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Discusiones Generales » Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlosParticipa en el tema Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos en el foro Discusiones Generales. |
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Denunciante Nuevo | Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos
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Si echamos un vistazo a un mapa del mundo, en busca de las naciones más pequeñas, seguro que encontraremos unos cuantos puntos casi microscópicos. Son las siguientes. La ciudad-estado de El Vaticano, ubicada dentro de la ciudad de Roma, que apenas tiene una extensión de 0,439 kilómetros cuadrados y una población aproximada de 900 habitantes. Es el Estado soberano menos extenso y menos poblado del mundo. Es tan pequeño, que sólo la Plaza de San Pedro ya ocupa el 20 % de su territorio. El Principado de Mónaco es el segundo país más pequeño del mundo, situado en la Costa Azul, reducto del lujo y el exceso. El estado de Micronesia llamado República de Nauru, en el Océano Pacífico central, que es un atolón de forma oval con una superficie de 21 kilómetros cuadrados. La isla-nación de Tuvalu (antes llamada Islas Ellice), perteneciente a la región de la Polinesia, también en el Océano Pacífico, de 25 kilómetros cuadrados; es también el miembro de las Naciones Unidas con menor número de habitantes. Y finalmente, la Serenísima República de San Marino, que es la república más pequeña y antigua de Europa, y está ubicada en territorio italiano. Pero existen otras naciones menos populares, quizá también menos oficiales, que se conocen por el nombre genérico de micronaciones. Son lugares que no figuran en la mayoría de mapas, pero podrían estar algún día. Y además son lugares que pueden visitarse. Quizá a la vuelta de la esquina haya una micronación y ni siquiera lo sepas. Así que sirva este artículo para que conozcáis las más importantes. Porque en un mundo cuyas fronteras se trazan a golpe de escuadra, cartabón y casualidades geopolíticas, cada vez más gente se rebela ante la arbitrariedad de los muros invisibles, meramente burocráticos. Como el que puede encontrarse entre un punto de Bolivia y Chile. Un paisaje yermo, desolado. De fondo, se recortan montes festoneados de nieve. Y en un primer plano, un solitario poste arañado por el óxido. El abandonado poste indica donde empieza y termina Bolivia y Chile, como un espejismo. Pero las micronaciones más interesantes ni siquiera se han forjado por cuestiones geopolíticas sino por experimentos sociales, como ejemplos de nuestra psicología particular, para sacarle partido a Internet y otras tecnologías, etc. Son las micronaciones que más nos interesan en Xataka Ciencia. Pero antes, zambullámonos en los precedentes. Quizá los precedentes de las micronaciones haya que buscarlos en esas pequeñas comunidades que se fundaron a mediados del siglo XIX con el propósito de recuperar una ingenua justicia y concordia. Podemos ver la película El Bosque, de M. Night Shayamalan, para comprobar por qué esos intentos de recuperar una pureza basada en idea falsa de El buen salvaje acabaron siendo un estrepitoso fracaso. Otras tantas fueron feudos independientes fundados por aventureros o especuladores, como Isla de Cocos (Keeling), regentadas por la familia Clunies-Ross, o Sarawak, gobernada por los Rajás Blancos de la familia Brooke. También existieron micronaciones de corta vida, como la Long Republic (1819-1820), situada en lo que hoy es el estado de Texas en Estados Unidos. O el reino de Araucania y Patagonia (1860-1862), al sur de Chile y Argentina. Pero las micronaciones actuales no persiguen objetivos tan utópicos, se conforman con vivir a su aire, emitir pasaportes, sellos y monedas, o crear himnos y rompecabezas heráldicos. La micronación establecida para propósitos fraudulentos que ha tenido más éxito hasta la fecha fue fundada la del territorio de Poyais, en Sudamérica, a principios del siglo XIX. George MacGregor, aventurero escocés y héroe de la independencia de Sudamérica, elaboró un minucioso embuste cuando regresó a Gran Bretaña en 1822 con la intención de embaucar a las más altas esferas políticas y financieras de Londres. Aseguró que las tierras que había recibido por parte del rey del pueblo