan que deben pagar cada vez más carros blindados para transportar el dinero desde la imprenta a los cajeros automáticos, donde se agotan velozmente. El Banco Central se ha mostrado reacio a lanzar billetes de 500 bolívares y en cambio, resolvió aumentar un 89 por ciento circulación del de 100 en un año. Pero el problema sigue ahí: el billete de 100 no alcanza para una docena de huevos ni una barra de chocolate. Al consultar algunas firmas privadas, estas creen que en mayo la inflación anual rompió la barrera del 100 por ciento y alcanzó máximos históricos. VALENTINA LARES MARTIZ Corresponsal de EL TIEMPO Caracas

Fuente: El Tiempo