La encrucijada de petro con la salud: balcón o concertación

Según Daniel Coronell, cerca de la medianoche Petro y Corcho se decidieron por un Plan C: pactar con cada congresista su voto por la reforma. Lentejismo que llaman. Así creen conseguirán los suficientes votos para sacar avante la reforma.

La prueba de fuego será la votación en la Comisión Séptima. Si lo consigue, le habrá dado en la práctica un golpe de estado a los jefes de los partidos. Si pierde la apuesta, su gobernabilidad quedará en el limbo con más de tres años por delante.

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La encrucijada de petro con la salud: balcón o concertación Marzo 30, 2023 Jerson Ortiz Ricardo Andrés González Duque Para los partidos, la ministra Corcho fue el punto de *******ia. El presidente Petro no la tiene fácil para salvar su reforma a la salud. La decisión de los partidos de La U y el Conservador de no acompañar más el proyecto de la ministra Carolina Corcho, le volteó el panorama y lo dejó en una encrucijada. Ahora deberá decidir si se sienta a renegociar con los partidos políticos y finalmente cede lo que no quiso Corcho dentro y fuera del gabinete o recurre a la presión desde el balcón y la calle, como le dejó entrever durante la semana. Como lo hizo primero el partido Liberal, ayer La U y el Conservador le quitaron el apoyo a la reforma porque dicen que lo acordado directamente con el presidente Petro el lunes en una extensa reunión, no se reflejó en el documento que les presentó el equipo de Corcho. “La terquedad de la ministra Corcho se impuso por un tema ideológico”, lo resumió un congresista de La U. Un acuerdo que rescate el uno por ciento La noticia de que el Conservador y La U se apartaban de la reforma se dio sobre las siete de la noche. Fue después de que a los dos partidos les llegara el borrador de la reforma que les envió la ministra Corcho con los supuestos cambios acordados el lunes pasado, cuando el ministro del Interior, Alfonso Prada, celebró que ya había un consenso del “99 por ciento”. Los cambios, según dijo Dilian Francisca Toro de La U, no fueron reflejados en ese documento. “Encontramos que no se contemplan los acuerdos pactados por lo cual presentaremos una ponencia alterna que recoja las propuestas presentadas por los partidos para salvar vidas”, trinó Toro. Los chats de Whatsapp de las dos bancadas se activaron para empezar a cocinar una contrarreforma en alianza con el Partido Liberal. En el de los conservadores se movió la idea de alistar pronto un proyecto que lleve a la ministra Corcho a concertar con ellos. No al revés como venía siendo hasta ahora. “Sugiero respetuosamente que los tres equipos de los tres partidos se reúnan y procuren un articulado y que esa sea la posición de los tres partidos. Eso tiene la fuerza suficiente para sacarla adelante”, propuso un senador conservador en el chat de los azules. Otro más avezado pidió tender puentes de una vez con Cambio Radical y el Centro Democrático, que también han presentado proyectos de reforma. “No dan los votos. Revisen de una vez el proyecto de Cambio Radical y el del Centro, que tienen ley estatutaria”, sugirió un representante conservador en relación a las iniciativas de la oposición. La idea es que el nuevo proyecto que redacten los partidos tradicionales recoja los puntos en común que ya tenían con la idea original de Corcho, como la atención primaria, la eliminación de la integración vertical, el giro directo y las garantías para el personal de la salud. Eso sí, unidos quieren imponer las líneas rojas que Corcho les negó: no acabar de tajo con las EPS, no incluir la creación de fondos regionales y mantener la libre elección del sistema de aseguramiento. Como en el Partido Conservador creen que el presidente Petro va respaldar en el cargo a la ministra Corcho -como ya lo hizo en medio de las críticas dentro del gabinete- buscarán presionar con los votos que tienen. La U, Conservador y Liberal, tienen ocho de los 12 votos que se necesitan en la Comisión Séptima de la Cámara para aprobar un proyecto de reforma a la salud. El Pacto se quedaría con cuatro fijos más dos de curules de paz, uno de Comunes y la posibilidad de dos verdes. Es decir, nueve en total. Si la idea de buscar a Cambio Radical o al Centro Democrático cuajara para el bloque de los tres que ayer le quitaron el apoyo al gobierno, llegarían a la cifra mágica de los 12. Sin embargo, aún dentro del partido Conservador hay voces que llaman a la calma y a no cerrar la puerta al gobierno. El representante Alexander Quevedo, que está en la Comisión Séptima de Cámara, dijo que primero hay que insistir en la corrección del borrador que les envió Corcho. “Desde mi humilde opinión yo considero que hay un documento borrador, revisemos con el técnico y los puntos donde el partido no está, reorganicemos dentro de ese documento. Pienso que es más consecuente con lo que sumercé -en referencia a Efraín Cepeda- ha venido conversando con presidencia”, escribió a sus compañeros. “Creo que es un desgaste un documento nuevo, entendiendo que hay puntos en los cuales se coinciden con el gobierno y lo único que faltaría es ajustar los que los tres partidos no comparten”, añadió. La postura de Quevedo la comparte el representante liberal, Germán Rozo, quien es coordinador ponente de la reforma. “Nosotros los ponentes seguimos trabajando en la construcción de la reforma”, le dijo a La Silla. Es decir, al menos para los congresistas