La marcha de De la Calle al Palacio

Interesante alternativa que se une a las de Claudia López y Sergio Fajardo para enfrentar a la extrema derecha. Por lo pronto, el uribismo empieza formalmente su campaña electoral el primero de abril con su marcha contra el gobierno que no es otra cosa que aprovechar la mala imagen de Santos para conseguir réditos electorales centrados en explorar alianzas que les permitan alcanzar la segunda vuelta. De cómo le vaya en la marcha, Uribe ajustará su programa de campaña para atraer a los conservadores.

Mientras, en el otro lado, al final también deberá darse una coalición entre las fuerzas gobiernistas y el centro del espectro político, es decir, partido liberal, partido de la U y los verdes, al tiempo que el Polo y Cambio Radical, le apuestan a sus propias fuerzas. Lo único claro es que nada está claro y mientras el uribismo se mueve, los demás se dispersan.

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La marcha de De la Calle al Palacio Por TATIANA DUQUE · 30 DE MARZO DE 2017 Foto: tomada de Twitter. El miércoles en la Universidad Cesa, Humberto de la Calle estaba en uno de sus habituales foros académicos haciendo pedagogía para la paz, cuando en las gradas del auditorio jóvenes universitarios comenzaron a alzar pancartas que decían “#delacallealpalacio”, un hashtag que ronda en twitter de manera insistente desde mediados de este mes apoyando su candidatura presidencial. Foto tomada de Twitter De la Calle detuvo su discurso, y agradeció las muestras de afecto de los estudiantes. Les dijo que su salida como asesor del Gobierno mañana no significa que “vaya a anunciar una candidatura presidencial”. Pero luego agregó: “estoy viendo que encuentro entusiasmo (en torno a la aspiración)”. El evento continuó y cuando se le dio la palabra al público, una víctima de las Farc le exigió lanzar su candidatura. El exvicepresidente la abrazó, le dijo que no estaba preparado para una declaración de esas, y continuó escuchando preguntas del auditorio. Estas manifestaciones se han repetido en otras universidades, donde De la Calle ha ido a hacer pedagogía. En febrero, en la Cumbre Mundial de Paz, también un grupo de estudiantes recibió a De la Calle con arengas de “presidente, presidente”. Algunas de estas manifestaciones son espontáneas (por ejemplo en el Cesa algunos asistentes vieron los carteles y escribieron los propios) y otras son más coordinadas. Uno de los colectivos que están detrás de estas expresiones en los foros universitarios es Acuerdo Ya, el movimiento de jóvenes que nació a raíz del triunfo del No en el plebiscito y que se volcó a la plaza de Bolívar a exigir la renegociación del Acuerdo y que ahora le hace veeduría a la implementación del Fast Track en el Congreso. El ex congresista liberal y animalista Juan Carlos Lozada, quien hace parte de ese colectivo, nos dijo que apoyará abiertamente a De la Calle y que su labor por ahora es de activismo político a favor de la paz, cosa que, dijo, ha hecho desde que le quitaron su curul en la Cámara de Representantes. Hace 15 días, 80 líderes universitarios, a instancias de Lozada, se reunieron con De la Calle para animarlo a lanzarse a la Presidencia. Entusiasmado con esos respaldos, cercanos a De la Calle y miembros del Partido Liberal le dijeron a La Silla que la idea del jefe negociador del Gobierno con las Farc es intentar construir una base amplia de apoyo ciudadano para armar una candidatura más ciudadana que estrictamente del Partido Liberal. Pero enfrenta un dilema. El dilema Según le dijeron dos fuentes a La Silla, aunque públicamente De la Calle ha dicho que aún está explorando si lanzarse a la Presidencia o no, él quiere hacerlo. Su dilema es más bien cómo. Una persona que lo conoce bien dice que De la Calle preferiría ser el candidato de un movimiento ciudadano que eventualmente le permita hacer una alianza alrededor del Acuerdo de Paz con sectores independientes, como los que representan Claudia López y Sergio Fajardo. En ese escenario, su partido Liberal sería uno más de los múltiples apoyos que reciba una candidatura con la paz y él como centro. Este camino evitaría que De la Calle tuviera que correr con el desprestigio de los partidos tradicionales, que está en uno de sus niveles más altos (las Farc resultan más populares que los partidos, según la última encuesta Gallup) y también que el electorado urbano que votó decididamente a favor del Sí en el plebiscito tenga que dividir sus votos entre tres posibles candidaturas que están al margen de las maquinarias tradicionales. La debilidad que tiene esa opción es que De la Calle no tiene ninguna maquinaria y si el apoyo ciudadano y estudiantil no cuaja como él quisiera sus aspiraciones quedarían en nada. Y a juzgar por las encuestas, el apoyo al proceso de paz con las Farc en cambio de crecer parece mermarse. El Partido Liberal, entonces, le ofrece una estructura política con todo tipo de anclajes regionales que le garantizarían de entrada una viabilidad como candidato. El problema para él en este escenario es que los rojos mantienen un duro debate interno sobre la forma de escoger su candidato, y hay voces fuertes como la del senador Juan Manuel Galán que abogan por una consulta interna. De la Calle ha defendido la idea de que al Partido no le convendría esperar hasta marzo de 2018, cuando se haría la consulta, para tener un candidato, teniendo en cuenta que Uribe ya está en campaña buscando apoyos que rápidamente transferirá al que escoja como candidato y que el exvicepresidente Germán Vargas Lleras lleva ya bastante tiempo haciendo política. Al final, lo que parecería que es la apuesta de De la Calle es apostarle al primer escenario ciudadano, sin abandonar el segundo de posicionarse como el candidato que sin ser exclusivamente rojo es al que el partido Liberal impulsará.

Fuente: La Silla Vacía