Mourinho no se irá del Madrid sin la Décima

22 de enero de 2010. Comedor del Hotel Mirasierra Suites, Madrid. José Mourinho se desayuna con la portada de MARCA en la que se desvela la conversación subida de tono entre el entrenador, Ramos y Casillas, los dos capitanes de la primera plantilla, en el entrenamiento del día anterior. Tres días antes, el Madrid había caído en Copa ante el Barça en el Bernabéu (1-2) después de que el técnico portugués plantease una alineación de autor, con jugadores casi inéditos como Carvalho y Altintop en el once inicial.

Esa noche, el estadio del Madrid se convierte en un plebiscito en el partido ante el Athletic y el público emite un amplio veredicto de silbidos como respuesta a los cánticos en favor de Mou nacidos del Fondo Sur.

Aquellos pitos dolieron al técnico, que jugó al patadón en la rueda de prensa, aunque su rostro denotaba el enfado. "Zidane ha sido pitado aquí. Ronaldo y Cristiano Ronaldo, también. ¿Por qué no puedo ser pitado yo?" -dijo Mou- "No es un problema para mí. Puede ser que un día yo pueda responder y se queden tristes ellos".

Mou se tomó desde aquel día una semana de reflexión, donde llegó a plantearse muy en serio la idea de irse del Real Madrid a final de temporada y deshojó la margarita de su futuro. Pero ese mal momento ha pasado. Aquellos silbidos ante el Athletic no pudieron con Mourinho y ahora le han hecho más fuerte.

EL CAMBIO EN EL CAMP NOU
Su planteamiento en el partido de vuelta de Copa en el Camp Nou, donde estuvo a punto de eliminar al equipo de Guardiola, y los últimos resultados en la Liga que le han hecho distanciarse de los azulgranas a 10 puntos en la clasificación, han cargado de razones a sus admiradores, que son muchos, entre ellos el propio presidente, Florentino Pérez.

Mourinho sabe que vino al Real Madrid con un reto por encima de todos: ganar La Décima. Hasta que no lo consiga, el luso no quiere irse del club, pese a que en las últimas semanas algunos medios habían especulado sobre que ya habría decidido no continuar la próxima temporada.

A día de hoy, la realidad es que Mou quiere seguir el año que viene en el Real Madrid. Sólo si conquistara la Champions en el Allianz Arena el próximo 19 de mayo, podría plantearse la idea de irse en verano. Así lo ha hablado con Florentino Pérez, dejándole claro al presidente que esté tranquilo, que está totalmente centrado en su trabajo y con más ganas que nunca de seguir adelante con este proyecto que juntos iniciaron hace año y medio.

Mou se siente respaldado por el presidente y tiene una extraordinaria relación con el director general, José Ángel Sánchez, con quien despacha diariamente. Además, el técnico sabe que su plantilla está comprometida y que la grada está mayoritariamente con él.

EL RETO DE LA CHAMPIONS
En el último partido de Liga, ante el Levante, su nombre, como el de Cristiano Ronaldo, otro de los que esta temporada ha recibido pitos, fue coreado por el Bernabéu. Es el síntoma de un cambio, del reconocimiento a la categoría del entrenador y de una de sus estrellas. Un impulso para seguir adelante en el Madrid.

Mourinho, a día de hoy, quiere seguir en el Real Madrid con la Champions como objetivo prioritario. Ganar la Liga, que este año está más que encarrilada con los diez puntos de ventaja, no le basta. El técnico quiere más y está convencido de que con esta plantilla, joven y cada vez más acoplada, tiene muchas posibilidades de lograr la Décima.

El día que se marche del Madrid lo quiere hacer por la puerta grande, haciendo historia y dejando la imagen de un entrenador ganador. Esto sólo se consigue con tiempo, paciencia y confianza. Con Florentino Pérez tiene una relación especial. Se siente respaldado y motivado por el presidente. Juntos han dado una vuelta a la estructura del club, como le gusta decir al portugués. Así van a seguir.