"Zanjado el asunto del resultado, el Atlético aún tuvo tiempo de ampliar su renta. Marcó dos goles más. Los merecía Falcao. Incansable en pelea, en movilidad, en desmarques, en saltos y en remates firmó otros dos tantos. Dos golazos, uno en una jugada individual en el área y otro en un cabezazo imparable. Espectacular."

"Los goles es lo que queda, lo que se ve. Pero el delantero no es sólo eso. Presiona, cae a la banda, abre espacios y remata todo lo que pasa a su lado. Radamel Falcao dio toda una exhibición de remates a puerta, de todas las posturas y con todas las partes del cuerpo. Tirándose al suelo -el primero que se lo terminó metiendo Lora-, elevándose sobre los defensas -el segundo con un cabezazo desde el punto de penalti, o de disparo -tras luchar un balón en el área y cruzar al portero-, no importa como le venga el balón, la pelota siempre buscaba la portería. Además, tiene el carácter que gusta en el Calderón."

"Lo demás corrió por cuenta de Falcao. En época de reencuentros con el pasado, la memoria de la afición colchonera no alcanza a recordar un delantero tan apabullante. El colombiano lo engancha todo, llega a todo, lo remata todo... Cualquier córner terminó en su cabeza, su pierna, su empeine. Tiene un imán para capturar el balón cuando sobrevuela por el área. Y por ahí entendió su equipo que se gestionaba el salvoconducto. Jugó muy bien Falcao, un futbolista colosal en el desmarque y con un talento superior para el remate de cabeza."

"Aún con el encuentro cerrado y visto para sentencia, Radamel Falcao, que estrelló un balón en el palo minutos antes, no se quiso marchar sin aumentar su cuenta goleadora con su cuarta y quinta diana, la primera de ellas lograda tras una buena jugada individual en la que logró liberarse de hasta cuatro defensas rivales. No contento con poner patas arriba el Vicente Calderón, el delantero colombiano volvió a asombrar a toda la parroquia rojiblanca subiendo el cuarto al marcador con un antológico remate de cabeza ante el que nada pudo hacer Cuéllar."