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Discusiones Generales » Asesinos en serie megapostParticipa en el tema Asesinos en serie megapost en el foro Discusiones Generales. |
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05-02-2013 , 13:16:44 | #61 | |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost [IMG]John Wayne Gacy – El Payaso Asesino[/IMG] El Payaso Asesino El lector que a partir de ahora va a adentrarse en la historia real de John Wayne Gacy descubrirá que el mal humano se esconde en lugares todavía menos accesibles que una arteria cerebral colapsada, como la que tenía Gacy desde que se cayera en el jardín de su casa cuando era niño y que, según algunos expertos, transformó su cerebro en una mente psicopática. Quizás el mal anide en las entrañas del alma de algunos hombres que parecen, pero sólo parecen, buenos. Con el hígado reventado por el cloroformo Lo siguiente que Rignall pudo recordar fue la imagen de su nuevo colega desnudo frente a él, exhibiendo una colección de objetos de tortura sexual y describiendo con exactitud cómo funcionaban y cuánto daño podrían llegar a producir. Rignall pasó toda la noche aprendiendo sobre sus propias carnes mancilladas una y otra vez la dolorosa teoría que su secuestrador iba explicando. A la mañana siguiente, el joven torturado despertaba bajo una estatua del Lincoln Park de Chicago, completamente vestido, lleno de heridas, con el hígado destrozado para siempre por el cloroformo, traumatizado… pero vivo. Algunas de sus víctimas de izquierda a derecha y de arriba a abajo: John Butkovitch (17 años), John Szyc (19), Randall Reffett (15), John Mowery (19), Sam Stapleton (14), Rick Johnson (17), William Carroll (16), Matthew Bowman (19), Russell Nelson (21), Darrell Sampson (1, Gregory Godzik (17) y Robert Piest (15). Tenía el triste honor de ser una de las pocas víctimas que escaparon a la muerte después de haber pernoctado en el salón de torturas de John Wayne Gacy. En sólo seis años, 33 jóvenes como él vivieron la misma experiencia, pero no pudieron contarlo. A veces, el camino hacia el mal es inescrutable, se esconde y aflora, parece evidente y vuelve a difuminarse. Toda la vida de Gacy resultó una constante sucesión de idas y venidas. Fue torpe en los estudios, se matriculó en cinco universidades y tuvo que abandonarlas todas; sin embargo, terminó su último intento de estudiar Ciencias Empresariales y se licenció con brillantez. Hasta llegó a ser un hábil hombre de negocios. Se enroló en cuantas asociaciones caritativas, cristianas y civiles pudo, pero mantuvo una oscura relación con su primera esposa, llena de altibajos y cambios de temperamento. Tuvo dos hijos a los que amó y respetó, sin que eso nublara un ápice su eficacia para atraer y matar a otros adolescentes. Resulta, incluso, paradójico que un hombre obeso y aquejado de graves problemas en la espalda fuera capaz de atacar, maltratar, matar y enterrar a jóvenes llenos de vigor. Pero lo hizo una y otra vez, hasta en 33 ocasiones. | |
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No Calculado | #1.5 |
SponSor | Re: Respuesta: Asesinos en serie megapost |
05-02-2013 , 13:18:54 | #62 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost Algunos detalles premonitorios Pero si fue doloroso encontrar los cadáveres de 33 jóvenes incautos, peor resultó saber que su asesino ya había dado muestras de lo que era capaz de hacer. Poco después de casarse por primera vez, comenzaron a circular insistentes rumores sobre la tendencia de Gacy a rodearse de jóvenes varones. Rumores que sus vecinos vieron confirmados cuando el amable John fue acusado formalmente por un juez de violentar sexualmente a un niño de la ciudad de Waterloo. Él siempre sostuvo que las acusaciones no eran más que un montaje creado por el sector crítico de una de las asociaciones cívicas a las que pertenecía. Pero cuatro meses más tarde, la mesa del juzgado recibía la documentación de una nueva denuncia. La propia víctima del supuesto ataque sexual había sido apaleada. El agresor, un joven de 18 años con dudosa reputación, declaró que fue Gacy quien le pagó para escarmentar al niño que le acusaba. El caso estaba claro: Gacy fue sentenciado a 10 años de prisión en la penitenciaría de Iowa. La historia de un asaltador de menores parecía tocar felizmente a su fin…, cuando en realidad, no había hecho más que empezar. Incomprensiblemente, Gacy salió de la cárcel un año y medio después, aireando un indulto concedido en atención