Sin coaliciones (por ahora), Petro puede cotizarse en 2018

El peligro para la democracia colombiana no está en la Farc, reducida a su mínima expresión, sino en los populistas de izquierda y derecha, proclives a crecer en un ambiente polarizado donde el odio hacia el otro prima sobre los argumentos.

Petro es un populista al que hay que ponerle cuidado. Desbarató a Bogotá con su ineptitud y de llegar a gobernar a Colombia, destruiría el ******o productivo, acallaría la oposición y crearía una casta de petroburgueses. En otras palabras, venezolanaría a Colombia.

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Sin coaliciones (por ahora), Petro puede cotizarse en 2018 Por CARLOS HERNÁNDEZ OSORIO · 27 DE OCTUBRE DE 2017 Mañana en Bogotá se celebrará, a puerta cerrada, un encuentro nacional de Progresistas, el movimiento que lidera el exalcalde Gustavo Petro, con el fin de evaluar cómo va su campaña a la Presidencia. Aunque no será un espacio para tomar decisiones, ocurre cuando todavía es incierto el rumbo que tomará Petro después de quedar por fuera de la coalición de los Ni-Ni y sin haber logrado alianzas con otros sectores. En el movimiento creen que todavía hay tiempo, y que al final podrá lograr coaliciones cuando consiga las firmas y manteniendo su ubicación en la punta de las encuestas. Pero está por verse quién accede a sus condiciones. No insistir más con los Ni-Ni Desde que salió de la Alcaldía en 2015, Petro ha insistido en la necesidad de hacer una coalición amplia de izquierda y de centro que construya un programa conjunto para ganarle al uribismo y a Vargas Lleras en 2018. Incluso, sin que él tenga que ser el candidato. Y ha precisado que esa alianza debe tener dos componentes: los partidos y "las nuevas ciudadanías” (ambientalistas, animalistas y ciudadanos que se sientan indignados con el sistema económico en aspectos como la salud, la educación y las pensiones). Pero en el caso de los partidos, comenzó a verse por fuera de una alianza fuerte de ese tipo desde que a finales de mayo Claudia López, Sergio Fajardo y Jorge Robledo, los Ni-Ni, hicieron oficiales sus diálogos con la famosa selfi de los tres, que Petro interpretó como una forma de “reducirlo”. Hoy es muy difícil que logre entrar, por más que sus seguidores crean que sin él esa coalición queda coja. Con Robledo trae diferencias desde que militaban en el Polo, y que terminaron con la salida de Petro de ese partido. Luego, el Moir (la facción que lidera el senador dentro de ese partido) fue un acérrimo crítico de Petro en la Alcaldía. Claudia ha dicho que Petro no cabe porque considera que un gobierno de transición hacia la paz es preferible con líderes menos radicales. Y para Fajardo, que quiere que lo sigan identificando como de centro, estar con el exalcalde progresista sería asumir un costo político mucho mayor al que ha pagado hasta ahora por acercarse a Robledo, que “es lo más a la izquierda que pretende estar”, nos dijo una fuente del Polo que conoce de cerca esos diálogos. Y aunque el concejal progresista Hollman Morris nos dijo que “las líneas de comunicación con Claudia, Fajardo y Jorge Enrique siguen abiertas”, La Silla Cachaca conoció que a comienzos de esta semana Petro y su círculo cercano definieron que no insistirán más en estar allí. Parten del supuesto de que el candidato de esa coalición será Fajardo, “que tiene el respaldo del Grupo Empresarial Antioqueño y por ende puede darle cabida al uribismo. Por eso, la posibilidad de que Petro llegue allá la cerraron ellos”, nos dijo una fuente que lo supo de primera mano. (Paradójicamente, Vargas Lleras ha puesto a Fajardo como candidato de izquierda). De ahí que, previendo que Humberto de la Calle gane la consulta liberal y finalmente no entre a los Ni-Ni (se han acercado pero aún no definen nada) le propondrán al exjefe negociador ir en marzo a una consulta en la que se defina entre ambos un candidato. Pero esa, nos dijeron en la campaña de De la Calle, “es una posibilidad