El póquer de ases de la Selección

Se tiene jugadores talentosos, se tiene un buen entrenador, se tienen óptimas condiciones de entrenamiento, se tiene la confianza y el primer partido de esta nueva etapa se da ante un rival que marcha penúltimo en la clasificación y se encuentra diezmado por las lesiones.

Lo malo es la gran expectativa que esto genera. Un traspiés y la caída puede ser muy dolorosa. Sólo la confianza en que éste es apenas el primer paso de un largo camino que llevará a la Selección a puerto seguro es lo que debemos tener en mente.

El póquer de ases de la Selección
Por Andrés Alba Escamilla



Muchas veces, la excusa de los grandes equipos (que en verdad no lo son porque fracasan en el intento) para justificar su fracaso tiene que ver con la incapacidad de hacer funcionar el talento individual de manera colectiva. Por eso echan a los técnicos.

Así, se dice que el equipo “está lleno de grandes individualidades, pero no hay quien los ponga a jugar”.

Entonces el consuelo de tener al mejor goleador de tal liga, o a la mejor contratación de la otra, sirve tanto como aquello de que perder es ganar un poco.

Pero en esta ocasión, el asunto de las individualidades es una gran realidad. Muchos de los que integran la lista de Pékerman están en las alineaciones principales de algunos de los mejores clubes de Europa. Otros además, son figuras sobresaliente e incluso ídolos.

De las cartas que integran la baraja, resalta un póquer de ases que bien podría jugar junto y desequilibrar a cualquier rival. Falcao por sus goles, Yepes por su experiencia y liderazgo, James Rodríguez por su talante y Dorlan Pavón por su explosividad se perfilan como la combinación en justa medida de talento, temperamento y fútbol.

Aunque desde que don José tomo el timón de la Selección, la falta de información ha dado lugar a la especulación sin fundamento, se antoja necesario señalar las facultades de las fichas claves que se espera vistan desde el principio la tricolor a la vez que se apersonen de la responsabilidad de cumplir el sueño de la nación.

Falcao es por mucho el mejor. No solo el mejor de Colombia, sino como ya lo dijera Guardiola, tratamos con el mejor delantero del mundo en el área. Los números lo acreditan con 36 goles en la temporada, pero sobre todo, es la manera en que ha enfrentado los partidos trascendentales en su paso por Europa lo que lo hace un grande.

La partida de experiencia y liderazgo irá en la banda de capitán de Mario Yepes. Si bien no es titular en el Milán, un jugador de sus condiciones representa una gran ventaja en el nivel de competencia de las eliminatorias sudamericanas. Yepes es de lejos el más experimentado del equipo y sus años en la Selección lo respaldan como referente anímico del grupo.

Luego del Mundial Sub-20 de Colombia James Rodríguez se convirtió en la pieza infaltable para el combinado absoluto. Por su manejo del balón, su pegada, sus centres precisos y su talante, es ídolo y figura en el Porto multicampeón donde creció al lado de Falcao. Bien sea desbordando por una punta o generando las opciones de juego desde el centro, James será fundamental en el dibujo de Pékerman.

La cuota de la liga nacional en el póquer de ases corre por cuenta de Dorlan Pavón. A pesar de su aparente inexperiencia, ‘Memín’ ya se reportó con dos goles en las eliminatorias (Bolivia y Argentina) y más allá de la mala campaña de Nacional nunca dejó de destacarse por su potencia y explosividad. Dorlan puede ser el compañero perfecto de Falcao que fijará su mira en el gol también desde larga distancia.

El resto de los muchachos, todos, han cumplido su labor en los clubes, algunos como Fredy Guarín o Camilo Zúñiga de manera sobresaliente. Además, la gran mayoría hacen parte de un proceso de más de un año con 'Bolillo' Gómez y Leonel Álvarez que se espera haya dejado algún fruto.

No se puede pedir mucho más. Los elementos están dispuestos para cumplir con el objetivo y como en pocas ocasiones, luego de la generación dorada de los 90, Colombia cuenta con un grupo excluyente por su talento. Esta vez, es un extranjero el que lo comanda a través de una política de austeridad ante los medios y un método que se presenta extraño, pero que así mismo hace prever sí o sí una gran partida.

Fuente: El Espectador