a su buen comportamiento y las “evidentes muestras de reforma dadas por el reo”. El juez no tuvo duda de que aquel preso de 27 años se había transformado en otro hombre: lo que no supo hasta tres años después es que el nuevo John Wayne Gacy era aún peor. Gacy no sólo se las arregló para engañar al juez, también engañó a los vecinos de Sumerdale Avenue que lo acogieron en su segunda vida; a Lillie Grexa, una mujer divorciada y madre de dos hijos que se enamoró de él y aceptó su propuesta de matrimonio; a los clientes de una brillante empresa de reformas de albañilería que él mismo montó y, lo que es peor, a decenas de jóvenes varones que acudían a casa de Gacy bajo la promesa de un trabajo bien remunerado como albañiles. Un jardín que olía demasiado mal La vida social del hombre que los fines de semana se vestía de payaso para entretener a los niños enfermos en varios hospitales subía como la espuma. Dos de sus fiestas más sonadas, una al estilo “vaquero” y otra hawaiana, llegaron a congregar en su casa a más de trescientas personas. Todas regresaron a sus domicilios comentando dos cosas: lo agradable que era aquel ciudadano regordete, bonachón y trabajador y lo mal que olía su jardín. Porque era la comidilla del barrio que un terrible hedor fluía por las calles cercanas a la casa de Gacy y su segunda esposa. Ésta estaba convencida de que bajo las cañerías de su casa había algún nido de ratas muertas. Él aseguraba que el olor se filtraba desde un vertedero cercano y siempre estaba posponiendo una supuesta visita al ayuntamiento para tratar de arreglar el problema. Ningún vecino supo reconocer el tufo de los restos humanos, por eso, ninguno llegó a sospechar el acontecimiento que estaba a punto de sacudir la armoniosa vida de Sumerdale Avenue. Para entonces, el teniente se había encargado de estudiar el historial penal de aquel hombre (sentenciado e indultado por asaltar a un menor). Aunque Gacy negó cualquier relación con Piest, la Policía logró una orden de registro de su domicilio en la que se incautó del más completo arsenal de instrumentos de tortura jamás visto en la región. Pocos días hicieron falta para lograr que Gacy confesara y entregara a la Policía un detallado plano del jardín de su casa, en el que había marcado los lugares donde yacían los 33 cadáveres. En su declaración final, la vida del payaso asesino pareció sacada de una película de terror. Durante el juicio, Gacy aseguró que existían “cuatro John: el contratista, el payaso, el vecino y el asesino y constantemente respondía con las palabras de uno y de otro”. Lo que no pudo explicar fueron los motivos que le llevaron a dejar con vida al joven Rignall, cuya declaración sirvió para mandar al criminal a la camilla donde se le aplicó una inyección letal el 10 de mayo de 1994. Sus últimas palabras fueron : “¡Besadme el culo!” |
05-02-2013 , 13:26:18 | #63 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost La Pelicula en este canal del Youtube |
05-02-2013 , 13:46:10 | #64 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost Luis Alfredo Garavito – La Bestia El colombiano Luis Alfredo Garavito ha pasado a la historia del crimen como uno de los asesinos en serie más prolíficos. Confesó haber asesinado unos 140 menores (todos entre 6 y 16 años y de género masculino) aunque algunos expertos señalan que sus víctimas pudieron ser unas 172 o incluso 192…A cada chico que mató también violó y torturó. Adoraba manosear a sus jóvenes víctimas, pero también las golpeaba, les pateaba el pecho, la cara y el estómago; les saltaba encima, les pisoteaba las manos; amaba hacerles quemaduras con vela y solía morderles las tetillas al igual que Chikatilo; a algunos les amputó dedos, les cercenó las orejas e incluso los genitales; muchas veces mutiló, desmembró e incluso decapitó[1]; y siempre, siempre bebía antes de realizar sus crímenes. Un pasado marcado por el dolor Luis Alfredo Garavito nació un 25 de enero de 1957 en el municipio de Génova Quindío en Colombia. Fue el primero y por tanto el mayor de los siete hijos que tuvo la familia Garavito Cubillos. Su formación académica no fue nada sobresaliente ya que apenas estudió hasta el quinto de primaria, debido tanto a la mala memoria que tenía como a la cruel constancia con que su padre —un tipo violento, bebedor y mujeriego—, le recordaba lo “bruto” que era. También el padre de Garavito era un individuo que, además de tratarlo de “jueputa”, “bastardo” e “imbécil”, solo lo tomaba en cuenta para que cumpliese