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(Finanzas de Btá)Oráculo derechoso!:Lo que el libre comercio se llevó
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Lo que el libre comercio se llevó
Los acuerdos comerciales firmados entre Colombia y otros países podrían afectar las finanzas de Bogotá.
Por: Santiago Valenzuela
Los tratados de libre comercio (TLC) que firmó Colombia con Estados Unidos, México – y los que aún están por acordarse con la Unión Europea y Corea– se han convertido en un arma de doble filo para Bogotá. En un estudio realizado por la Secretaría de Desarrollo Económico y la Universidad Central (que costó $685 millones) queda establecido que sectores como el calzado y la preparación de fibras textiles corren el riesgo de extinguirse ante la competencia que llega de otros países. Por otro lado, el estudio señala que con los TLC los mercados de fabricación de sustancias químicas básicas y las actividades de impresión podrían crecer si se aplican políticas públicas que contrarresten el efecto nocivo de las importaciones.
Dentro de los acuerdos comerciales analizados está el de Colombia con Mexico (firmado en 1995), con Estados Unidos (firmado en 2012), con la Unión Europea (que entrará en vigencia el 1 de agosto) y con Corea (sujeto a aprobación de los congresos de ambos países). De acuerdo con el decano de la facultad de economía de la Universidad Central, Germán Umaña: "se puede decir que el TLC con Estados Unidos ha sido bastante malo comparado con el TLC con México, que ha sido mucho más mesurable. El problema con la revaluación, con la crisis norteamericana y con el hecho de que existan más importaciones que exportaciones puede ser nocivo para Bogotá. Ahora, lo que sí se identificó es que en la ciudad lo que más afecta es la competencia desleal; la competencia con los productos chinos, la corrupción y el lavado de activos".
Según el estudio, la mayor proporción de establecimientos industriales se dedica a la producción de textiles, alimentos y cueros (cada uno de ellos corre riesgos con los tratados de libre comercio, ver infografía). Otros sectores sensibles a estos acuerdos comerciales son: la marroquinería, la edición, los plásticos, los muebles, el desarrollo de software y la fabricación de partes, piezas y accesorios (autopartes) para vehículos automotores. En términos de empleo, los sectores textiles y de alimentos cuentan con la mayor participación.
Algunos microempresarios se encuentran en una encrucijada, pues si bien sus productos pueden ser potenciales para exportar a México o Corea, no son competitivos ante los productos importados desde Estados Unidos (ver infografía). Un ejemplo son las actividades de impresión. Según el informe, este sector económico es potencial para el tratado con Estados Unidos pero sensible con la Unión Europea y México.
El estudio recoge algunos testimonios de empresarios bogotanos que cuentan cómo se han visto afectados. En el sector de confecciones, por ejemplo, un microempresario responsabiliza al Estado: "evidenciamos en el medio la falta de oportunidades de contratar con el Estado o con el Distrito. No toman en cuenta a los microempresarios para lo que necesitan. Creemos que podríamos participar en los TLC pero en la medida en que las circunstancias no los permitan. Hace falta capital de trabajo y tecnología", dice Armizmendi Martínez, comerciante en el sector de confecciones.
Otro microempresario entrevistado, Boris Herrera, señala que la competencia desleal es uno de los factores que más ha afectado al comercio de los muebles: "las restricciones y la competencia desleal es lo que principalmente nos ha afectado. Venden muebles muy económicos y de calidad baja, eso impide que podamos crecer de forma constante. Podemos tener buena calidad, un buen producto, pero con la competencia desleal y los precios bajos es muy difícil".
En el estudio se analizaron 11 localidades de Bogotá en donde están concentradas las pequeñas y medianas empresas: Antonio Nariño, Barrios Unidos, Candelaria, Chapinero, Engativá, Fontibón, Kennedy, Mártires, Puente Aranda, San Cristóbal y Santa Fe. Los sectores que predominan son: alimentos, textiles y confecciones o prendas de vestir, actividades de edición, productos químicos, plásticos y cuero y calzado. En detalle, los sectores están dividíos de esta manera en la ciudad: actividades de edición (37 empresas), confección de prendas de vestir (7, curtido y recurtido de cueros (2, fabricación de plásticos (36), fabricación de calzado (47) y fabricación de jabones (21).
Luego de realizar el estudio, la Secretaría de Desarrollo Económico y la Universidad Central entregaron diferentes propuestas para los sectores más sensibles de la ciudad. En cuanto a la fabricación de muebles, es necesario "conformar una asociación de micro empresarios de muebles: trabajo en equipo, redes laborales y socio familiares. Articulación de los empresarios asociados del Doce de Octubre a los Centros y Laboratorios de Investigación de la Madera que hay en Bogotá y en el país". Frente a los fabricantes de prendas de vestir, el documento explica que se requiere una reorganización de los empresarios del sector y un establecimiento de una bolsa de empleos con una reglamentación sobre salarios justos. En los sectores del calzado, recomiendan la regulación mediante la intervención del Distrito en un acuerdo de compra mínima a los microempresarios por parte de comercializadores del sector.
Frente a la competencia desleal, Umaña señala que "tanto en las encuestas como en las entrevistas realizadas, todos los microempresarios tocaron el tema de la competencia china, el contrabando y los precios bajos. Existe la noción de que no hay mecanismo para combatir la competencia desleal. Eso no es cierto, lo importante no es solo perseguir los madrugones, sino hacer labores de inteligencia, ir a la cabeza de la culebra, al lavado de activos".
De acuerdo con el Dane, en 2011 Bogotá le aportó al PIB el 24,5 % al PIB nacional. Según el estudio realizado por la Secretaría de Desarrollo, los servicios representan el 73% del PIB, seguido por el comercio con el 15%. Las actividades económicas que tienen un mayor aporte al PIB son los establecimientos financieros y seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las empresas (31.1%); actividades de servicios sociales y comunitarios (17.7%); comercio, reparación, hoteles y restaurantes (12.9%), e industria manufacturera (11.5%).
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