Las plantas canivoras

Las películas y los dibujos animados nos han enseñado a temer a las plantas carnívoras. Claro que estas especies están muy lejos de poder engullir a un hombre, sino que satisfacen sus necesidades nutricionales con insectos o artrópodos (sólo algunas pueden comer pequeños roedores o aves). Por eso no hay ningún peligro si tenemos una de estas plantas en nuestro hogar. A continuación, presentaremos algunas sugerencias para saber cómo elegir una planta carnívora.

Hay que tener en cuenta que la mayoría de estas plantas viven en zonas con suelos pobres en nitrógeno, como los terrenos pantanosos. Sin embargo, algunas pueden cultivarse en una casa, como la Dionaea muscipula (conocida como Venus atrapamoscas), la Nepenthes y la Sarracenia. Continuar leyendo

Son plantas diferentes con respecto a las especies tradicionales, debido a sus particularidades en sus formas y en su alimentación.

En general, las plantas carnívoras sólo comen insectos y, en casos particulares, incorporan a su dieta ranitas, gusanos, pequeños escorpiones y reptiles.

Su hábitat natural son los pantanos, con suelo escaso en nitrógeno disponible para sus raíces.

Existe una gran variedad de plantas carnívoras, aproximadamente encontramos en el mundo unas 600 especies. Estas son algunas de ellas:

Aldrovanda.
Byblis.
Cephalotus.
Darlingtonia.
Dionaea.
Drosera.
Heliamphora.
Nepenthes.
Pinguicula.
Sarracenia.
Triphyophyllum.
Utricularia.
Su clasificación

Las plantas carnívoras se pueden dividir en:

Carnívoras no tropicales: viven al aire libre en regiones donde los inviernos son fríos. Son ideales para jardines acuáticos o pantanosos.
Carnívoras tropicales: son difíciles de cultivar, ya que necesitan humedad y temperatura cálida constante.
Sus cuidados principales

En relación al riego, te recomendamos que elijas el agua destilada o agua de lluvia para su mejor conservación.

La mejor forma de regarlas consiste en colocar la maceta dentro de un recipiente o plato hondo con 3 centímetros de agua, para que la planta aproveche convenientemente la humedad.

Con respecto a su alimentación, en caso de no tener presas tales como moscas, arañas, hormigas pequeñas, mosquitos y mariposillas, las plantas carnívoras utilizan sólo el alimento fabricado por la fotosíntesis, como cualquier otra planta, pero en ese caso su crecimiento es más lento.

Dotado de exotismo y belleza, el nepenthes es sin dudas una de las plantas carnívoras más hermosas. En las “trampas” que utiliza para alimentarse se han encontrado restos de pequeños vertebrados, aunque en realidad sus presas habituales son insectos.

Posee hojas alargadas y dispuestas en forma de roseta. Al terminar algunas de ellas nacen los denominados jarros, que justamente son la trampa para los insectos, debido al néctar que poseen en los bordes.

La temperatura ideal para un nepenthes es bien templada, entre 20 y 25 grados centígrados, sin bajar nunca de los 10º. No tiene problemas si lo exponemos al sol directo, aunque teniendo cierta precaución sobretodo en verano.

Requiere un suelo ácido, aunque es bueno sumarle fibra de coco o corteza de pino para ayudar al drenaje. Es vital mantener húmedo el compost, mientras que la reproducción puede darse por esquejes de tronco, acodos aéreos o por división de ramificaciones. La imagen que acompaña el texto pertenece a la web de UBC Botanical Garden.

Son especies vegetales que se nutren en forma parcial de pequeños insectos, que ellas mismas cazan atrapándolos en enigmáticos dispositivos naturales que aún hoy continúan asombrando a científicos y a cualquier persona con sensibilidad por el mundo de la vida. A pesar de sus connotaciones negativas, las plantas carnívoras ofrecen una amplísima gama de colores y formas que pueden decorar espléndidamente nuestro jardín, razón por la cual se han transformado en una opción cada vez más elegida en el mundo del paisajismo y la jardinería.

Acostumbradas a crecer en los ambientes más hostiles, las plantas carnívoras sobreviven a los suelos más ácidos y escasos en nutrientes. Ante esto, su forma de adaptación ha sido la caza de insectos e incluso animales diminutos (sólo en algunos casos muy específicos) mediante sus trampas. De ellos obtienen los nutrientes necesarios para su supervivencia, atrayéndolos por su aroma o color. Algunas especies que pueden emplearse en jardines caseros o incluso en interiores son la venus atrapamoscas, las sarracenas y la drosera. En todos los casos, es necesario tener en cuenta algunas cuestiones para su correcto crecimiento y mantenimiento.

En principio, es vital colocar las plantas carnívoras en un sitio muy iluminado. En cuanto al riego, no debe nunca permitirse que el sustrato se reseque y debe haber un buen nivel de humedad a su alrededor. Pero es importante considerar que deben regarse con agua destilada o de lluvia, ya que de hacerlo con agua corriente pueden llegar a morir porque no soportan la cal. El abono no es necesario, muy por el contrario, las plantas carnívoras perecerán rápidamente si se les aplica abono. La limpieza de hojas marchitas para evitar la proliferación de hongos y los continuos cambios de maceta, sobretodo si las plantas están ubicadas en interiores, son otros puntos importantes a cumplir. Recuerde: aunque su fama asuste, tendrá en las plantas carnívoras una especie de gran resistencia y llamativo colorido y belleza, que siempre podrá ser una opción a considerar para su jardín externo, jardín de invierno o balcón