sus órdenes y las diversas tareas que le encomendaba, a lo que sumaba su negativa a permitirle a Garavito el tener amigos y novia. Sexualmente tampoco era una muy buena influencia pues, como el mismo Garavito contó: “Mi papá no dormía con mi mamá, dormía conmigo, él me bañaba, no recuerdo que él me haya acariciado, tengo un recuerdo vago, era de noche, él como que me acarició me tocó las partes íntimas…a ese señor nunca lo quise, lo veía como un verdugo”. Algo bueno de esta nueva etapa en su vida, fue que Garavito tuvo “muchas amigas” y, particularmente, en Trujillo conoció, en la iglesia, a una muchacha de la cual se enamoró, a la cual nombraba frecuentemente y de la cual “decía que había tenido un hijo con ella” aunque nunca tuvo ni un hijo ni tan siquiera una “relación con ella en aspecto íntimo”. Pero al menos, como se ve, las violaciones no lograron convertir a Garavito en un homosexual puro sino más bien en un bisexual. |
05-02-2013 , 14:03:26 | #65 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost Surge el gran violador Junto a esa impotencia para ser marido-amante, empezó a latir con más fuerza el monstruo interior de Garavito cuando, en octubre de 1980 él, mientras seguía trabajando en el supermercado, comenzó a sentir la presencia de un “impulso” que quería dominarlo. En sus propias palabras: “Muchas veces me ocurrió que llegaban menores de edad al supermercado a comprar algo, a mí me iba dando un deseo como lo que yo siempre he denominado una fuerza o un impulso de estar con ese menor de edad, acariciarlo, violarlo. En las horas de almuerzo aprovechaba, dos horas, y me iba para la vecina población de Quimbaya. Allí accedí a varios menores…[…]…únicamente los acariciaba, los amarraba, les quitaba la ropa y los violaba, pero finalizando el 80 y a comienzos del 81, me voy para la ciudad de Sevilla, me llevo a un menor, y de pronto no sentía placer solamente con acariciarlos y violarlos[2], sino que llevaba cuchillas de afeitar, velas y encendedores. En algunas oportunidades les hacía tomar el semen obligados y me quitaba un diente para poder morder a los niños, es el incisivo lateral derecho, ese diente me lo hice colocar porque mi papá me lo tumbó cuando yo tenía quince años. Yo sentía como un descanso, me sentía bien haciéndoles esto a los menores, les mordía las tetillas, les tasajeaba los brazos y, por los lados de las nalgas los quemaba” Lejos de ser una ficción, en Garavito parecían convivir dos hombres distintos. Cada noche se acercaba con fervor a la mesa y tomaba la Biblia, buscando en ella algún salmo que le proporcionase paz a su alma, alejándolo así del peso de la culpa y abriéndole las puertas a la esperanza de ser salvo. También, cada vez que encontraba algún versículo aplicable a la crisis que estaba atravesando, lo escribía en su adorada libreta azul con la letra torcida por el desenfreno. Y cada noche, además del salmo o los salmos, Garavito recitaba en voz alta los versículos de su libreta azul mientras deambulaba, desnudo, de un lado a otro de su habitación. Finalmente, cuando la fe le había repuesto las fuerzas, el monstruo se vestía y salía a la calle; pero, antes de aquello, tomaba el siniestro diario donde apuntaba el nombre de cada niño violado. Mas no era únicamente el deseo de placer lo que impulsaba a Garavito hacia el mal. Había también un deseo de venganza (unido al ‹‹mecanismo de desplazamiento››[3]) y un anhelo de contrarrestar su sentimiento de humillación a través del sentimiento de poder que experimentaba con sus víctimas. Esto lo vemos implícito en la forma con que Garavito se expresó de la admiración hacia Hitler que desarrolló (sin dejar de lado su fanatismo religioso…) luego de leer su biografía: “Yo admiraba mucho a Hitler, quería llegar a ser como él, conseguir poder para hacerme respetar. Siempre anhelé ser importante, estar en la televisión, en la prensa y que todo el mundo hablara de mí. Me gustaba él porque fue una persona humillada y de un momento a otro alcanzó un poder. Admiraba de él esa situación, yo me quería vengar de muchas personas. Yo pensaba que una persona que me mirara mal había que fusilarla. Me gustaban los campos de concentración….” Así habría de seguir hasta 1992, fecha en la que cometería su primer asesinato. Pero, hasta que la tormenta de sangre se desate, muchísimos niños inocentes habrían de ser violados y torturados por el infame Garavito, de quien los expertos calculan que llegó a violar un niño por mes entre 1980 y 1992, habiendo