La táctica con la que la Farc buscará llegar al poder, según Rodrigo Londoño

Aparte de las teorías apocalípticas, risibles por demás, lo que se resalta es la ingenuidad de Timochenko. Una cosa es que hayan cumplido con su desarme y su incorporación a la legalidad como partido político y otra bien diferente es creer que de un plumazo se olvide el siniestro pasado que los acompaña.

Muy pocos colombianos en su sano juicio votarían por unos tipos cuya soberbia les impide ver que son una simple sombra del comunismo que fracasó estrepitosamente en el mundo y cuyo modelo económico (economía centralmente planificada) y político (partido único) no son más que fósiles vivientes.

Necesitan mirar a su alrededor, evolucionar y con hechos y un trecho largo demostrarle a Colombia que en verdad quieren fortalecer la democracia que los acoge. Mientras tanto, sólo predicarán en el desierto.

El modelo económico y político seguirá igual por muchos años y esto es lo que verdaderamente importa. Salvo Petro, otro fósil que no pasará de la primera vuelta, los tres candidatos opcionados (Duque, Fajardo y Vargas Lleras) impulsarán el mismo modelo, cada cual con sus matices:

Fajardo (educación)
Duque (seguridad)
Vargas Lleras (infraestructura)

El que quede gobernará con problemas de orden público por cuenta de las bandas emergentes, pero no tendrán que lidiar con las guerrillas, cuya organización militar las libró de ser derrotadas por la vía armada, pero fueron vencidas en lo político y hoy, desarmadas, no pasarán de ser uno de los tantos grupúsculos en que se divide la izquierda desde que se tenga memoria.

Habiéndonos quitado este problema de encima, de aquí en adelante nos centraremos en otros problemas graves como la corrupción y el narcotráfico, y aunque la violencia seguirá siendo el pan de cada día, su disminución permitirá aumentar la inversión extranjera y mejorar la calidad de vida de los colombianos.