DeNunCianDo - Londres 2012: La desgarradora historia de la judoca Kayla Harrison

La ganadora de la medalla de oro en la categoría de menos de 78 kilogramos fue víctima de abusos sexuales cometidos por su antiguo entrenador

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El pasado 2 de agosto, la judoca estadounidense Kayla Harrison se proclamó campeona olímpica, al vencer a la británica Gemma Gibbons en la final de la categoría de menos de 78 kilogramos. Minutos después, en lo alto del podio, la deportista no era capaz de esconder su emoción.

Las lágrimas de Harrison, tal y como podemos leer en el blog "Espiritualmente", no solo se debían a que se había convertido en la primera estadounidense en conseguir el oro olímpico en judo, sino a que con esta victoria dejaba atrás una terrible historia de abusos sexuales que estuvieron a punto de hacer que abandonara la práctica de este deporte.

La desgarradora experiencia vivida por Kayla Harrison salió a la luz en 2006, aunque había comenzado unos cuantos años antes. En esa época, con apenas 16 años, la deportista era una joven promesa que ya había ganado dos campeonatos nacionales bajo la supervisión de Daniel Doyle.

Sin embargo, Doyle no se limitaba a entrenar a Harrison, sino que había abusado sexualmente de ella, aprovechado los desplazamientos a las diversas competiciones. Hasta que un día, la joven explotó y contó el calvario por el que la había hecho pasar su entrenador.

A pesar de que Doyle fue condenado a 10 años de prisión, Kayla Harrison estaba decidida a abandonar la práctica de este deporte e, incluso, llegó a pensar en suicidarse. Lejos de dejar que desaprovechase su potencial, sus padres la convencieron para abandonar su Ohio natal y mudarse a Boston, donde comenzó a entrenar de nuevo, a las órdenes de Jimmy Pedro.

Poco a poco, Kayla volvió a recuperar la confianza en sí misma y el amor por el judo. Gracias a su tesón, se convirtió en campeona del mundo en 2010 y campeona Olímpica en 2012.

Tras esta última hazaña, a sus 22 años, se plantea retirarse del deporte activo y dedicar su vida a ayudar a otras personas que hayan sufrido abusos, mientras decide junto a su prometido la fecha de su próxima boda. Sin duda, todo un ejemplo de superación que merece todo el respeto a sus lágrimas en lo alto del podio.