Texas nunca se unió a EE.UU.

La organización República de Texas es distinta al resto de grupos secesionistas texanos, ya que celebra reuniones mensuales, sus miembros han acuñado su propia moneda de oro y plata y llevan tarjetas de identificación en las que figura que son "representantes diplomáticos de la nación de Texas". El pasado mes de febrero varias decenas de simpatizantes fueron detenidos y sus derechos de reunión por parte de las fuerzas de seguridad estadounidenses.

El grupo República de Texas sostiene que el estado de Texas nunca llegó a convertirse de manera legal en parte de EE.UU. y que sigue siendo una nación independiente, informa 'The New York Times'. Asimismo, sus miembros aseguran que tienen el deber de formar un Gobierno para que ejerza de autoridad legítima con poder ejecutivo, legislativo y judicial y cuente con un Departamento de Estado y un sistema judicial propio.

El pasado 14 de febrero varios oficiales locales, estatales y federales (incluyendo miembros del FBI) irrumpieron en una reunión del grupo en la ciudad texana de Bryan, condado de Brazos. La operación se saldó con la detención de decenas de simpatizantes del grupo y la violación de su derecho de asamblea.

Las autoridades alegaron que el ataque formaba parte de una investigación relacionada con un conjunto de cartas que el grupo había enviado a un juez y un abogado de la ciudad texana de Kerrville y señalaron supuestos lazos de miembros de la organización con ideas nacionalistas y violentas en el pasado (haciendo referencia, entre otros, a un tiroteo contra las autoridades en el año 1997 en el un miembro de la organización falleció).

Actualmente, Texas es el único Estado independiente con reconocimiento internacional incorporado a EE.UU. en calidad de estado. Texas sigue contando con unas condiciones especiales: toda su tierra y subsuelo pertenecen a sus habitantes y es el único estado con derecho a celebrar un referéndum sobre la secesión y la independencia de EE.UU. Algunos políticos y habitantes estadounidenses especulan seriamente sobre una eventual secesión de Texas. En 2009, el gobernador del estado, Rick Perry, recordó que Texas tenía derecho de separarse de EE.UU.