"Santos debe levantar la mesa de negociaciones": Plazas Vega

Mal negocio es para el Uribismo y para la derecha más extrema negarse cerradamente a la paz negociada. A pesar de que los diálogos en la actualidad se han adelantado con muchos errores de por medio, la paz es un anhelo del pueblo colombiano.

Que tengan objeciones y críticas válidas es importante, pero estar dentro del bus de la paz les ayudaría mucho si quieren el poder en 2018.

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Algo muy parecido dijo Luis Carlos Restrepo hace poco, que el uribismo debía entrar en el proceso de paz. Puede que tenga razón, pero la misión del Uribismo no puede ser la de llegar al poder a costa de traicionar sus principios o abandonar los inamovibles de los que siempre se ha hablado para apoyar el proceso de paz.

Nunca he observado al Uribismo oponerse a la paz ni al anhelo de paz de los colombianos. Se ha opuesto a ESTE proceso entreguista y arrodillado que va a traer consecuencias nefastas para el futuro de Colombia.

Independientemente de que el proceso de paz no esté siendo llevado de la mejor manera, si el Uribismo resuelve apoyarlo le puede dar la opción de proponer otras mejoras sobre el mismo.

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No es así. El gobierno está ciego, sordo y terco en lo que se refiere a este proceso. Cualquier crítica la tilda como guerrerista y enemiga de la paz. Cualquier sugerencia cae en oídos sordos.

¿Recuerda esa Comisión Asesora de Paz, creada con tantos bombos e integrada por diversas corrientes políticas? ¿Recuerda cuantas iniciativas han salido de ella? ¿Recuerda cuantas veces ha sido convocada por el gobierno cuando se han presentado las crisis en el proceso?