de Mosquito, en lo que es actualmente Honduras, eran inmensamente ricas en recursos. Presentándose como príncipe soberano de Poyais, nombró representantes diplomáticos que incluso fueron recibidos por la corte del St. James. A cambio de bonos poyasianos, derechos sobre tierras y títulos nobiliarios, MacGregor recibió cientos de miles de libras por parte de inversores fascinados por las historias que contaba sobre aquellas lejanas tierras. MacGregor incluso repartía guías de viajes y mapas en los que aparecía una metrópolis de estilo europeo. Finalmente, los primeros barcos de ilusionados inmigrantes recalaron en el pseudoidílico Poyais. Todos desembarcaron en el Nuevo Mundo y descubrieron que Poyais sólo era una fétida ciénaga deshabitada. Cientos de visitantes murieron a causa de las infecciones, pero MacGregor consiguió ocultarse de las miradas iracundas, viviendo sus últimos días en Venezuela. Tanta es la pasión que despiertan estas republicas diminutas que incluso se han celebrado exposiciones para hacerlas llegar al gran público, como la I Exposición Universal de Micronaciones que acogió el Sónar, en Barcelona, inaugurada el 17 de junio de 2004. En ella, incluso, se organizó una cumbre de jefes de estado. Cuestionando la categoría de frontera y creando nuevos vínculos entre ciudadanos, a la exposición acudió, entre otros, el estado de SoS (State of Sabotaje), diseñado por el artista Robert Jelinek en la Bienal de Venecia de 1992. Al parecer, este país conecta simbólicamente la ciudad con Linz (Austria), Niza (Francia) y Baldrockistán (Australia). Los visitantes de esta microexposición universal también pudieron adoptar las nacionalidades que más le sedujeran, sometiéndose incluso a un test para saber qué micronación resultaba más apropiada para ellos en base a sus características, para así sentirse un poco menos esclavos de una patria que sólo es propia por cuestión de azar: el lugar donde tus padres decidieron alumbrarte e inscribirte en el registro civil. Más recientes son los congresos celebrados en la Andrews Kreps Gallery de Nueva York, del 24 al 29 de junio de 2005, a la que asistieron representantes de Sealand, Egaland and Vargaland, New Utopía, Atlantium, Frestonia y Fusa. O el congreso celebrado a principios de 2007 en el palacio de París en Tokio. En la próxima entrega de esta serie de artículos sobre micronaciones empezaremos a pasear por algunas de las micronaciones más interesantes. Las micronaciones empezaron a proliferar y diversificarse en la década de 1960 y 1970. Antes sólo encontramos ejemplos aislados, como la ciudad de Llanrwst, al norte de Gales, que fue declarada barrio libre por su príncipe (autoproclamado, claro), ya que su solicitud dirigida a las Naciones Unidas en 1947 al parecer no prosperó. Su lema es Gales, Inglaterra y Llanrwst; no muy original, por cierto. No es hasta 1967 cuando nace una de las micronaciones más famosas del mundo (y también con más peso legal), el Principado de Sealand, de la que hablo extensamente una serie de artículos que publiqué en Xataka Ciencia: La retorcida historia de Sealand (I): Hitler, hippies, radios pirata, países inventados y reductos digitales. Un año después, y con peor suerte que Sealand, se formó una plataforma de 400 metros cuadrados en el mar Adriático la Isla de las Rosas. A pesar de que estaba enclavada en aguas internacionales de la ciudad italiana de Rímini y que imprimió sellos y declaró el esperanto como idioma oficial, la Marina italiana la invadió y desmanteló poco después de su formalización. También por esa época, el hermano de Ernest Hemingway, Leicester Hemingway, participó en otro proyecto de similares características pero en una plataforma de madera. Esta micronación, llamada Nueva Atlántida, fue construida en las aguas internacionales de la costa oeste de Jamaica y sus dimensiones eran de 8 por 30 pies. Las tormentas tropicales acabaron dañando la estructura, que fue víctima de pillaje por pescadores mexicanos. En 1972, el hombre de negocios de Nevada Michael Oliver dirigía operaciones de dragado en los arrecifes de Minerva, un banco situado al sur de las islas Fiji. Entonces decidió construir una pequeña isla artificial para consolidar un proyecto de país liberal. La isla vecina Tonga acabó anexionándola por la fuerza. En 1977, el bibliófilo Richard