de esas bancadas con asiento en la Comisión Séptima, debe haber un margen de espera hasta la terminación de la ponencia. Que es donde, en definitiva, se puede ver si el gobierno accede a los cambios propuestos por los partidos. Más temprano el senador liberal Mauricio Gómez también había dejado abierta esa puerta a pesar de que el expresidente César Gaviria se había bajado del bus. “La reforma se necesita, las EPS deben transformarse. Pero no queremos que se arrase. Creo que hay que construir sobre lo construido, si los seis puntos que nos separan se corrigen en el articulado, en la ponencia, nosotros acompañamos la reforma del presidente Petro”, dijo en La Fm. El camino de la concertación el presidente Petro ya lo había abordado con relativo éxito. Las dos reuniones de alto perfil político en la Casa Nariño, que habían mantenido viva la reforma a salud hasta ayer, fueron a instancias suyas y sin la presencia de Corcho porque así lo estableció Petro. Como contó La Silla, en esas reuniones Petro cedió en puntos claves como permitir el aseguramiento mixto, es decir público y privado, y no solo público como quería Corcho. O mantener las EPS incluso con la posibilidad de que reciban ingresos por conceptos de administración. Pero, ante el portazo que le dio César Gaviria en la reunión del lunes pasado, esa postura empezó a cambiar. Y ahora no es claro si la mantendrá para tratar de rescatar la reforma o la dejará de un lado para buscar los votos desde la calle. La tentación de volver al balcón Aunque aún es muy temprano para anunciar que la reforma a la salud está muerta, lo que sí quedó claro es que el gobierno perdió el control de ella en el Congreso. La caída como fichas de dominó de los votos que vendrían de los partidos Liberal, Conservador y La U, ponen al presidente Petro en una cancha en la que le gusta jugar, pero que es riesgosa: la calle. El documento que enviaron este miércoles desde el Ministerio de Salud a los partidos, sin los cambios que habían discutido por más de tres horas, fue visto por una congresista de La U como la demostración de que el gobierno no quería ceder en la propuesta original presentada por la ministra Carolina Corcho. Las señales de radicalización frente a la discusión de las reformas también llegaron desde Villavicencio, donde el presidente Petro cambió el ánimo de concertación que había tenido el lunes pasado. Ante la noticia de que el expresidente César Gaviria ya no respaldaría la reforma a la salud, el presidente dijo que sus reformas no se discutían en “los salones fríos y dorados” de la Casa de Nariño: “Los cambios van a llegar si la sociedad se mueve”, dijo y sugirió que había que hacer marchas como las de los trabajadores de Rappi para frenar las contrarreformas. La estrategia de buscar apoyo popular para las tres reformas a las que le apuesta su gobierno en el Congreso, también la dejó ver cuando se reunió con los líderes de las juntas de acción comunal, que agrupan a por lo menos seis millones de personas en todo el país, según cifras del Ministerio del Interior. Un sector, el comunal, al que Petro quiere empoderar con contratación. "A mí sí me gustaría que este primero de mayo todas las acciones comunales me acompañaran allá en el Palacio de Nariño y que el pueblo trabajador llegase para expresar un mensaje a las fuerzas políticas y sociales de Colombia”, fue la invitación de Petro a un nuevo ‘balconazo’, como se le ha bautizado a sus eventos con público en la Casa de Nariño. En el Congreso son, hasta ahora, pocas las voces que respaldan la idea de que la calle sea un mecanismo de presión para lograr las reformas que quiere el gobierno. Sin embargo, un sector del Pacto Histórico cree que esa que ha esbozado el presidente Petro es una estrategia válida. “El llamado es a la conciencia popular. La sociedad va a tener que reaccionar si finalmente se imponen los caprichos de algunos sectores del poder contra la agenda del cambio para garantizarles derechos a los ciudadanos”, dice el representante Alfredo Mondragón, coordinador ponente de la reforma a la salud. Su posición contrasta con la de otros congresistas cercanos al gobierno como el senador Inti Asprilla y el representante David Racero, quienes quieren buscar una salida concertada con los partidos tradicionales para aprobar la reforma a la salud. “Sigo convencido que podemos llegar a los acuerdos respecto a ese 1% que falta. La necesidad de hacer una reforma a la salud es un imperativo histórico que nos exige toda la disposición posible. Sigo tendiendo puentes”, escribió en Twitter Racero, quien acompañó la reunión del lunes pasado en Presidencia. El deseo de ir al balcón y a las calles, como ocurrió en febrero y como va a pasar el primero de mayo, no es solo de Petro. Otros funcionarios del gobierno también le apuestan a esa estrategia. La directora del Departamento de Prosperidad Social, Cielo Rusinque, lo pidió así a través de Twitter: “¿Y van a seguir diciendo que es irresponsable y anti democrático defender las reformas en las calles? Por favor! Ni que no conociéramos nuestro sistema político!” Y en medio de las tensas relaciones con el CEO de Rappi, Simón Borrero, quien ha advertido de despidos masivos de domiciliarios si se aprueba la reforma laboral, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, le respondió en la misma línea: “Nos hemos reunido muchas veces. O acabamos esa mesa y nos vamos, como ellos quieren, a las calles”.

Fuente: La Silla Vacía