Cagliostro mago, alquimista y el don de la bilocación

ALQUIMISTA Y FRANCMASÓN, ADIVINO Y CURANDERO, FALSIFICADOR Y RUFIÁN, FRECUENTABA A LOS PODEROSOS DE LA EUROPA DEL SIGLO DE LAS LUCES, A QUIENES DEJÓ PERPLEJOS GRACIAS A SU CONOCIMIENTO DE LA MAGIA. IMPLICADO EN UN SINFÍN DE ESCÁNDALOS, FUE ENCARCELADO Y LUEGO DESTERRADO DE FRANCIA. SU MUERTE ES UN ENIGMA.QUIÉN FUE EL INDESCIFRABLE CONDE DE CAGLIOSTRO?



A finales de 1779, un extraño personaje se instalaba en Estrasburgo. ¿Su nombre? Conde de Cagliostro. Recién llegado de Rusia, afirmaba haber conocido a la emperatriz Catalina II, pues él había curado a su hijo. Decía ser médico, con la novedad de que a los remedios tan clásicos como las tisanas purgativas, píldoras de trementina, gotas de elixir y vino de Egipto, agregaba sesiones de imposición de manos e invocación a Dios y a sus ángeles.



Ya fuera por suerte o talento,el misterioso Conde-médico tuvo éxitos inmediatos con algunos enfermos importantes: primero acabó con la esterilidad de la esposa de un banquero; luego curó de asma crónica al cardenal de Rohan, obispo de Estrasburgo y gran capellán de Francia. Desde entonces se consolidó su reputación, y su fama se extendió hasta Versalles.

UN HOMBRE DE 300 AÑOS DE EDAD.
Cagliostro demostró tener muchos otros talentos. Como alquimista, era capaz de fabricar piedras preciosas e incluso oro; como mago poseía el secreto de la eterna juventud (la prueba es que, gracias al tratamiento cuyo secreto poseía, y que se administró a sí mismo, ¡ contaba 300 años!); como vidente, varias veces en Londres, predijo los números gandores de la lotería. En Estrasburgo, con ayuda de su espejo mágico, de los muertos - a quienes solía invocar- o de una "paloma"- un niño o una doncella a los que interrogaba después de haberlos sumido en un estado de hipnosis,-predijo la fecha de la muerte de la emperatriz María Teresa de Austria y el nacimiento de un delfín para el reino de Francia. Algunos mese más tarde, con su fortuna amasada y con fama asegurada, Cagliostro abandonaba Estrasburgo para ir a ejercer su arte a Lyon y en Burdeos.


A principios de 1785 se encontraba en París, donde se convirtió en el protegido del cardenal de Rohan, el mismo al que había curado de su enfermedad años antes.
Acudían de todas partes a consultarlo...


GRANDEZA Y DECADENCIA.
A juzgar por los testimonios de sus contemporáneos, era de talla muy pequeña, vigoroso y gozaba de buena salud. Era mofletudo- a pesar de que pretendía no comer casi nada-; tenía los ojos y los cabellos negros, un rostro jovial, amplios hombros y un andar resuelto.


Según las Memorias del conde de Beugnot, Cagliostro, se jactaba de poseer una cultura universal, podía opinar sobre cualquier cosa. Hablaba de sí mismo en tercera persona, en un francés mediocre mezclado con un fuerte acento italiano, y salpicaba su discurso con palabras árabes que no se tomaba la moelstia de traducir.


Con esa extraña personalidad, despertaba pasiones. Atrajo odios feroces en París. Intentaron frustrar su éxito involucrándolo en el escándalo del collar de la reina. Gracias a esto, salió a la luz su verdadera identidad...


ALIAS JOSEPH BALSAMO.
Desde que Cagliostro llegó a Estrasburgo corrieron rumores grotescos sobre su origen. Unos lo creían hijo de un judío portugués que era director de minas de Brasil; otrso lo consideraban vástago de un peluquero napolitano; algunos aseguraban que había naciedo en el Mar Rojo y que un sacerdote lo había educado en los corredores de una pirámide ede Egipto; otrso más aseguraban- debido a su parecido con Luis XVI- que era su hijo bastardo.


Pero, él afirmaba no pertenecer a ninguna época ni lugar, aunque la investigación policial reveló que se llamaba Joseph Balsamo y había nacido en Palermo el 8 de junio de 1743; su padre era mercader y cristiano.


Tuvo primeros años agitados. Fue educado en un convento de Franciscanos, de donde lo expulsaron por mala conducta. Después se hizo pintor, pero enmuchas ciudades de Italia se convirtió en un falsificador prófugo, y se vio obligado a cambiar de identidad y domicilio. En 1768, en Roma, contrajo matrimonio con una tal Lorenza Feliciani, mujer muy hermosa, inteligente y devorada por la ambición, que se convertiría en su cómplice con el nombre de Serafinia. Todas las ciudades por las que pasaron- desde Lisboa hasta Amsterdam, pasando por Londres y Milán- les resultaron lugares acogedores por poco tiempo. Siempre surgían tras ellos, demandas de espionaje, robo, charlatanería y estafa.
Luego de procesarlo, fue expulsado de Francia. En 1786. En Roma, otra vez fue arrestado, y esta vez lo juzgó la Inquisición, lo condenó por brujería y lo hizo encerrar en la cárcel pontificia de San Leo, cerca de Roma.


Su muerte, que tal vez ocurrió en 1795, sigue siendo un misterio...¿ Lo estrangularon? ¿Logró escapar a Rusia o América? ¿O simplemente murió loco en la prisión? Jamás se encontró rastro alguno de su tumba. Mago o estafador, Cagliostro se llevó su misterio a la tumba.

Cuentan que cuando decidieron expulsar de Francia al gran mago y alquimista Cagliostro, después de un juicio y una temporada de encierro en La Bastilla, éste abandonó por su propio pie la ciudad de París. Por aquel entonces, la capital de Francia era un recinto amurallado con cinco puertas de acceso: Cagliostro fue visto por varios testigos, la mañana de su destierro, atravesar caminando las cinco puertas, situadas a cada extremo de la ciudad, exactamente a la misma hora.

Siempre me impresionó esta escena. Cuando uno no es bien recibido en un sitio, no hay nada como marcharse con estilo.


Pero no es este el tema que quería comentar. El caso es que a Cagliostro se le reconocía, entre otras habilidades, el don de la ubicuidad. La capacidad de estar en varios sitios a la vez, literalmente hablando. Podría sonar a truco de charlatán de feria, si no fuera por un detalle que hace que esta cuestión no sea equiparable a doblar cucharillas de café con la mente y talentos similares: el don de la ubicuidad, o bilocación, está reconocido por la santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Estamos, por lo tanto, hablando de algo serio.