nula”, entre otras, porque se sienten más identificados con la otra coalición. Además, en un ambiente en el que el castrochavismo es el coco (donde Petro son conscientes de que la derecha lo relaciona a él con ese fantasma) estar con él para sectores de centro puede restar en la opinión. A esa dificultad para concretar alianzas desde ya se suma que incluso en la Farc, por más que les guste el perfil de Petro, no están dispuestos a jugársela por él porque, a la hora de las definiciones el año entrante, quieren apostarle al candidato que pinte más fuerte para garantizar la implementación de los acuerdos. Así se lo han hecho saber a compromisarios de Progresistas, nos contó una fuente del movimiento, y es la posición que defiende la exguerrilla ante otros aspirantes como Piedad Córdoba, como lo contó La Silla. Sin embargo, Petro mantiene compromisarios que se reúnen frecuentemente con sectores del Polo, los verdes, el Partido Liberal, Marcha Patriótica, la UP y movimientos de campesinos e indígenas. Por una parte, promueve la idea de una lista "de la decencia" al Senado, en la que converjan líderes de esos sectores. Por posa, considera que todavía tiene con qué ganarse un espacio en una gran coalición. Como nos dijo Hollman Morris: “En las encuestas él sigue apareciendo entre los primeros lugares. Es el candidato alternativo que más peso tiene en el país, y él entiende eso para seguir promoviendo una alianza democrática”. La cotizada esperada Sin estar metido formalmente en alianzas con otros movimientos, Petro adelanta una estrategia para seguir fortaleciéndose en la opinión (mantenerse arriba en las encuestas), y terminar de recoger las firmas. Ambos puntos pueden ser clave para cotizarse luego. Lo primero lo hace buscando seguidores entre las nuevas ciudadanías y no en los partidos. "Con esa estrategia ganamos la Alcaldía en 2011", nos dijo Daniel Rojas, compromisario de Colombia Humana. Para eso se mueve sobre todo en universidades, con un discurso que va más allá de la lucha anticorrupción que identifica a los Ni-Ni y le apunta al cambio de modelo económico. “La lucha anticorrupción da réditos, pero no nos puede ocultar que la principal decisión que debemos tomar, incluso para que el Estado sea transparente, es la de las transformaciones sociales. Yo me puedo poner de acuerdo con un señor neoliberal que quiere, decentemente, que su Estado no se lo roben, pero ese señor no me va a acompañar a hacer las transformaciones que se necesitan en la salud, la educación y las pensiones. Y si no se hacen esas transformaciones, no hay paz, y si no hay paz, los corruptos seguirán gobernando”, dijo en junio en el Congreso de la Unión Patriótica. Es una forma de llegarles a los indignados, personas que no hacen parte de un partido ni movimiento particular, “pero que se sienten afectadas por el sistema”, agregó del líder progresista Andrés Charry. Es ahí donde sí dicen que han logrado alianzas, en la medida en que “los jóvenes que se sienten identificados están recogiendo firmas y pueden poner votos”, nos dijo otra fuente de Progresistas. Una vez les avalen las firmas llegará otro momento en el que Petro puede ganar peso. “Como no ha terminado ese proceso, él y aspirantes por firmas como Clara y Piedad corren el riesgo de no ser candidatos, y por lo tanto tienen poco poder de negociación frente a los aspirantes que tienen un partido que los respalda, como Claudia y Robledo”, nos dijo Andrés Charry. Ese poder radica en que para la coalición que defienda los acuerdos no es conveniente que un candidato como él, que calculan puede poner unos 400 mil votos, quede solo. Y como una condición básica para que él se meta a una alianza es que los demás acojan los principios que defiende de transformación del sistema (por ejemplo acabando con el modelo extractivista y minero), está por verse quién lo acoge. Como nos dijo uno de los líderes consultados: “Tenemos unos principios y no queremos arrodillarnos".

Fuente: La Silla Vacía