Dios creó a los hombres y Colt los hizo iguales

Cita:

'La travesura de Colt' Dios creó a los hombres y Colt los hizo iguales. Esta frase se acuñó para homenajear al inventor estadounidense Samuel Colt, que perfeccionó el funcionamiento y la manera de fabricar un revolver. Sus aportes lo hicieron más accesible y popular, cada uno decida si merecía un homenaje o no. Antes de ser un héroe en los Estados Unidos fue un niño, y muy problemático, era tan inquieto que su padre no sabía cómo controlarlo. Esto de por sí no lo diferenciaba del resto de los niños, lo que lo hacía especial era que se entretenía experimentando con pólvora. Para que canalizara su curiosidad en algo menos peligroso, su padre le regalaba libros científicos, grueso error, poner en manos de Samuel tantos datos lo convirtió en una amenaza. Con poca edad y mucha información, se lanzó en la búsqueda de algo útil para las milicias, y lo encontró, resolvió el problema de accionar explosivos en espejos de agua por medio de un cable submarino. Colt quería presentar su invento a lo grande, pero parece que su corteza prefrontal del cerebro no se había desarrollado aún. Sin inhibición, autocontrol o un atisbo de raciocinio, preparó una balsa a unos 50 metros de la orilla del Lago Ware, debajo de ella colocó gran cantidad de explosivos conectados a un detonador en la orilla. Si se sabía que el inventor tenía 15 años, ninguna persona en su sano juicio asistiría, por ello empapeló la ciudad con la promoción del evento sin los datos del convocante, era un niño, pero no comía vidrio. Para asegurarse el éxito de la demostración colocó gran cantidad de explosivos. Cuando casi toda la gente del pueblo estaba ansiosa en la playa, Colt, semi escondido procedió a la detonación. Dos cosas quedaron en claro, el invento funcionaba y los explosivos eran muchos. Toneladas de agua y barro volaron por los aires cayendo sobre los asistentes, Colt estuvo a punto de ser linchado de no ser por su amigo Elisha King Root que lo escoltó hasta la casa de su padre, en agradecimiento, cuando fueron adultos, lo hizo socio de la Colt’s Manufacturing Company. Colt prosiguió su vida con un viaje por la India, ¿por qué la India? Porque su padre lo quería lejos de casa y que dejara de pensar en métodos para matarse. Le salió el tiro por la culata, nunca mejor aplicada esta frase. En Bombay se familiarizó con algunos primitivos modelos de revólveres, rudimentarios, ineficaces y sobre todo, peligrosos para quien los manipulaba. Con esos problemas en su cabeza emprendió el regreso a los EE. UU. Su cerebro no descansaba y en el barco que lo traía vio algunos sofisticados mecanismos que se podían aplicar para mejorar el funcionamiento de las armas, como el eje del timón y el trinquete para levar el ancla. En 1836 patenta un novedoso mecanismo para un revolver de tambor giratorio de 5 disparos calibre 36 y funda la Paterson Arms Manufacturing Company. Sin inversores no pudo adquirir la maquinaria adecuada y las armas se fabricaban a mano. Eran magníficas pero muy caras, por ello entró en bancarrota. Colt pasó al olvido, pero en una reunión, su viejo amigo Root cuenta la anécdota del lago Ware. Mientras todos los asistentes reían, solo uno permaneció serio, era ni más ni menos que Samuel Morse, que lejos de causarle gracia, le dio curiosidad. Colt y Morse se reunieron para ver la posibilidad que ese cable fuera útil para comunicaciones, así fue que el odiado cable de Ware Pond, sirvió para realizar el primer enlace telegráfico submarino entre Nueva York y Coney Island. Esto dio a Colt un colchón financiero para refundar su fábrica de armas. Con la maquinaria adecuada crea el Modelo Texas de 6 disparos, de la noche a la mañana, apareció un revolver en la mano de cada hombre del oeste de los EE. UU.

Fuente: La tertulia - Augusto Gómez Serrano