sido, a lo largo de ese transcurso, incapacitado por el ISS (Instituto de Seguridad Social) en 1980, 1981, 1983, 1985 y 1989. Puede entonces formularse la pregunta de cómo logró violar tantos niños con tantas incapacitaciones del ISS y sin ser capturado. La respuesta está, por una parte, en la habilidad que tenía Garavito para convencer a los psiquíatras y médicos de lo útil que le era realizar visitas (aprovechaba las salidas para violar) a Alcohólicos Anónimos; y, por otra parte, está en la destreza con que engañaba a sus víctimas y en el cuidado que ponía en no ser visto a la hora de violar, tal y como él mismo dejó entrever cuando dijo: ‹‹Para poder llevar a los niños les repetía el cuento: “tengo unos terneritos pequeños y necesito que me ayuden, yo les pago mil o quinientos pesos”. Los niños me creían y se iban conmigo. […] Yo buscaba sitios apartados de difícil acceso y boscosos, también matorrales que estuvieran alejados de las casas. Utilizaba cafetales y cañadas donde hubiera pasto alto, pero siempre lejos de la gente.›› Los primeros pasos de sangre En 1992 Garavito cometió en Jamundí el primero de sus más de cien asesinatos. Se trataba del pequeño Juan Carlos, quien se divertía tranquilamente en un parque hasta que tuvo la desdicha de pasar enfrente de una caseta en la que Garavito estaba bebiendo. Seguramente fue el alcohol, además de otros factores, lo que en ese instante encendió en Garavito el deseo de violar a Juan Carlos. Era un impulso oscuro y contundente el que, convirtiéndolo en una especie de marioneta humana, tomó el control de Garavito e hizo que pague la cuenta al instante y comience a perseguir al niño desde una distancia prudente. Cuando el niño se detuvo, Garavito aprovechó y compró un cuchillo, cuerda y licor. Entonces y justo antes de que Juan Carlos se levantase para ir a buscar a su madre, Garavito lo engañó ofreciéndole dinero y se lo llevó hasta un potrero cercano, caminando después cerca de los rieles del ferrocarril hasta llegar a un lugar despoblado. Fue allí, en medio de aquel paisaje boscoso y lleno de charcas que reflejaban la luz de la luna, donde el trastornado Garavito tuvo la revelación que lo impulsó a complacer su maltrecho concepto de venganza: ‹‹Me transporté a mi infancia, sentí mucho odio, más los niños que yo llevaba nunca los mataba, y es allí donde cojo a este menor, empiezo a tasajearlo con una cuchilla y se apodera de mí algo extraño que me decía “mate, que con matar ya venga muchas cosas”. Fue así como yo procedí a matarlo, así fue mi primera muerte›› Luego de su primer asesinato, Garavito quiso ir a Trujillo para visitar a su hermana Esther, quien era la única, de entre todos sus hermanos y hermanas, con quien tenía un vínculo. Sin embargo hizo una pausa en Tulúa, donde se abandonó al alcohol. Otra vez sucedería lo mismo que con el pequeño Juan Carlos. Era pues ya de tarde cuando Garavito, que estaba bebiendo desde las diez de la mañana, vio a Jhon Alexander Peñaranda. De aquel instante el monstruo recuerda: “Yo estaba bien, tomando, solo con el deseo de escuchar música, no tenia planificado buscar un menor, de pronto de un momento a otro veo pasar a un niño y me pone mal, se me apodera esa fuerza […], entonces yo reprimo, tomo más licor y empiezo a quebrar envases”. Luego vino la aplicación del método y la violación y muerte del niño. |
05-02-2013 , 14:05:19 | #66 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost Destripando y amputando: Garavito aumenta su crueldad En 1993 Garavito comenzó a abrirles (mientras estaban vivos) el abdomen a los niños. Era un corte extenso, lo suficientemente profundo como para destrozarles el ******o digestivo pero no como para quitarles la vida. De aquella y otras crueldades fue testigo la aterrorizada capital colombiana de Bogotá. |
05-02-2013 , 14:28:49 | #67 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost La captura El 22 de abril de 1999 y tras haber violado a unos 200 niños y asesinado a más de 100, Garavito fue por fin capturado en la ciudad de Villavicencio. Informe de un operativo exitoso: |
