¿Altruismo o pendejada?

Vida no hay sino una, dice el viejo dicho. Si eso es la verdad, uno debe tratar de disfrutarla lo mejor posible. Toda una vida de limitaciones ahorrando para que los demás disfruten, ¿es una soberana pendejada? ¿O un ejemplo de altruismo que marca la diferencia? También podría decirse que era feliz de esa manera.

Hay otros que lo hacen por simple tacañería y llevan una vida miserable y son sus herederos los que terminan disfrutando los bienes. Eso pasa mucho. De todas formas sucedió y los ahorros de toda una vida del protagonista de esta historia le cambiaron la vida a muchas personas.



Dale Schröder fue un hombre sencillo y humilde de Iowa, que acabó cambiando la vida de 33 personas para siempre. Schröder trabajó como carpintero en la misma empresa durante 67 años. Creció pobre y no tuvo esposa ni hijos propios.

Su amigo Steve Nielsen describió a Schröder como un "tipo de persona de cuello azul, con lonchera". “Iba a trabajar todos los días. Trabajé muy duro. Fue frugal. Como muchos habitantes de Iowa”, dijo Nielsen a KCCI-TV, afiliada de CBS Des Moines.

Cuando murió en 2005, nadie podría haber adivinado lo rico que era realmente Schröder. “Tenía jeans para la iglesia y jeans para el trabajo”, dijo Nielsen. Schröder había ahorrado una fortuna a lo largo de los años. No tenía descendientes vivos, por lo que antes de morir, acudió a su abogado con un plan para su dinero. “Dijo: 'Nunca tuve la oportunidad de ir a la universidad. Por eso me gustaría ayudar a los niños a ir a la universidad'”, dijo Nielsen.

Schröder no sólo tenía suficiente dinero para enviar a algunos niños a la universidad, sino que tenía suficientes ahorros para enviar a docenas. Dale envió a 33 niños a la universidad.