Los mamertos en washington

Hace un par de años, a raíz de las elecciones parlamentarias en Estados Unidos, que le permitieron al partido Demócrata dominar las dos cámaras, advertimos que vendrían días difíciles para Colombia en su relación con ese país. No era algo difícil de predecir. Ya es conocida la animadversión de ciertos miembros de ese congreso hacia Colombia y especialmente hacía nuestras las Fuerzas Militares. Dijimos entonces que había que pensar que tendríamos que enfrentar a las FARC y a todos sus aliados solos, y además, olvidarnos del TLC.

En el senado nuestros enemigos son miembros que están allí desde hace tiempo: John Kerry, el ex candidato presidencial, Ted Kennedy, el hermano del asesinado presidente John F. Kennedy, Christopher Dodd y Patrick Leahy. Estos firman cualquier documento contra Colombia que les ponga enfrente cualquier mamerto de alguna ONG. La diferencia es que ahora son dueños del poder legislativo y también del ejecutivo. En ese país el partido que gana, se lleva todas las presidencias de los comités, que equivalen a nuestras comisiones, y los presidentes de comité tienen inmenso poder. Estando George W. Bush en la Casa Blanca podía, hasta cierto punto, contrarrestar ese poder. Ahora con Obama, que era parte del ala izquierda del partido Demócrata, no hay quien lo contrarreste. En la cámara de representantes pasa algo parecido: hay unos 35 a 40 miembros de extrema izquierda entre sus 435 miembros. Pesa menos la cámara en política internacional, pero también tienen cargos clave allí los de izquierda, entre ellos Nancy Pelosi, quien ocupa lo que equivale a una presidencia de la cámara. Otro que ha demostrado su afinidad por la izquierda y su simpatía hacia las FARC es el representante Jim McGovern, mencionado en los archivos de Raúl Reyes.


En esas condiciones no nos va a ir bien ni con el TLC ni con los aportes de Estados Unidos al Plan Colombia. Es en esos círculos del congreso donde el Vicepresidente Francisco Santos seguramente ha escuchado las palabras irrespetuosas hacia nuestro país que lo llevaron a sugerir que había que acabar con el Plan Colombia. Eso lo dijo Pacho antes inclusive de que el inefable Senador Leahy congelara parte de los recursos de dicho plan y se metiera en nuestros asuntos internos despotricando contra el General Montoya y cuestionando al nuevo comandante del Ejército, General Oscar González. ¿Esta loco Pachito al decir lo que dijo? Talvez no. Eso lo sabremos cuando se presente el nuevo proyecto del plan al congreso. No nos extrañemos si resulta un engendro que le da millonadas a las ONG de izquierda y nada a las Fuerzas Militares. En ese caso sería mejor decirle al señor Obama: ¿Sabe que señor? No gracias. Deje así. Por experiencia directa de Verdad Colombia sabemos que no hay nadie más arrogante que un gringo de izquierda. Créanme. ¡Ni siquiera un francés comunista es peor! Y eso es mucho decir.

Por todo esto, la grosera actitud del Senador Leahy no es algo sorprendente.

Siempre ha sido afecto a los terroristas de cualquier calaña. En 1985 el Senador “inadvertidamente”, según su propia confesión, filtró una interceptación sobre una operación que iban a cumplir Comandos Egipcios contra los terroristas musulmanes secuestradores del crucero turístico Aquille Lauro. Su filtración le causó la muerte a por lo menos uno de estos comandos. Sus indiscreciones, que siempre favorecían terroristas lo obligaron a renunciar al Comité de Inteligencia del Senado.

Pero también hay un antecedente que es bueno destacar.

En esta semana se cumplió una de las dos audiencias anuales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y a ella asistió un buen número de ONG de izquierda colombianas que presumen ser defensores de derechos humanos. Sus amigos izquierdistas del congreso americano también los invitaron a una audiencia en la Cámara de Representantes con algunos congresistas de ese partido.

Claro que todo el espectáculo de la semana estaba bien preparado de antemano.
Cuatro ONG de Estados Unidos enviaron un documento al congreso que dice más o menos lo mismo que dijo luego el senador Leahy. Ataca al General Montoya y al nuevo comandante del Ejército. Piden que se disuelva la red de informantes y que se prohíban las recompensas. Es decir, todo lo que quisiera Alfonso Cano. Tienen otros dos objetivos, por supuesto. El primero es demostrar el poder de las ONG y de los congresistas de izquierda, y segundo, darle aire a las FARC lanzando una cortina de humo que haga olvidar la masacre de los AWA, la voladura del acueducto de Villavicencio y demás atrocidades recientes. Estas ONG son WOLA (Washington Office on Latin America), Latin America Working Group, Center for Internacional Policy, y una última que se llama US Office on Colombia. Parecen independientes entre sí, pero si se observa quienes integran las juntas directivas y quienes son los funcionarios de cada una, resultan todas entrelazadas. Y las cosas son aun más claras si observamos los socios (partners) colombianos que aparecen la página web de la US Office on Colombia: Asfaddes, CINEP, Comisión Colombiana de Juristas, el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Credhos, ICP, Minga, Redepaz y otras. También estaba de visita en Washington --no podía faltar-- una representante de Justicia y Paz, la ONG del cura Giraldo. ¡La mamertada completa! Poderoso lobby tienen los compañeros de viaje de las FARC en Washington.
Y así, nos puede ir bien con los Demócratas en el poder?


Miguel Posada (cadenasuper.com)