¿Cuánto vale rentar un cuarto en La Habana?

¿De verdad esa gente que tú dices que PEDROELGRANDE llama proletariado puede acceder a esa clase de turismo? Parece que vives en las nubes Marinero. Ni siquiera la mayoría de los trabajadores afiliados a las pomposas cajas de COMPENSACIÓN familiar pueden darse el LUJO de turismiar y menos por la Costa Caribe. Las cajas de dizque compensación familiar están diseñadas para el bolsillo de la clase media media y media alta. La élite no utiliza esta oferta del mercado turístico. Gran parte de los trabajadores que deciden tomar los planes turísticos con estas cajas de compensación quedan endeudados durante un buen tiempo. Es un estilo de vida de algunas familias de clase media el quedar enganchados de por vida a la esclavitud crediticia de estas cajas...salen de un plan y se meten a otro. El turismo es un lujo Marinero. Una familia de salario mínimo no puede darse ese lujo...empeñaría de por vida sus ingresos exiguos.

LA LUCHA PARA SALVAR A GETSEMANÍ

Por Rainbow Nelson Enero 16 de 2013




La casa por la que piden un millón de dólares

Imagen: Laurie Castelli
Mientras especuladores tienen en la mira a Getsemaní –el barrio más tradicional de la ciudad amurallada– con grandes proyectos para lujosos hoteles, el vecindario quiere quedar congelado en el tiempo gozando de su buena vibra.

Una historia de David y Goliat. Su reputación como destino de lujuria, vicio y pobreza es la última barrera psicológica que protege el secreto mejor guardado de Cartagena, el barrio Getsemaní.

Con una población “orgullosamente getsemanicense” de 5.970 personajes según el último censo –uno de tres lleva la camisa para comprobarlo–, se resiste a los vientos de cambio buscando preservar su idiosincrasia y los fuertes lazos que vienen de la mano de vivir en el mismo barrio “toda la vida”.

Dos megaproyectos hoteleros, incluyendo planes para ni más ni menos que un Hotel Four Seasons, amenazan con acabar con el barrio más autóctono del centro histórico, el único lugar entre las murallas que aún preserva vida propia.

Con los precios por metro cuadrado por las nubes, los “vende barrios”, como tildan a los que quieren los dólares americanos y los pesos de los cachacos, están ganando territorio en la batalla por Getsemaní.
¿Pero hasta dónde puede resistir este valiente barrio y auténtica población heróica donde nació el primer grito de independencia y la gente sigue gritando a todo timbal?

Liderando la retro-guardia hay matriarcas locales como Dominga Fernández, más conocida como Minga, madre de 17 hijos, abuela de otro batallón, y artistas como Ruby Rumié, quien ha trabajado durante diez años documentando el barrio desde su taller en el Callejón Angosto con obras provocativas como Código de Barrio y 5.970. Uniéndose al frente de mujeres formidables hay fundaciones como Tu Cultura y Tiempo de Juego con su innovadora propuesta de “volun-turismo”, o el Hotel Escuela El Habitante que quieren preservar la deliciosa historia del barrio como lugar de resistencia y vitrina de una cultura profunda. Quieren, de la mano de su gente, crear una zona ejemplar de turismo sostenible donde reinan el arte, la música y la danza. Un barrio bohemio por naturaleza donde gana la gente con su bacanería y creatividad.

En el Getsemaní de hoy, la resistencia reside en la única cara desconocida de las figuras fundacionales de la historia colombiana. Pedro Romero, un cubano que llegó a Getsemaní y lideró el primer grito de independencia en contra de los españoles.




La ausencia notable de un retrato para semejante personaje –cuya cara nadie conoce– inspiró el proyecto artístico Pedro Romero Vive Aquí y hoy este héroe tiene rostro gracias al movimiento que lo inmortalizó en un grafiti.
Para todo ellos Getsemaní es sagrado. Aspiran a frenar la “gentrification” y remplazarla por la “getsemanificación”. Ojalá que gane David en esta batalla. “Me van a tener que sacar de aquí en un cajón”, dice Minga, quien con sus 87 años sigue gozando de los toques habituales de sus hijos y nietos en el Callejón Ancho.

