La secuela de la que todo el mundo va a hablar en los próximos años

Quedamos en espera.

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Está en Netflix, arrasó en los Premios Oscar y conviene volver a verla porque pronto se estrena una secuela de la que todo el mundo va a hablar en los próximos años Alberto Hernando Acaba de luchar por su vida en el circo romano, lanza el gladius contra el palco y Russel Crowe grita a la audiencia: “¿Os habéis divertido?”. Se hace un tenso silencio. De pronto, el público irrumpe aclamando al gladiador. Algo parecido le sucedió a Gladiator en la gala de los Oscar allá por el año 2000. Tuvo 12 nominaciones (tantas como la legendaria Ben-Hur), ganó cinco Oscars, incluido mejor película y actor, y está en Netflix. En lo que va de siglo solo seis películas han superado a Gladiator en nominaciones y, de ellas, solo Chicago y La forma del agua triunfaron como Mejor película. A no ser que… con 13 nominaciones Oppenheimer puede hacer historia en los Oscar. Oppenheimer, Napoleón y dentro de nada Gladiator 2, que llegará a las salas por el 25 aniversario del único Oscar de Ridley Scott. Ya dijimos que vivimos una nueva edad de oro de las epopeyas históricas y todo se lo debemos a Gladiator, una de las mejores películas en ganar un Oscar. Para entender los dos modelos que se enfrentan el domingo en los Oscar (a un lado la epopeya de Oppenheimer y al otro el pop colorido, político y deslumbrante de Barbie que aún podría (no parece) ganar el Oscar), volvamos brevemente a la Antigua Roma. Esta es una historia de venganzas, coliseos y pulgares. Durante el esplendor del Imperio Romano la sucesión de Marco Aurelio se divide entre el hombre leal, Máximo (Russel Crowe) y el mocoso del Emperador, su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix). Gladiator © Netflix Hablamos de la Antigua Roma pero no hace falta hacer lo de Pérez Reverte con Napoleón para aclarar que aquí lo que importa no es el rigor histórico sino el entretenimiento. ¿No os lo preguntó Russel Crowe en la arena? Lo único fiel a la realidad histórica de Gladaiator es cómo la gastan estos romanos. Nadie querría tener a Cómodo como enemigo, y mucho menos la familia de ese alguien. Y otro tanto con nuestros antepasados hispanos: como para estar tranquilo en el palco teniendo a Máximo debajo, y mucho menos habiendo visto su lanzamiento de gladius. ¿No tiembla el pulgar con pensarlo? Añade a todo esto la acción espídica de Scott montando un buen circo, el papel que puso de moda y dio su único Oscar a Russel Crowe, a un joven Joaquin Phoenix (en una de sus mejores películas), haciendo de psycho años antes de ser el Joker y de emperador romano antes de vestir el púrpura de los franceses. Añade la nominada banda sonora de Hans Zimmer, mucha épica y una inteligente actualización del Ben-Hur y el resto de películas de romanos y entenderás porque Gladiator sigue siendo una de las películas más influyentes en recibir un Oscar. ¿Quién no cuenta los días para ver a Pedro Pascal y Paul Mescal en Gladiator 2?

Fuente: Esquire España