05-02-2013 , 14:40:13 | #68 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost Condena y situación actual Garavito fue condenado a la máxima pena existente en Colombia: 40 años…Muchos solicitaron su muerte pero el Estado nunca accedió. Debido a su buen comportamiento y a su colaboración en el rastreo de cadáveres, se ha abierto la posibilidad de darle libertad condicional cuando cumpla unos 24 años de condena. Como es natural, aquello ha suscitado la indignación y el rechazo de la opinión pública; pero, para complacencia del pueblo colombiano, en mayo del 2011 Ecuador solicitó la extradición de Garavito para que cumpla la pena de 22 años por asesinar a dos menores (de 16 y 12 años respectivamente) en Santo Domingo de los Colorados durante julio de 1998. Inicialmente parecía que el proceso iba a decantarse a favor del deseo popular, sin embargo en mayo del 2012 la Corte Suprema de Justicia de Colombia negó el pedido debido a que, según objetaron, Garavito ya fue condenado por esos hechos (el asesinato de los dos menores) en Colombia. |
06-02-2013 , 08:39:17 | #69 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost Robert Garrow – El Depredador El Depredador Las bellas y pacíficas montañas Adirondack, al norte del Estado de Nueva York, son un lugar inesperado para que se produzca un asesinato múltiple, pero ya se sabe que el crimen puede llegar a todas partes. |
06-02-2013 , 08:41:36 | #70 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Asesinos en serie megapost Once días después del asesinato de Domblewski, Robert Garrow fue arrestado. Había cometido el error de intentar contactar a su hermana en Witherbee. A Robert se le vio en los bosques cercanos a la casa de su hermana. En el tiroteo que le siguió, el oficial Henry Le Blanc derribó a Robert con un rifle de alta potencia. Robert se encontraba seriamente herido en la espalda, brazos y piernas, pero se recuperó lentamente tras ser sometido a una operación con la cual se extrajeron las balas. Armani se preparó para defender a su cliente del único cargo de asesinato de Philip Domblewski. Mientras tanto, meses más tarde, en diciembre de 1973, un estudiante de la Universidad de Siracusa se encontró con el cuerpo de Alicia Hauck en el cementerio de Oakwood. Dos semanas más tarde, niños de una escuela vieron el pie de Susan Petz saliendo de los escombros de la mina abandonada. Robert Garrow era un sospechoso importante en ambos asesinatos, así como en el de Daniel Porter. En mayo de 1974, Robert Garrow fue enjuiciado por el asesinato de Philip Domblewski. Garrow era tan odiado en la zona que se tuvo que poner una policía especial las 24 horas del día protegiéndole del enfurecido público. A su abogado también se le brindó protección policial. Las cartas amenazantes no hacían más que llegar a su residencia. Desde el banquillo, Robert Garrow admitió el asesinato de Daniel Porter, Susan Petz, Alicia Hauck y Philip Domblewski. Tras la confesión dramática, el colega de Frank Armani, Francis Belge, reveló que ellos sabían lo de los asesinatos, conocían el lugar exacto donde se encontraban los cadáveres, y habían hecho fotografías de los cuerpos mucho antes de que fueran encontrados. La confidencialidad entre ellos y su cliente les había obligado a guardar silencio. Ahora que Garrow había confesado, se sentían libres de tal obligación. La noticia de que los dos abogados no habían revelado el lugar donde se encontraban los cuerpos de las víctimas corrieron a través de toda la comunidad legal estadounidense. Llevados por la emoción del momento, sus colegas condenaron a los dos hombres. Mientras tanto, el juicio continuaba. A Robert Garrow se le declaró culpable de asesinato y fue sentenciado a 25 años en prisión. Se presentaron varios cargos contra Frank Armani y Francis Belge, pero fueron absueltos de cualquier mal criminal o profesional por un gran jurado del Condado de Onondaga y por La Asociación Americana de Abogados. Robert Garrow, confinado a una silla de ruedas por los resultados de sus heridas, fue encarcelado en la prisión Donnemora. Cuatro años más tarde, fue transferido a las instalaciones del correcional de Fishkill. Subrepticiamente, ejercitó sus piernas hasta que en la noche del 8 de septiembre de 1978, se subió desde su silla de ruedas y escaló dos verjas de alambre con pinchos hasta lograr su libertad. Inmediatamente se llevó a cabo una búsqueda masiva. Tres días más tarde, en algunos bosques afuera de la institución, el funcionario Dominic Arena se encontró cara a cara con el hombre más buscado de Estados Unidos. Garrow apuntó y disparó una pistola que le había pasado, de contrabando, su hijo en la institución. Arena cayó herido. Más tarde se recuperaría. Funcionarios que le acompañaban abrieron fuego y Robert Garrow cayó muerto en el suelo, terminando con su carrera de violaciones y asesinatos. |
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