Chao muzú, hola sitp

Disculpen que me salga de la crisis de Venezuela, de las chuzadas a Santos, de los agarrones en los micrófonos entre negociadores del gobierno y guerrilla en La Habana, incluso del futuro de la lista uribista en el Valle, de Angelino y Vargas Lleras agarrados de las mechas, del futuro de Petro en el Consejo de Estado que ahí va caminando con nadadito de perro, de la ridícula sentencia impuesta al homicida ebrio en camioneta de lujo que le dañó la vida a tres personas, de la crisis de Ucrania, de las idioteces de los candidatos al congreso, de tantas cosas que nos ponen a pelear en esta bendita zona política, y me dé por la nostalgia.

Bogotá y su sistema integrado de transporte y la jubilación de las viejas busetas en las que todos montamos y que pronto serán un recuerdo, es un buen tema para esta noche de martes. Increible cómo estos adefesios, con bestias al volante, floripondios tableros, guerra del centavo, apretujones peores que en Transmilenio, nos traigan recuerdos, muchos recuerdos. Los buses azules, con sus tarjetas magnéticas, su orden y aseo, su disciplina de parar donde deben parar, es de no creer, pero ya ruedan y son una delicia, pero las viejeras se añoran, qué le vamos a hacer, al fin y al cabo fueron las que me transportaron al Externado muchas veces.

Cita:

CHAO MUZÚ, HOLA SITP Despedida al viejo y siempre fiel Muzú. Bienvenida al SITP. Que su app, mapas en línea y otros usuarios colaboren para que se incremente su uso. Nada más emocionante para un niño a finales de la década de los 80 que subirse en un bus de la ruta 128 A Muzú. Los buses chatos que conectaron el occidente de Bogotá con el centro eran maravillosos. Tenían unas gigantescas consolas llenas de carritos Majorette o muñequitos y pegatinas de todo tipo. Al frenar, algunos de los grandes habitáculos del conductor alumbraban y, por lo menos para mi, era como subirme a una nave espacial. La Muzú chata de antaño tenía muchas cosas divertidas. La mayoría de palancas de cambios estaban adornadas con una especie de disfraz. Había caritas de perro, conejos y otros animales. Era muy divertido pensar que los conductores guardaban las monedas en unas cajas donde se ponen los cubiertos. La moneda de 10 grandes, la de 200, la de 50 . Quizás nuestro primer contacto con el mundo políglota fue con los famosos Forros Gamín en forma de calzoncillos que explicaban que estaba prohibido fumar en varios idiomas. Vietato fumare, estaba impreso a la vista del usuario. En alguna época, quizás en la administración Pastrana, los buses fueron obligados a poner una cinta en la que decía Prohibido Llevar Pasajeros de Píe. Por supuesto nunca se cumplió. Toda mi vida he montado en esta ruta. Me han pegado puños por no recibir dulces de vendedores, he tenido que soportar las carreras entre compadres conductores, he intentado subirme cuando van miles adentro y todos se bajan en la Javeriana. Siempre anhelé que respetaran a sus clientes, pero no. Nunca pararon en los paraderos, nunca se sabe a qué hora pasarán y al pasar se quedaron en una ciudad vieja que no quiere avanzar. Luego de estar por fuera del país unos meses, el pasado martes mi padre me sugirió subirme al Sitp de la 34 para llegar a Galerias. Varias veces le pregunté si era posible. Jamás, en la historia de mi vida como usuario una ruta de un bus fue capaz de ir desde Profamilia hacía Galerías. Con un poco de temor acepté el consejo de mi padre. Para el usuario que nunca lo ha intentado es muy difícil saber qué ruta le sirve. No obstante se puede preguntar, buscar en Internet o usar el app Moovit y santo remedio. De lo más raro me pareció que uno no alista las monedas. Me metí a una cacharrarería sobre la 16 y compré una tarjeta que me costó 3.500. La cargué con 5.000. Mi papá me hizo caminar hasta el paradero que queda a una cuadra del CAI y me dijo “Pasa cada 15 minutos, solo pase la tarjeta y ya”. Se despidió. Una vez llegó el Sitp pasé la tarjeta y vaya sorpresa. Una máquina me dijo gracias, no está sonando Candela y no se suben vendedores. Fuera de eso, solo paran en los paraderos. Toda mi vida he anhelado que los buses paren en los paraderos. Jamás he entendido como no podemos ordenar el sistema y tan sencillo que se ve en ciudades como Buenos Aires o San Francisco. Que sorpresa. Mi primer viaje, luego de tomar buses en Bogotá, que paran donde deben parar, y no cada media cuadra cuando el conductor se le dé la gana o cuando el perezoso ciudadano quiere. Todos los santos dias leo en Twitter que los buses del Sitp van desocupados. Que es una gran porquería el sistema. Que nadie lo usa. Que estamos perdiendo plata y no sé qué mas cosas. Me atrevería a decir que los buses van sin nadie por pura pereza del ciudadano. ¿Ya buscó cuál es la ruta que le sirve?. Si no lo ha hecho y tiene un celular smartphone lo invito a que baje Moovit. El aplicativo donde está todo consignado. Necesita plan de datos o Internet, usted le dice dónde está, para donde va y listo. El app le dice hasta cuántos metros debe caminar y si está muy perdido le muestra el mapa de la ciudad. No me interesa ningún tipo de discusión politiquera alrededor del tema, y me vale cinco quién lo logró. Para mi, luego de años de montar en la Muzú y ver su triste colapso, lo único que me importa es que los buses paren donde debe ser, paren donde corresponde, no pongan Candela a todo volumen, sigan una tabla de tiempo y no permitan vendedores ni ladrones. Chao Muzú, Hola Sitp.

Fuente: Hyperconectado.com