pablo emilio moncayo Comodin de turno de los narcoterroristas ..¿quien sera el proximo?

El miércoles, 15 de abril de 2009, podría pasar a la historia de Colombia como uno de los días mas importantes de los últimos años.

Y el jueves, 16 de abril de 2009, podría pasar a la historia como uno más de los muchos días que el grupo narcoterrorista FARC escoge para lanzar al azar sus disparatadas propuestas que solamente buscan burlarse de Colombia.

¿Porqué?
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Primero, el 15 de abril se materializaron dos hechos muy representativos, y felices, para Colombia: la captura del narcotraficante y paramilitar Daniel Rendón Herrera, más conocido como “Don Mario”, resultado del paciente y bien desarrollado trabajo efectuado por la Policía Nacional de Colombia. Y en la noche, la iniciativa de referendo que aprueba la reelección del actual presidente Alvaro Uribe Vèlez, sin duda el mejor presidente que ha tenido Colombia en los últimos decenios, para el período 2010-2014.

Estos dos acontecimientos reflejan y confirman, una vez más, el éxito de la gestión del señor presidente Uribe: tanto en lo militar y en asuntos de orden público, como en lo político y en el liderazgo histórico que le ha hecho acreedor a un lugar destacado entre los grandes de la Historia.

Y bien, ¿qué pasó el 16 de abril? Los medios de comunicación dan a conocer una propuesta del grupo narcoterrorista FARC, en donde (dejando de lado los lugares comunes que caracterizan sus escritos) dicen que van a entregar a Pablo Emilio Moncayo, quien en el momento de escribir estas líneas acumula 11 años de secuestro. Lo demás es cuestión de tiempo: la reacción del padre del secuestrado, marchante denodado a lo largo y ancho de la geografía nacional (y àcido crìtico del señor presidente Àlvaro Uribe Vèlez); el “abnegado”, “generoso”, “desinteresado”, y “arriesgado” ofrecimiento de la senadora Córdoba, ya veterana en estas lides, para “facilitar” el proceso de liberación del secuestrado; el estado de alerta de los medios de comunicación; los aplausos y las rabiosas aclamaciones de los “mamertos”, como conocemos en Colombia a los idiotas útiles del izquierdismo ... y... no poco escepticismo entre la ciudadanía de a pie, acostumbrada ya a los espectáculos circenses montados por unos pocos interesados, a costa de los infelices que han soportado años y años de torturas peores que las de un campo de concentración nazi.

¿Qué lectura podemos dar a todo eso?

Es obvio que los narcoterroristas quieren robarse parte de la atención que recae sobre el gobierno de Colombia: antagonizar la noticia sobre el excelente desempeño militar que permitió la captura del narcotraficante, con un espectáculo pseudo humanitario, que trate de invalidar la política de mano firme contra la delincuencia que tan buenos resultados ha dado; de paso, aparentan tomar una prudente distancia frente al delincuente capturado: “a nosotros no nos va a pasar lo mismo, porque nosotros hacemos propuestas 'humanitarias'... nosotros somos 'diferentes'”

Otra facción interesada en desviar la atención es aquella compuesta por los detractores del gobierno de Colombia, ya en el terreno político: aquellos que encabeza la senadora afrodescendiente, el brazo político de las FARC, los que ciegamente y tercamente niegan los méritos del gobierno del presidente Uribe. Sabiéndose rotundamente derrotados en una eventual contienda electoral ante el actual presidente, su vía de escape es desdibujar el escenario: hacer creer al electorado que “hay otra salida” diferente de la militar, para recuperar la normalidad del país. Discurso éste que desde el inicio del gobierno de Alvaro Uribe ha sido esgrimido por unos y por otros, que hoy yacen en el panteón de los quemados... uno de ellos, Alvaro Leyva, quien creía que diciendo conocer a los narcoterroristas, iba a poder sustentar su propuesta electoral... se retiró sin pena ni gloria mucho antes de las elecciones de 2006.

Hacer creer que “hay otra salida”... cambiando la forma de ver las cosas, resultaría justificable decir que un tercer gobierno del presidente Uribe ya no es necesario... pues... ¿qué sentido tiene combatir a un grupo que entrega secuestrados como gesto de paz? ¿Para qué se necesitan entonces, el apoyo económico, la tecnología, los helicópteros y aviones?
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Pero... tiene aquí cabida la frase del presidente Uribe en un reciente Consejo Comunitario de Gobierno: “Como no moñito!!”
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Cómo no moñito... que el pueblo colombiano sigue creyendo en las FARC. No, después de la apoteósica marcha del 4 de febrero de 2008, las FARC fueron exorcizadas del panorama político y mental del colombiano.
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Cómo no moñito... que un grupo de oportunistas va a obtener dividendos políticos de la liberación de un secuestrado. No, ya nadie les cree porque esos “operativos humanitarios” han demostrado no ser otra cosa que espectáculos montados para acaparar protagonismo, por parte de una gente que no se distingue precisamente por su lealtad a la Patria.

Còmo no moñito... que con un espectáculo circense se puede poner en duda la efectividad de una política de estado, validada durante seis años consecutivos. No, para todos los colombianos es clarísimo que Colombia es un mejor lugar desde que se aplica la Política de Seguridad Democrática... los indicadores económicos de los últimos años lo demuestran.

Cómo no moñito... que a la sombra de este nuevo espectáculo y valiéndose del padre del secuestrado, los delincuentes van a lograr que se les despejen territorios de nuestra patria. No, ya nadie cree en despejes de territorios, y para todos fue evidente que el padre del secuestrado actuó como mandadero de los criminales cuando hizo esa solicitud... perdiendo su tiempo.

La posición de Colombia se resume en las palabras del señor ministro Juan Manuel Santos, preguntado por los periodistas del programa radial “La W” a los pocos minutos de conocerse el comunicado de los narcoterroristas: “Que lo liberen, o que digan dónde lo dejan y vamos a recogerlo”. Y ya... no da para más.

Colombia ya no es lo que era hace unos años. Nuestro presidente Alvaro Uribe Vélez no solamente recuperó la viabilidad de un país que estaba al borde del desastre... además, y por encima de todas las cosas, nos devolvió a todos los colombianos de bien, la esperanza, la alegría de vivir, la ilusión para levantarnos diariamente, para amar, para soñar, para trabajar, para hacer de Colombia un mejor país cada día. Nos hizo volver el alma al cuerpo y el calor al corazón... y eso es algo que solamente el cielo le podrá compensar como es debido... mientras tanto, millones de colombianos agradecidos lo apoyaremos en su gestión y en sus aspiraciones para un tercer período presidencial, si es esa su voluntad.

Gracias por leerme, por tener la paciencia de llegar hasta esta parte de mi artículo.

Pero no se limiten a leerme.... mejor es, que no olviden lo que han leído...