El Real Madrid se lleva la Copa, venciendo al rival de toda la vida, el Barcelona

El Real Madrid estuvo, desde 1993 a 2012, 19 años sin ganar una Copa del Rey. Tras la lograda en las Palmas, suma 3 en las últimas cuatro ediciones. Además, aprovecha para firmar su primer 'back-to-back' desde 1986.
Madrid y Barcelona regalaron un excelente partido. Quizá no tanto en calidad, pero sí en intensidad, equilibrio e igualdad. Parecía claro desde el principio que la final de Las Palmas no iba a tener nada que ver con los tres precedentes entre ambos equipos de esta temporada, saldados con partidos más o menos desequilibrados.


La prueba de la igualdad máxima fue que, cuando un equipo cogía cuatro o cinco puntos de ventaja, de inmediato el rival lograba devolver el equilibrio al marcador. Esa fue la pauta en la primera parte. Los parciales al final de cada cuarto lo decían todo: 21-18 en el primero y 42-41 al descanso.
Durante esa primera parte y en uno de los arreones del Barcelona, Laso volvió a llamar a capítulo a sus jugadores. Otra 'lasina', como en el partido de cuartos ante el Gran Canaria: "No estáis trabajando aquí (defensa), no estáis sufriendo aquí (defensa). Tratáis de arreglar aquí (ataque), lo que no hacéis aquí (defensa)". Laso quería más presión defensiva, menos permisividad. Y como ante el Gran Canaria, las palabras de Laso hicieron su efecto tras el descanso.

Pero también fue la final de los actores secundarios, jugadores que han tenido menos protagonismo en otros partidos, pero que fueron determinantes en Las palmas. Como Maciulis, que no sólo brilló en ataque, sino que se unió a la intensidad defensiva que puso Rudy. O Ayón, extraordinario en la pintura en el cuarto periodo. Y en el aspecto defensivo, mención aparte para Nocioni, con dos tapones estratosféricos y una actuación de esas que recuerdan al joven 'Chapu'.

El Barcelona sí ganó al madrid en la lista de los desaparecidos en combate: Huertas, mensaje contundente de Pascual cuando no le dio los últimos segundos y no estaba tampoco Satoransky, Lampe, -7 de valoración y desquiciado todo el partido, Hezonja, que ni siquiera se estrenó, Navarro, sólo su baja forma explica el -2 de un especialista en finales y Oleson, sin apenas peso en el juego del Barça.

En el Madrid se echaron de menos a jugadores como Llull, que recordó al de la final de la pasada Euroliga con 0 puntos y -9 de valoración, Rivers, otra vez el jugador decepcionante de otras tardes, Reyes, mucho más gris en un hombre tan fiable como él, o Carroll, cortando de raíz su progresión ascendente de las últimas semanas.

El Madrid, como el año pasado, se llevó el primer premio de la temporada, la Copa en la que se ha convertido gran dominador en los últimos cuatro años, su 25ª de la historia, la primera de Felipe VI, el séptimo título de Laso, ese entrenador que parecer tener que demostrar lo que vale casi permanentemente.

El cuarto Madrid-Barça de la temporada, el primero realmente importante, dejó el duelo más equilibrado de todos. Habrá más, pero de momento la ventaja la tiene el Madrid.

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