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pedos, vagina olor a pescado y pecueca
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El centro de salud apestaba. Todos los profesionales estábamos desconcertados, nos preguntábamos por la procedencia de ese olor a pescado podrido; a unos treinta metros se acercaba una mujer joven de rasgos indígenas y rostro cálido. A medida que se aproximaba el olor era peor, penetrante, visceral, casi contagioso. Hoy solo puedo imaginar lo que la joven sentía al percibir el rechazo. El ser humano es malo para disimular algunas cosas, en especial las que estimulan (o desestimulan) los sentidos.
Este recuerdo me motivó a escribir esta entrada. En nuestra interacción con el ambiente y los individuos que nos rodean, los olores juegan un papel fundamental en el reconocimiento y protección. Los aromas se han utilizado durante milenios para la seducción y conquista. Los olores que percibimos nos ayudan a detectar la presencia del otro (sea humano, animal o vegetal) y en ocasiones sus males. Como la curiosidad por lo que somos nos lleva a cuestionarnos sobre el origen de todo, hoy voy a mencionar algunos olores que despide el ser humano y su procedencia.
La vagina y el olor a pescado
Como he empezado a hablar de aroma a pescado, comienzo por una creencia popular, incrustada en nuestra historia a través de chistes, tuits y cuentos. El mito asegura que la vagina huele a pescado. Se dice de manera generalizada. ¿Es esto cierto?, en condiciones normales, NO. La vagina tiene un olor particular, no desagradable, por el contrario, estimulante. Pero como esto no es un blog erótico, me referiré a los hechos de carácter científico. Dentro de la vagina habitan cientos de miles de bacterias conocidas como Lactobacilos; estas bacterias son benéficas, como lo son la mayoría, y se encargan de garantizar un ambiente que no sea propicio para el crecimiento de microorganismos patógenos. Esto lo hacen a través de la producción de ácido láctico, el cual disminuye el pH vaginal convirtiéndolo en un ambiente hostil. Si el balance se pierde por cambios hormonales, o por una colonización mucho más potente que la de los Lactobacilos, estos perderán la batalla generando una reacción en cadena. No se produce suficiente ácido láctico, aumenta el pH, el ambiente deja de ser hostil para los invasores, quienes se encargan de multiplicarse por millones en poco tiempo. Estos nuevos villanos, usualmente bacterias anaerobias, acaban con la armonía vaginal, comienzan a producir proteínas ricas en metilaminas. Una de las peculiares características de las metilaminas es su fuerte olor a pescado. Esta condición, conocida como vaginosis bacteriana, afecta a casi todas las mujeres en edad reproductiva por lo menos una vez en su vida. De allí la creencia equivocada que todas las vaginas del mundo huelen a pescado. Es solo una desafortunada condición de fácil tratamiento. Podría ser peor…
Existe una enfermedad genética poco frecuente que afecta mayormente a las mujeres, en la cual el cuerpo pierde la capacidad de metabolizar un producto químico de los alimentos conocido como trimetilaminas. Como ya mecioné, las metilaminas huelen a pescado. Las trimetilaminas no son la excepción. En esta enfermedad, conocida como trimetilaminuria, este compuesto químico se acumula en el organismo y se excreta a través de la orina, sudor y aliento confiriendo a quien lo padece un fuerte olor a pescado (algunos dicen que a podrido), en ocasiones, durante toda su vida. El componente social se ve seriamente afectado en estas personas, porque además no tiene cura, únicamente control a través de una alimentación estricta.
Los pedos
Si Francisco de Quevedo los menciona en su escrito Gracias y desgracias del ojo del culo, yo también puedo. Pedos, flatos, flatulencias, ventosidades, gases. Como quiera llamarlos. Los pedos son en realidad una combinación de gases que incluyen Hidrógeno, Oxígeno y Metano entre otros. El olor se debe a compuestos químicos ricos en azufre conocidos como sulfuros. Estos provienen de la alimentación y de su producción por parte de bacterias en nuestro intestino. Aparte de los sulfuros encontramos el ácido butírico, el indol y escatol. Todos ellos son una combinación temeraria de olores nauseabundos que desmayan hasta al más valiente. El componente social es fuerte; algunos lo sueltan con desparpajo, otros prefieren evitar la vergüenza. Incluso algunos científicos han dejado volar la imaginación probando algunas invenciones que disminuyan el olor como los pantalones con carbón activado o el acetato de zinc. Otros hacen responsable al pedo de las vacas del efecto invernadero y el calentamiento global y se dan a la tarea de inventar pastillas para el ganado y así disminuir sus flatulencias. Son incómodos, si, en especial cuando llegan en momentos inoportunos como el sexo. Algunas mujeres que en condiciones normales son capaces de retener los pedos, son incapaces de hacerlo durante el coito y por ello, para infortunio del amante, son liberados de manera involuntaria. Al parecer se debe a la anormalidad en el reflejo inhibitorio recto-anal y conjuntamente a la presión que ejerce el pene erecto en el recto bajo.
La pecueca
La podobromhidrosis, conocida vulgarmente como pecueca, es el mal olor en los pies de algunas personas debido a la producción de compuestos químicos bacterianos con la propiedad organoléptica de oler mal. Los microorganismos mayormente implicados son bacterias que normalmente se encuentran en la piel como el Staphylococcus epidermidis. El crecimiento desbordado de esta bacteria produce cantidades apreciables de ácido isovalérico, uno de los causantes del olor. En personas con olor exacerbado se ha identificado otra bacteria llamada Bacillus subtilis. La pecueca ha disminuido su impacto gracias a los productos actuales como el talco para pies con compuestos antibacterianos como el triclosano. El ácido isovalérico se relaciona también con el mal olor axilar. Del mal olor de pies no se salvan ni los ladrones, como ocurrió con uno en Rusia, donde fue arrestado por su problemita. Además, si sus pies le huelen, cuídese del mosquito transmisor de la malaria, pues a la hembra le encanta su aroma.
Con este escrito no pretendo ser escatológico ni amarillista. Solo ingresar en temas que hacen parte de nuestra vida cotidiana y sobre los que de cuando en cuando nos hemos preguntado por qué suceden. Un texto para que disfrute este festivo. Un texto para que se relaje, pero no mucho, no vaya a ser que suelte sin querer un gas mortal. Sin embargo si lo hace, recuerde lo que escribió Quevedo: “…el pedo antes hace al trasero digno de laudatoria que indigno de ella. Y, para prueba desta verdad, digo que de suyo es cosa alegre, pues donde quiera que se suelta anda la risa y la chacota, y se hunde la casa, poniendo los inocentes sus manos en figura de arrancarse las narices, y mirándose unos a otros, como matachines. Es tan importante su expulsión para la salud, que en soltarle está el tenerla. Y así, mandan los doctores que no les detengan…
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Re: pedos, vagina olor a pescado y pecueca
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