Colombia cayó de manera sorpresiva ante Venezuela en su debut en la Copa América vea aqui el video

Díganme lo que quieran, masoquista, iluso, criador de pajaritos, espejismo ambulante, pero sigo creyendo en la selección. Es cierto, con fe de carbonero como buen hincha de corazón, qué pecadito, como me ve OoOops que va a hacer vaca para comprarme Cicatricure contorno de ojos, porque le da pesar verme vuelto mierda, moqueando, con las pupilas encharcadas, deambulando por una ciudad silenciosa con millones de almas en pena, que se creyeron el cuento y se quedaron viendo un chispero llamado Rondón.

Se perdió, sí, y con Venezuela que es la peor noticia porque ya de papá pasó a padrastro, dándonos fuete cada que se le da la gana, trompo de poner, no joda, que esto ya se pasó de la raya. Con el Bolillo vaya y venga, ¿pero con Pekerman?, el señor juicioso que todo lo hace bien, tanto que hasta nos consiguió acciones para entrar al club de los grandes, con membresía mundialista, no hay derecho.

¿Se acabó el sueño? Tampoco nos pongamos trágicos. Es cierto, el miércoles nos toca contra Brasil que tampoco es el putas de Aguadas. Miren cómo los peruanos los pusieron contra las cuerdas. A propósito, ¿esos no dizque eran la cenicienta del grupo? Pero como ahora a todo el mundo le dio por crecerse y ya no le comen cuento a nadie, la cosa se pone jodida.

Ni modo, a remar río arriba como en los viejos tiempos y hacer una cadena de oración para que a James se le prenda el bombillo, Cuadrado le sirva de socio, Falcao deje de hacerse el manicure y saque las garras y sobre todo que dejen sentado a Teo y entre Jackson y Bacca ganemos el año. ¿Será posible? Pónganle fe que los milagros existen y quién sabe hasta de pronto nos ganamos el baloto.

El que gana, celebra; el que pierde, explica:

Los delanteros no anotan porque no les llega el balón y deben desgastarse bajando a la mitad para romper el cerco que le tienden a James y Cuadrado, lo que permite al rival adelantar líneas y meter a la selección en su campo. ¿Por qué antes se conseguía romper la muralla? Por los dos laterales que pasaban por su mejor momento: Zúñiga y Armero, que convertían sus bandas en una autopista, relevando a volantes y obligando al contrario a distraer marcas, desatascando el equipo.

Contra Venezuela, Armero y Zúñiga fueron un desastre. Ni defendían ni subían a potenciar el volumen de ataque. Las lesiones y la suplencia los jodieron. ¿El resultado? Delanteros sin balón, desesperados sin poder cumplir su oficio. Se impone cambiarlos por Darwin Andrade y Santiago Arias para agregar volumen de juego. Andrade conectándose con James y Bacca, y Arias con Cuadrado y Jackson, sociedades necesarias para crear oportunidades y desordenar al contrario.

Creo en Falcao, meto las manos en el fuego por Falcao y sé que Falcao tiene ganas de hacer las cosas bien, pero no está en forma y primero está el equipo. Así nos duela en el alma por tanto que le ha dado a la selección, pero hay que sentarlo, lo mismo que a Teo. Tenemos a Jackson y a Bacca, y como emergente a Muriel.

A emplearse a fondo con ellos en los dos partidos que nos quedan de esta Copa América para el olvido que, aunque cueste reconocerlo, gran parte de la culpa se la lleva Pekerman por no tener la suficiente entereza de sentar a unos cuantos históricos que, infortunadamente ya son eso, historia.

Se vienen las eliminatorias y ya la selección no se puede dar el lujo de ponerla al servicio de los que no están en forma para que la recobren. Juegan los que mejor se encuentren y los demás, si son consecuentes, deben dar un paso al costado a las buenas o a la brava.