George William Pitt Booth declaró reino independiente la ciudad británica de Hay-on-Wye, autodesginándose monarca del mismo: ¿para qué perder el tiempo buscando a una persona adecuada para tan alto cargo? El rey era un cachondo con ciertos aires a Duchamp (el artista que llevó a cabo una exposición con un urinario público entendido como obra de arte), pues su cetro fue un escobilla de baño reciclada. Aún hoy, esta ciudad es un próspero atractivo para turistas con intereses artísticos o literarios, y se siguen vendiendo títulos nobiliarios y honores a cualquiera dispuesto a pagar por ellos. Uno de los más recientes ejemplos de micronación lo encontramos en Alemania. El Reino de Kreuzberg fue fundado en 2002 por Christel Göritz y su hijo Rick en un terreno previamente ocupado por una base militar estadounidense, en Zweibrücken. Se autodeclararon reyes, pero no han sido procesados judicialmente por el delito de abuso de títulos porque Alemania abolió el título de rey y, por tanto, tal título tiene tantos efectos reales como encasquetarse la corona de cartón que regala Burger King. Las micronaciones fundadas en Australia merecen un renglón aparte. Durante los últimos 30 años, este país ha visto nacer la mayor concentración de micronaciones del mundo, la mayoría en granjas con grandes hectáreas de terreno. Y es que Australia contiene un enorme espacio vacío, todavía hoy inexplorado en su mayoría, de modo que se presenta a los fundadores de micronaciones al igual que a los especuladores inmobiliarios se les presenta una franja de tierra limpia: irresistiblemente fértil. La primera micronación australiana se remonta a 1970, cuando el príncipe Leonard George Casley delcaró su granja propiedad independiente tras una larga disputa por las cuotas de trigo. Su nombre es Hutt River, y hablaré de ella más adelante. Al sur de Australia, en una propiedad rural próxima a Snowtown, otro excéntrico monarca británico, Alex Brackstone, creó la provincia de Bumbunga. Al norte, Robert Neuman, un inmigrante alemán, levantó en 1978 el Estado Soberano de Aeterna Lucina en un caserío de Nueva Gales del sur. En 1979, tras una disputa a causa de los daños originados por una inundación en las granjas en Victoria, Tom Barnes fundó el Estado Independiente de Rainbow Creek. Otro conflicto, en este caso relacionado con la ejecución de una hipotéca, llevó en 1993 a George y Stephanie Muirhead, de Rockhampton, Queensland, a segregarse como el Principado de Marlborough. En la lejana y enorme isla de Tasmania, un activista anti-impuestos llamado John Charlton Rudge fundó el Ducado de Avram. | |
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No Calculado | #1.5 |
SponSor | Re: Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos |
08-05-2012 , 12:57:01 | #2 |
Respuesta: Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos
Haré la mia | |
09-05-2012 , 10:53:28 | #3 |
Denunciante Ultra | Respuesta: Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos
que buen articulo
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09-05-2012 , 10:55:30 | #4 |
Staff Retirado Con Honores Denunciante Titán | Respuesta: Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos
excelente info ¡¡
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09-05-2012 , 19:12:06 | #5 |
Denunciante Popular | Respuesta: Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos
muy buena info
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10-05-2012 , 22:52:07 | #6 |
Denunciante Avanzado | Respuesta: Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos
Excelente aporte.
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11-05-2012 , 15:33:33 | #7 |
Denunciante Bronce | Respuesta: Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos |
22-05-2017 , 05:03:38 | #8 |
Denunciante Sobresaliente | Respuesta: Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos
Nauru es una isla muy bonita qu eme gustria visitar algún dia.
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30-05-2017 , 19:12:09 | #9 |
Respuesta: Micronaciones: países tan pequeños que ni siquiera podemos verlos
Y nos espantamos ahora que los paisa se quieren abrir de col.
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micronaciones, países, pequeños, siquiera, tan, verlos |
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