'Corazón de superhéroe’, el libro sobre Teófilo Gutiérrez

'Corazón de superhéroe’, el libro sobre Teófilo Gutiérrez

La amistad de Néider Asprilla y Teófilo Gutiérrez nació cuando empezaron a jugar juntos en la cancha del barrio Simón Bolívar.


La vida del goleador Teófilo Gutiérrez, sus amarguras y placeres; desencantos y embelesos, se consignan en un libro de 110 páginas que muy pronto circulará por el Caribe colombiano y que su autor, el patrullero de la Policía Nacional y licenciado en Filosofía y Ciencias Sociales, Néider Asprilla Palacios, ha titulado Corazón de Superhéroe.
La obra, escrita en un lenguaje coloquial y con mucho sentimiento, es una muestra inequívoca de que el secreto del éxito es la persistencia por las metas, y que no hay seres que más se admiren que aquellos que sueñan con imposibles.
Para el novelista, dueño también del trabajo literario Prohibido No Amar, que publicó en 2010, este nuevo libro tiene la particularidad de que lo que allí se plasma es narrado por el personaje que lo inspira.
“Es la historia de Teo, contada por él mismo, que habla de aquel niño del barrio La Chinita que a punta de goles se abrió camino en el difícil y desagradecido mundo del fútbol, ese donde hoy se es un héroe pero mañana un villano”, afirma el escritor.
EL TÍTULO. Corazón de Superhéroe surgió de una conversación que, el 3 de enero pasado, Néider Asprilla sostuvo con Teófilo en casa de su abuela materna. Las experiencias de vida que el futbolista le narró lo motivó a proyectar la obra.
Sostiene el autor que haber escuchado las vivencias del deportista, se pudo dar cuenta que detrás de sus éxitos, por lo general han habido obstáculos que con tesón, convicción y espiritualidad, siempre ha sorteado.
De ahí que Néider se convenciera de que los verdaderos héroes no son aquellos que saltan los muros, sino quienes los derriban.
APARTES DE LA OBRA. El libro consigna notas de La Chinita, un barrio que tenía un ambiente difícil debido a que dos pandillas acechaban, como también rondaba el hambre y la miseria. Igualmente los malos servicios públicos y el desempleo estimulaban la rebeldía social de los muchachos. Así las cosas había malas tentaciones.
Y allí, en medio de esas problemáticas, nace un 17 de mayo de 1985 la gran revelación del fútbol colombiano: Teófilo Gutiérrez.
En Corazón de Superhéroe Néider Asprilla hace eco al comentario que Teo le hizo de quien para él fue inicialmente su oráculo o guía.
El profesor Franklin, un mecenas del fútbol que altruistamente se daba a la tarea de cambiar ese ambiente hostil de los niños por una pelota. Fue en su equipo, que llamó Deportivo Independiente Framy, donde Teófilo hizo sus primeros goles..
“Una pequeña y modesta escuela donde el único requisito era querer salir adelante y triunfar; aquí no se exigía dinero alguno a los niños, solo se necesitaba voluntad y ganas de los padres para enviar a sus pelaos y así arrebatárselos a la delincuencia”, dice el autor.
LOS SUSTOS DE TEO. Entre las experiencias que Teófilo cuenta en el libro está cuando jugaban en la cancha de La Chinita, a la que también le llamaban La Mona. Allí no todo era fácil debido a que el campo estaba ubicado en las líneas imaginarias divisorias entre las dos pandillas que acechaban.
“En algunas ocasiones tuvimos que dejar el balón a un lado y salir corriendo a escondernos en casas al escuchar los tiros de ambos lados y esperar que todo se calmara para continuar unas horas más tarde con el entrenamiento”, relata Teófilo.
“Las balas nos asustaban, llorábamos del miedo, mientras corríamos a buscar refugio momentáneo; pero sólo era eso; las balas podían asustarme mas no robarme el anhelo y las ganas de salir adelante.”, agrega el futbolista en su comentario.
Néider Asprilla sostiene que en la vida las cosas a algunas personas no se les presentan fáciles, pero cuando se obtienen las saben valorar porque reconocen el sacrificio que les tocó pasar para llegar donde están: ese es Téofilo, el del corazón de superhéroe.
Datos del autor
Néider Asprilla Palacios tiene 28 años, es licenciado en Filosofía y Ciencias Sociales, tiene cuatro años de ser patrullero de la Policía y está aplicando para curso de oficial. Actualmente es coordinador académico del colegio Nuestra Señora de Fátima. Conoció a Teófilo Gutiérrez en la cancha del barrio Simón Bolívar, donde jugaban la denominada piña. Su amistad se estrechó más cuando diariamente tomaban el mismo vehículo para transportarse. Aunque fue buen delantero nunca llegó al profesionalismo, como sí lo hizo su hermano Jarlin Asprilla, quien compartió la posición de arquero en las inferiores del Junior con Calixto Chiquillo. Aunque nació en Apartadó, Antioquia, se siente más barranquillero que nadie.