Parábola: "Esto también pasará"

Parábola: "Esto también pasará".🎭

Había un rey y una vez le dijo a sus sabios de la corte: tengo un anillo con uno de los diamantes más finos del mundo y quiero ocultar un mensaje debajo de la piedra que puede ser útil en tiempos de desesperación. Daré este anillo a mis herederos y quiero que les sirva fielmente. Presente un mensaje para inscribirse debajo del diamante. Debe ser corto para caber en el anillo.

Los sabios sabían cómo escribir tratados, pero no podían expresarse en una frase corta. Se esforzaron mucho pero no pudieron encontrar nada.
El rey se quejó del fracaso de su aventura con un viejo y fiel sirviente que lo crió desde la infancia y era parte de la familia. Y el viejo le dijo:

"No soy un sabio, no tengo educación, pero sé de ese mensaje. Durante los muchos años que pasé en el palacio conocí a mucha gente. Una vez, serví a un místico visitante a quien tu padre invitó y me pasó este mensaje. Simplemente no lo lea, póngalo debajo de la piedra dentro del anillo y léalo solo cuando no haya salida ".

El rey escuchó al viejo sirviente.

Después de un tiempo, los enemigos atacaron el país y el rey perdió la guerra. Huyó de su caballo y los enemigos lo persiguieron. Estaba solo, eran muchos. Condujo hasta el final del camino. Había un gran acantilado delante de él, si caía allí, ese sería el final. No podía regresar, ya que los enemigos se acercaban. Ya oyó el ruido de los cascos de sus caballos. No tenía salida. Estaba en completa desesperación.

Entonces recordó el anillo. Lo abrió y debajo de la piedra encontró una inscripción de cuatro palabras: "Esto también pasará".
Después de leer el mensaje, sintió que todo se calmó. Aparentemente, los perseguidores se perdieron y procedieron en la dirección equivocada. Los caballos ya no se oían.

El rey estaba lleno de gratitud hacia el sirviente y el místico desconocido. Las palabras eran poderosas. Cerró el anillo y salió a la carretera. Nuevamente, reunió a su ejército y conquistó su estado.

El día que regresó al palacio, organizaron una gran bienvenida para él, una fiesta para todo el país. La gente amaba a su rey. El rey estaba feliz y orgulloso.

“Ahora soy el ganador. La gente celebra mi regreso, no estoy desesperado ".

El viejo sirviente se le acercó y dijo suavemente: “Incluso este momento pasará. Mira el mensaje otra vez.

El rey abrió el anillo y leyó: "Esto también pasará".

De nuevo, sintió que el silencio caía sobre él. Aunque estaba en medio de una ruidosa multitud de baile. Los sentimientos de orgullo y derecho desaparecieron. Él entendió el mensaje. El era un hombre sabio.

Y entonces el viejo sirviente dijo: “¿Recuerdas todo lo que te pasó? Nada es permanente. Ningún sentimiento se queda. A medida que la noche cambia de día, los momentos de alegría y desesperación se reemplazan entre sí. Acéptelos como la naturaleza de las cosas, como parte de la vida ".