Los extraños que andan por el barrio buscando gangas encuentran una repuesta unánime a sus ofertas económicas millonarias pero irrisorias por una casita en Jet-Set-Maní: “Mil millones”.

La respuesta no está basada en un estudio del precio del metro cuadrado. Nadie pone dimensiones a la casa familiar de más de tres generaciones, “Uff, tiene un poco de metros”. Tampoco tiene que ver con la historia del predio. La tienda de las tablas y “aserrío de Moncho”, hecha en tablas de madera y con techo de zinc en la esquina de la calle de las Chancletas con Pedregal, se ha convertido en la primera choza de Colombia que vale más de un millón de dólares.

Es un precio para no vender. Como el “Dr. Evil” de Austin Powers pidiendo un millón de dólares para no destruir el mundo. Para muchos, el dinero representa un problema que perturba un estilo de vida que decoran picós, una fritanguera en cada esquina, el béisbol, la salsa y la cerveza en la avenida Pedregal. Peluqueros que trabajan al aire libre y a pleno sol con música a todo timbal en la calle. Todos gritan y la comida ambulante, más que tener sabor, viene con un sonido. Otro grito. Para esta gente valiente y gritona, el dinero es algo que va en contra de su historia, de su cultura, del valor que representa conocer desde pequeños a sus vecinos y contar con su apoyo en lo bueno y lo malo. “¿Qué voy a hacer con mil millones de pesos?”, pregunta Freddy Gaviria, carpintero del Callejón Ancho. “Si el progreso acaba con nuestras costumbres y nuestras memorias, ¿es realmente esto el progreso?”. Tiene toda la razón.

Pedro viendo tus últimos comentarios realmente no sé que es lo que quieres. Te mostré que hay un hotel de lujo construido para que las vacaciones de los trabajadores rasos y ahora sales con que se endeudan si van para allá. ¿Que quieres que el gobierno le pague vacaciones gratuitas en hoteles boutique a toda la población del país? No digas cosas sin sentido. En tu querida Cuba ni siquiera los cubanos pueden pisar hoteles para extranjeros. Ese ultimo texto no le encuentro lo relevante en este tema, el que no quiera vender su casa en el Getsemani pues que no lo haga, nadie lo va a obligar ni a expropiar (como en otros países).

Pfff un millon de dolares como si en ese sector fuera mucha plata, a menos que esa casa no tenga patio ni nada, lo que seria bastante extraño si en realidad es una casa típica. Una casa de un millón de dolares en el getsemani es una ganga. Aquí se manejan precios de 10 millones de dolares mínimo por una casa típica de tamaño regular en todo el centro amurallado (ya quedan muy pocas disponibles), y por las casonas, (tamaño considerable) podemos estar hablando hasta de 100 millones de dolares (creo que ya todas las que quedan están comprometidas, en negociaciones o en el ojo de algún comprador). Cerca de mi casa, hay una casa que la están vendiendo en 8mil millones de pesos, prácticamente solo el terrerno porque la casa es antigua, serían como 4 millones de dolares.

Que tan bueno que los dos se compraran siquiera un misero periódico al mes en lugar de seguir leyendo Condorito y Vanidades.

Cualquier simio medio informado sabe que Cuba se hunde en la miseria desde hace 50 años y Cartagena es el icono de la prostitución infantil no precisamente porque estén sus niños nadando en la riqueza.

El costo del turismo en Colombia

Acabamos de recibir las últimas estadísticas de la OMT, Organización Mundial del Turismo, en los cuales, entre otras cosas, nos muestra cómo Francia en el 2012 sigue siendo el país que más turistas recibe en el mundo, cerca de sesenta millones por año. Continuando en segundo lugar España, con cincuenta millones de turistas; tercero Italia, con cuarenta y ocho, y cuarto lugar Estados Unidos, seguido muy de cerca de Japón, con treinta y siete millones de visitantes por año.

