Bogotá le da un amplio mandato a Galán y un voto castigo a Petro

Un análisis sereno de lo que le espera a Bogotá.

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Bogotá le da un amplio mandato a Galán y un voto castigo a Petro Por Juanita León y Daniel Pacheco / Octubre 29, 2023 Carlos Fernando Galán será el próximo alcalde de Bogotá. Con el 49 por ciento de los votos y sacándole una ventaja de más de 800 mil votos a Juan Daniel Oviedo, el hijo de Luis Carlos Galán aseguró el cargo en primera vuelta superando todos los pronósticos de las encuestas. Es un resultado que le da un amplio mandato a Galán y que significa una continuidad en la visión que ha gobernado la ciudad en los últimos tres períodos, un triunfo para el centro político y un golpe contundente al presidente Gustavo Petro. Galán logró la votación más alta en la capital de este siglo, superando a Lucho Garzón, quien había ganado en 2003 con el 46,7%. Además de la victoria de Galán, el resultado de Juan Daniel Oviedo, que con 20% de los votos superó a Gustavo Bolívar, el candidato del Pacto Histórico, agrega sal a la herida que los votantes capitalinos abrieron en el mandato del gobierno Petro. El nuevo alcalde Con 46 años, Galán logró la alcaldía en su tercer intento. Galán es el hijo menor del fundador del Nuevo Liberalismo asesinado en 1989 por Pablo Escobar, cuando Carlos Fernando tenía solo 12 años. Estudió Servicio Exterior en la Universidad de Georgetown e hizo una especialización en gobierno, gerencia y asuntos públicos en el Externado de Colombia. Una parte significativa de su vida laboral ha estado vinculada con Bogotá. Primero como periodista de la revista Cambio y El Tiempo y luego dos veces como concejal de Bogotá. En su primer período, Galán fue uno de los principales críticos del alcalde Samuel Moreno y junto con otros concejales como Carlos Vicente de Roux denunció las irregularidades en la contratación pública, que terminó siendo un detonante clave del escándalo del “Cartel de la Contratación”. Y en su segundo período, después de perder frente a Claudia López en las elecciones locales de 2019, dirigió el Concejo hasta renunciar dos años después para lanzarse y perder al Senado con la nueva personería de su partido Nuevo Liberalismo. Galán ha tenido una relación ambivalente con los políticos tradicionales. Por un lado, militó y dirigió Cambio Radical durante el período en el que este partido se distinguió por avalar políticos muy cuestionados en una actitud del ‘todo vale’ para sumarle votos a la campaña presidencial de Germán Vargas Lleras. Y aunque intentó dar la pelea desde adentro por retirarles avales a muchos de esos políticos, no se retiró del partido sino hasta el 2018, cuando Vargas perdió estrepitosamente y decidió apoyar a Iván Duque en segunda vuelta. Galán renunció al Senado y al partido, argumentando que seguir allí ya no era coherente con sus principios. Luego, en su aspiración frustrada a la Alcaldía contra Claudia López, Galán decidió hacer una campaña independiente marcando distancia frente a los políticos tradicionales, que para esta campaña recibió con alegría en su “expreso Galán”, una de las expresiones que usó su campaña. El expreso Galán: políticos, personalidades y el voto del centro a la derecha Galán esperó para lanzarse. Aunque su candidatura estaba cantada, la inscribió en los últimos días de julio. Su nombre ya contaba con un alto reconocimiento, luego de haber sido candidato hacía cuatro años y concejal por tres. Así se blindó de ataques de sus contrincantes menos conocidos, que llevaban meses recogiendo firmas. La decisión es un ejemplo de cómo su candidatura manejó los tiempos durante toda la elección. A partir de ese momento siempre estuvo arriba en las encuestas, un liderazgo que al final capitalizó impulsando la idea de que podía ganar en primera vuelta. Con eso utilizó el miedo que generaba en un sector de derecha la candidatura de Bolívar, y frenó el crecimiento de Juan Daniel Oviedo. Galán se ganó casi todos los votos de la centro derecha y la derecha, manteniendo una candidatura con posturas de centro y liberales. Los dos candidatos de derecha clara, Diego Molano y el general Jorge Vargas, quedaron exprimidos: sacaron 2% y 1% respectivamente. Y Oviedo, un exfuncionario de Iván Duque abiertamente homosexual, no logró crecer lo suficiente en ese sector para distanciarse de Bolívar y frenar el voto útil. La estrategia política del Expreso Galán tuvo dos avenidas. Por un lado, abandonó la independencia frente a los políticos tradicionales de la ciudad que había fracasado en la elección anterior. Pero lo hizo con habilidad. Se avaló solo por el Nuevo Liberalismo, el partido que revivió su hermano, Juan Manuel Galán. Aun así, recibió el apoyo de seis de siete concejales liberales, de varios del partido Alianza Verde, e incluyó a políticos tradicionales en su lista al Consejo del Nuevo Liberalismo, en alianza con En Marcha, el partido de Juan Fernando Cristo. Sin embargo, le puso límites a los apoyos políticos. Por ejemplo, aguantó la presión de Cambio Radical, de Germán Vargas, que buscó condicionar su apoyo a que Galán se avalara también como su candidato. Pero