La casa Gucci (¡Fucci!): en la cuerda floja entre los escotes de Lady Gaga y el bueno de Adam Driver

Mi primera película del 2022 en un multiplex… ¡Vaya! ¿Qué decir?... Ni lamentable ni emocionante. Como la mayoría de mis días, o los de ustedes, por qué no. Vi el tráiler de La casa Gucci dos veces en la madrugada de hoy y esto fue motivo para no quedarme encerrado el primer día del año: les aseguro de mi parte que este es mucho mejor que las dos horas y media que dura una cosa que me es difícil de creer que dirigió Ridley Scott.

'¡¿Y...?! ¡Yo hago lo que se me da la puta gana!' (Tiene razón, señor Scott)

Sí, el mismo tipo de Blade Runner, Thelma y Louise y Gladiador. Pero tampoco veo mal que cuando eres un cineasta digámoslo consagrado, o al menos cuyo nombre asocias con algunas producciones harto respetables, te de la güevonada de algo que sabes que no tiene que pasar a lo más granado de la historia del séptimo arte. Vas y filmas por puro y simple capricho.

Porque quieres cautivarte con lo que Italia como país es capaz como él solo de brindarte estéticamente (amén que sí, y aquí la movie se luce una barbaridad). Puesto que quieres que muchas de tus canciones favoritas aparezcan en varias escenas porque sí, porque quién dijo que la música tiene siempre que apoyar el argumento visual (y aquí la peli también se luce una barbaridad).

Porque, como tu nombre es Ridley Scott, convocas un elenco que se va a ver una chimba en el poster y en los cortos. Y Scott da por hecho que hay el suficiente público (entre este, el espectador güevón quien redactó esto) que se apresta a un pajazo mental por culpa de lo susodicho (nuevamente, el largometraje en este ítem se luce una barbaridad).

Porque te produce un placer indescriptible embucharte con las tetas de Lady Gaga (qué esfuerzo tan hijueputa el mío tratar de solo verle su bello rostro. Salí de la sala sin querer ver senos por ello, pero se ve muy sabrosa esta hembra). Porque te divierte ver a Jared Leto transformándose físicamente. Porque en tu lista está el de honrar de vez en cuando a alguna vieja gloria de la pantalla grande como Al Pacino con un papel en el que cumpla sin más.

Porque al parecer Salma Hayek pasaba por ahí y le preguntó a Ridley si podía colaborar en algo y él, ‘¡Hágale, mija! Que pa mañana es tarde’. Porque el señor Adam Driver es el único integrante del casting que emprende algo parecido a una actuación comprometida; es decir, su performance no es galáctica pero con lo que hace, alcanza para que fluya un hálito de dignidad entre las caras de póker de sus compañeros.

Bueno, ya terminando, si quieres ver a italianos de Italia en Italia hablando inglés todo el tiempo, ¡ópale! ¡Ni por el carajo te podés perder La Casa Gucci! Universal me dejó con un sabor agridulce finalizando y comenzando año en materia de visita al cine y esto tiene su mérito. Como mérito tienen ustedes por hacer el esfuerzo de leerme, denunciantes. Felices Pascuas.