Pero lo que más nos ha llamado la atención es la calificación de los precios de la hotelería mundial, donde indiscutiblemente Europa marca el máximo rumbo de diversificación y acomodación, sobre todo por sus famosos hostales, y Estados Unidos y China, con Dinamarca y Suecia, le siguen los pasos con las llamadas pensiones o residencias, hoteles de cadena con precios muy llamativos en las llamadas temporadas de vacaciones, teniendo en cuenta en todos estos países las cuatro estaciones cronológicas que a su vez reciben huéspedes de distintas categorías. En verano mucha juventud y en invierno mucha tercera edad.

En América Latina, Colombia se muestra con la hotelería más cara, seguida muy de cerca por Argentina, especialmente en Buenos Aires y Mar de Plata; Uruguay con Punta del Este y Chile con sus costas están bien pegaditas, pero no así otros destinos con tarifas más cómodas, pero espléndidos como Cancún, Puerto Vallarta, Isla Margarita y Río de Janeiro. Entre nosotros es especialmente llamativo –a nuestro juicio en forma negativa– la carestía hotelera de nuestra bella Cartagena, y a este motivo muy posiblemente se debe que la ocupación de hoteles en ciertas épocas del año no es alta, quizás por la para-hotelería que dispara otras modalidades de alojamiento mucho más baratas. En esto Cartagena tiene que abrir los ojos. Si a nosotros los nacionales nos produce urticaria pagar por una gaseosa en cualquier sitio turístico de La Heroica hasta cinco mil pesos, pensemos en lo que puede juzgar un turista que al instante haciendo el cambio a dólares se queda pasmado(SUPERSIC. ).

Hemos escuchado ya varias versiones de turistas que llegan en cruceros donde afirman que es mejor quedarse en el barco el día entero o salir solo a pasear comiéndose un perro caliente al mediodía en cualquier venta ambulante. Alguien consideró arbitrario el precio de una diminuta joya comprada en una famosa joyería y se armó de valor denunciando a la policía el hecho. Muchas personas son ya las que, especialmente desde el interior del país, al sacar cuentas con una pareja y dos hijos menores, les resulta más económico pasar las vacaciones en Miami que en Cartagena ( SUPERSIC. ). Bogotá no se queda atrás con los precios de los hoteles, mientras que San Andrés por lo visto sigue más asequible, lo mismo Medellín, Cali, Bucaramanga y Manizales.

Barranquilla se vuela la escuadra a veces, pero no exagera. Ojo a la ciudad de nuestros amores y ancestros Cartagena: el abuso que ya es evidente en otros aspectos como el acoso de vendedores ambulantes, por ejemplo, puede ir poco a poco envenenando el ambiente de visitantes. Así le pasó por años a Acapulco, Viña del Mar y Salinas, que entraron en un letargo de décadas por cambio de preferencias de los visitantes. Ya se recuperaron y adoptaron posiciones reguladas.

En Barranquilla estamos en un despegue envidiable que trae mucha gente. Algún extranjero prestante nos dijo recientemente que estaba fascinado con la ciudad y su gente, pero que le incomodaba cada vez que tenía que tomar un taxi porque cuando el conductor le notaba el acento de afuera enseguida le mandaba el varillazo del doble para el cobro de la carrera; esto destruye a la larga cualquier clase de turismo: ¡Ojo!

Por Álvaro De la Espriella Arango, EL HERLADO

En Juan del Mar se puede comer decentemente $50.000 pesos por persona, no creo que un turista que ha pagado por un crusero no pueda pagar eso.Ahora, la comida callejera en Cartagena me parece exquisita, con cinco mil pesos puedes quedar lleno en una mesa de fritos, o sino un perro caliente callejero, una hamburguesa o lo que quieras. Ahora si me sales contestando que no te gusta nada pues te jodes y te toca traerte tu bolsita de harina pan y tu bolsita de leche en polvo de Venezuela.

¿TE SUENA HOTEL SANTA ANA? EN PLENO CENTRO HISTÓRICO; MÁS DE $6OO MIL LA NOCHE ... Ahí tuvo PEDROELGRANDE

Te felicito, eres un burgués