con el equipo de políticos que reclutó, la campaña consiguió la estructura política que, más allá de los votos de cada concejal, le dio un motor poderoso a su mensaje en barrios de toda la ciudad. La segunda avenida del Expreso Galán fue sumar, sin parar, apoyos de personalidades y políticos de opinión. La campaña tenía un camión con una pequeña tarima donde Galán hacía eventos públicos con sus adhesiones: Humberto de la Calle, Sandra Borda, Alejandro Gaviria, etc. Con los políticos de opinión, como la representante Katherine Miranda, lanzó eventos más grandes. Pero nunca paró. Hasta la última semana su campaña sumaba y generaba pequeños hechos políticos. Al final, el Expreso Galán se convirtió en la máquina política más efectiva en competir en la capital en este siglo, y arranca con un mandato popular poderoso que incluye un voto de castigo claro al gobierno de Gustavo Petro. La derrota de Petro Gustavo Petro no se interesó en las elecciones locales sino hasta las últimas semanas, cuando se dio cuenta que el Pacto Histórico iba a sufrir una estrepitosa derrota. Entonces, se empleó a fondo en tratar de impulsar la candidatura de Gustavo Bolívar en Bogotá. Si bien, como dice el analista Yann Basset, estas elecciones no se pueden leer como un plebiscito de Petro porque cada ciudad y departamento tiene unas dinámicas locales, el resultado de Bogotá sí es un mensaje contundente contra el presidente. Primero, porque se metió de lleno en la campaña organizando una ‘toma de Bogotá’, de la mano de Bolívar, a pocas semanas de las elecciones. Y segundo, organizando una visita de Estado a China para volver con la ‘oferta’ de financiar el 100 por ciento del metro si se modificaba el diseño de la línea que ya está en construcción para soterrarla. Como suele hacerlo, con esta movida el presidente impuso el tema que dominó el último tramo de la campaña y las urnas se lo reprocharon. Pero al mismo tiempo, reforzó la idea de que Gustavo Bolívar sería su peón en la ciudad y la idea de no darle más poder al presidente estimuló el voto útil —sobre todo en la derecha— que a la postre le dio el triunfo en primera a Galán. “Es un voto castigo para el Pacto Histórico”, reconoció el candidato de Petro, Gustavo Bolívar, quien para doblar la derrota, quedó de tercero, después de Oviedo, un ex funcionario de Duque poco conocido y quien es uno de los grandes triunfadores de esta campaña. Por ser el segundo, ocupará ahora una curul en el Concejo, desde donde tendrá una plataforma importante para ganar visibilidad. Si el voto se lee como un plebiscito sobre el tema del metro (propuesta que ha hecho Petro), el 81 por ciento de los que votaron se pronunciaron por terminarlo como está diseñado, un mensaje claro contra una de las obsesiones interminables del presidente. Un talante diferente, pero una visión similar para Bogotá Carlos Fernando Galán tiene un talante casi opuesto al de Claudia López. Es un hombre tranquilo, que inspira más confianza que pasiones, y que tiende más a construir puentes que a cazar peleas. Sin embargo, y a pesar de que ha dicho públicamente que la gestión de Claudia no le pareció buena, su visión de ciudad es similar a la de ella. En la campaña, se comprometió a cumplir el POT de López, en terminar las obras ya iniciadas o contratadas —incluidas las líneas del metro, el Regiotram y las troncales de Transmilenio— y en sacar adelante la región metropolitana. No retomará tampoco el proyecto de la ALO norte ni expandirá la ciudad hacia la Sábana, dos proyectos de Enrique Peñalosa que Claudia frenó. Es decir, Bogotá mantendrá el curso en lo fundamental. En los temas sociales, ha prometido continuar con las manzanas del cuidado y el programa de becas de Jóvenes a la U. Pero tiene un énfasis importante en acabar con el hambre, un tema al que le dio especial énfasis en su discurso de victoria. La mayor distancia de Galán frente a Claudia López es en el tema de seguridad. Su enfoque es combatir a los líderes de bandas delincuenciales y no a los eslabones más bajos de la cadena del crimen, como los ladrones que se han capturado en el gobierno de López. Coincide con López en que buscará traer más pie de fuerza con policías retirados y en que buscará fortalecer los frentes de seguridad de grupos de ciudadanos. Otra diferencia grande frente a la alcaldesa es que el sueño de Galán siempre ha sido la Alcaldía, no la Presidencia. Eso significa que seguramente no se posicionará como interlocutor directo de Gustavo Petro sino en aquellos temas que sean cruciales para la ciudad. Entre ellos, el más importante, será el del metro. “Presidente Petro: este es un mandato claro y le pido respetuosamente que trabajemos para sacar adelante esta primera línea como está planteada. Seamos generosos con la ciudad”, dijo en la parte más aplaudida de su discurso. En la misma alocución dijo que tendría un gobierno técnico, basado en evidencia, pero volcado hacia el territorio. Y prometió que en cuatro años, la ciudad será mucho más segura, sin hambre y con la primera línea del metro. “Espero ser una mejor persona en cuatro años”, dijo, feliz de que la tercera hubiera sido la vencida.

Fuente: La Silla Vacía